La analogía que hace entre la ciencia y el futbol es muy manida y hasta tiene un punto cuñado bastante indigesto. La ciencia como una empresa para ganar. Hay un chiste machista que puede verter luz sobre este asunto: "En un buen matrimonio, el hombre toma todas las decisiones importantes, como qué hacer con Corea del Norte, Putin y la inmigración; la mujer toma todas las decisiones menores, como dónde viven, cómo gastan el dinero y cuántos hijos tienen".
En ciencia he tenido jefas y jefes. Mi experiencia con jefas ha sido definitivamente mejor y creo que la explicación está en este chiste. Amigo Pablo Artal, de verdad, no solo se trata de buenos sueldos.
Para Kant, el ser humano también es libre y capaz de autodeterminarse racionalmente en el plano moral, independientemente de las condiciones extrínsecas que lo rodeen. En su pensamiento comúnmente utiliza el término “fin en sí mismo”, con el que denota al ser humano. Dice que el hombre nunca será solo un medio u objeto para conseguir un fin, sino que es un fin en sí mismo. Justamente de ahí procede su dignidad; de su característica de fin en sí mismo, que lo hace único e insustituible, con un valor intrínseco que se denomina “dignidad”.
“Siendo un fin en sí mismo –prosigue–, cada ser humano es único y no puede ser sustituido por nada ni por nadie porque carece de equivalente. No posee un valor relativo, un precio, sino un valor intrínseco llamado ‘dignidad’”.
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