El gigante farmacéutico británico GlaxoSmithKline (GSK)
puso en marcha hace cuatro años en sus instalaciones de Tres Cantos
(Madrid) Open Lab, una iniciativa que promueve la colaboración entre
investigadores de todo el mundo para avanzar en nuevos tratamientos
contra enfermedades de países en vías de desarrollo como la malaria.
Gracias a este impulso, ya se han desarrollado dos compuestos activos
contra esta patología que serán ensayados con humanos en fase 1 a
finales de año.
GlaxoSmithKline
(GSK), la segunda mayor farmacéutica del mundo, decidió poner en marcha
en 2010 en la localidad madrileña de Tres cantos Open Lab, un proyecto
de ciencia abierta para avanzar en nuevos tratamientos contra
enfermedades de países en vías de desarrollo como la malaria, la
kinetoplastea (que incluye chagas y leishmaniosis) y la tuberculosis.
Una
media de 19 científicos de instituciones de todo el mundo llegan a Open
lab cada año llevar a cabo sus proyectos relacionados con estas
enfermedades en los laboratorios del Centro de Investigación de
Enfermedades de Países en Desarrollo (DDW, por sus siglas en inglés) en
Tres Cantos. El centro cuenta con una plantilla fija de 120 científicos y
dispone de lo último en equipamiento para investigación.
El laboratorio ya ha desarrollado dos compuestos activos contra
la malaria que serán ensayados con humanos en fase 1 a finales de año
“Como resultado de ello, ha sido posible la creación de un portfolio
de 37 proyectos en el Open Lab, de los que 14 han sido ya completados,
11 están en desarrollo y 12 están aprobados para iniciarse
próximamente”, ha señalado Mike Strange, director de operaciones DDW
durante una visita al centro con periodistas alemanes y españoles.
Para
la investigación en malaria, el DDW cuenta desde 2012 con un insectario
de mosquitos en sus instalaciones de bioseguridad nivel 3, requerido
para trabajar con agentes exóticos, según explica a Sinc Javier Gamo,
director de la unidad de malaria en este centro.
I
nsectario
”Es
una instalación pionera. En Europa solo existen otros dos insectarios
para estudiar malaria, que están dos instituciones académicas, en el
Imperial College de Londres y en un hospital de Holanda, pero ninguno de
ellos tiene los estándares industriales del nuestro”, destaca Gamo.
En
el insectario se estudia el efecto de nuevas moléculas antimaláricas en
las fases del parasito responsables de la transmisión de la enfermedad.
Cuenta con tres áreas, una de ellas dedicada al cultivo de las fases
sexuales de
Plasmodium falciparum (gametocitos); otra en la que se realiza el mantenimiento de la colonia. En la tercera, se llevan a cabo las infecciones
in vivo de mosquitos.
Esta
instalación permite llevar a cabo ensayos para estudiar las moléculas
sintetizadas en GSK en las distintas formas del ciclo de malaria. “El
objetivo es descubrir nuevos fármacos con capacidad de bloquear la
transmisión de la enfermedad”, señala el científico.
Investigador del GSK en Tres Cantos. / GSK
Como resultado del esfuerzo investigador contra esta
enfermedad, en el DDW de Tres Cantos han encontrado dos moléculas que
han demostrado actividad bloqueando la trasmisión de la malaria en
estudios preclínicos con roedores.
Javier Gamo explica que “se
trata de dos nuevas familias químicas que, además de ser activas frente a
las formas de malaria responsables de los síntomas, son capaces de
eliminar las formas que causan la transmisión de la enfermedad”
La empresa tiene previsto iniciar la fase 1 de ensayos con humanos de estos dos compuestos a finales de este año, indica Gamo.
En
el área de tuberculosis y kinetoplastea, los laboratorios de Tres
Cantos de GSK también han logrado avances con varios candidatos
preclínicos que iniciarán la primera fase con humanos este año.
13.533 ‘hits’ en abierto
Javier
Gamo es un convencido de los beneficios de la investigación en abierto y
cuenta que su firma dio en 2010 un gran paso en esta línea
“Probamos nuestra colección completa de dos millones de compuestos y compartimos con toda la comunidad científica los 13.533
hits que mostraron signos de actividad para hacer frente a malaria. Los resultados fueron publicados en
Nature en mayo de ese mismo año
.
Según
la firma, "esta acción desencadenó una oleada de nuevas investigaciones
y el resultado fue tan exitoso que en 2012 decidimos repetir la
experiencia en el área de tuberculosis, probando toda nuestra colección
de compuestos y publicando los resultados en una revista científica".
Los
investigadores externos trabajan en Open Lab junto a científicos de
GSK, comparten laboratorios y materiales y tienen acceso a servicios de
desarrollo preclínico y
screening de compuestos.
Para financiar los gastos de sus estancias, GSK creó en 2010 la Fundación Tres Cantos Open Lab
, dotada con un fondo de 6,5 millones de euros, que fue ampliado a 13.000 millones dos años más tarde.
Desde
GSK, se anima a que los investigadores becados por la fundación, más de
50 desde que arrancó el proyecto, compartan su trabajo para asegurar
que sus descubrimientos también estén disponibles para otros
científicos.
La empresa ha compartido su colección de compuestos
procedentes de investigaciones sobre malaria con 15 instituciones
internacionales.
Además, la organización sin ánimo de lucro
Medicines for Malaria venture, ha creado con estos compuestos una
malaria box,
una colección de 400 moléculas con actividad antimalárica , que ha sido
facilitada a más de 160 grupos de investigación de todo el mundo.
En
2013 la UE apoyó la iniciativa Open Lab con una ayuda de un millón de
euros para financiar las estancias de los investigadores visitantes
durante cinco años. Ese mismo año la
Wellcome Trust aportó a GSK 6,5 millones de euros para contribuir a avanzar en el planteamiento de innovación abierta. La Fundación
Bill & Melinda Gates también realiza aportaciones al proyecto.