"Cuanto más especializado sea el conocimiento, cuanto más
avanzado sea el nivel de investigación, cuanto más extensa y
venerable sea la tradición de estudios de un área, más fácil
resulta ignorar los hechos discordantes"
, pero poco sobre su posible relación con un acontecimiento que el filósofo alemán no pudo haber ignorado: la Revolución haitiana de 1791-1804. Para Susan Buck-Morss, es evidente la influencia en Hegel del primer movimiento revolucionario de América Latina: el período en que compuso la Fenomenología del espíritu -donde aparece por primera vez la idea de la lucha entre identidades que se reconocen mutuamente- coincide con la revuelta de los esclavos haitianos, ampliamente comentada en la prensa europea que Georg W. Friedrich seguía con asiduidad. Para Susan Buck-Morss es decepcionante constatar que no existe en la producción filosófica de Hegel una referencia a la independencia de Haití que ocurría cuando el autor alemán escribía su Fenomenología del Espíritu. Es como si hablando de la dialéctica amo-esclavo estuviese más preocupado de Aristóteles que de la realidad en la que estaba inmerso. Al final de sus días, Hegel escribe Hegel, Die Vernunft in der Geschichte, ed. Johannes Hoffmeister, 5a edición mejorada (Hamburgo, 1955). En esta obra Hegel condenó notoriamente a la cultura
africana a la prehistoria y responsabilizando a los propios
africanos por la esclavitud en el Nuevo Mundo, Hegel repitió el argumento apologético y banal de que los esclavos estaban mejor en las colonias que en tierra africana, donde la esclavitud era “absoluta”, y apoyó el gradualismo: “La esclavitud es en sí y para sí injusta, pues la esencia decla humanidad es la libertad, pero, para ello, el hombre debe haber madurado. De ahí que la abolición gradual de la esclavitud sea mas razonable y equitativa que su remoción súbita”. No obstante, en sus lecciones, esta posición no es tan sorprendente como la escrupulosa brutalidad con la que Hegel priva a todo el subSahariano africano, esa “tierra de niños”, de “barbarie y salvajismo”, de cualquier significación para la historia mundial, debido a lo que considera deficiencias del “espíritu” africano. Posiblemente Hegel no fuese un racista biológico pero si un racista cultural.
El líbro del filósofo catalán Lluis Sala-Molins, afincado en Francia y convencido independentista, es muy crítico con los filósofos de la Ilustración franceses, los cuales, estando conscientes de que la tercera parte de actividad comercial de Francia dependía de la esclavitud, hubiesen ignorado soberanamente la práctica concreta de la esclavitud. Lluis Sala-Molins escribió una historia (1987) del
pensamiento iluminista a través de la óptica de Le Code Noir, el
código legal francés que se aplicó a los esclavos negros en las
colonias, redactado en 1685, firmado por Luis XIV y no
erradicado hasta 1848. Autor también de L’Afrique aux Amériques: Le Code Noir espagnol (Paris, 1992), Sala-Molins juzga más progresista que los philosophes la protesta contra la esclavitud del sacerdote
Bartolomé de Las Casas, que en el siglo XVI reclamaba la abolición inmediata. Lo que a Lluis Sala-Molins le parece aberrante es el la falta de empatía con el hecho práctico de la esclavitud.
Según Susan Buck-Morss, "Cuanto más especializado sea el conocimiento, cuanto más avanzado sea el nivel de investigación, cuanto más extensa y venerable sea la tradición de estudios de un área, más fácil resulta ignorar los hechos discordantes". Los hechos discordantes son aquellos que se le achacan a
Martin Heiddeger en relación a su afiliación al partido nazi. ¿A ver Martín, no tenías para ir a tomar una cerveza y ver a los matones nazis golpear a la gente?. Vivir en una torre de marfil no es excusa para no ver qué está ocurriendo.
Pierre Bourdieu acusó a Heiddeger de "doble juego" y de valerse de una "alquimia filológico-filosófica" (L'ontologie politique de Martin Heidegger): "El producto final del discurso de Heidegger y de sus discípulos es un galimatías abstracto y desligado totalmente de los problemas, preocupaciones y retos de la vida real".
Hechos discordantes: ahí está la clave
Lewis Coser, en su excelente libro "Las instituciones voraces" nos muestra como las instituciones son capaces de crear una realidad compartida sólida. ¿Cómo lo logran? coacción, exhibición de símbolos de poder, un discurso que legitima el abuso, la coherencia sin fisuras de los razonamientos planteados, sistema de premios y castigos y la existencia del "otro", del mal que acecha y activa el cerebro de reptil que todos llevamos dentro. Para salir de esta realidad compartida sólida necesitamos reconectarnos con el otro.
El profesor de psicología de la Universidad de Mánchester, Steve Taylor, en su libro "Desconectados" propone la reconexión, ya que
"conectar significa empatizar, tener la capacidad de establecer una conexión emocional y psicológica con los demás. No se trata de imaginarse su situación, sino de sentirla. De sentir lo que los otros sienten, de sentir sus experiencias y sus emociones". Steve Taylor explica como las personas capaces de desenvolverse con soltura en organizaciones jerárquicas son en una amplia proporción personas desconectadas: " Los desconectados son personas con un fuerte impulso de tener poder y riqueza. Tienen ese impulso porque sienten que les falta algo, se sienten incompletos, y de ahí nace su intenso deseo de tener cosas, de añadir cosas. Es justo por eso por lo que mucha gente desconectada siente un vigoroso impulso de ejercer poder, con frecuencia el poder político, pero también en cualquier organización con una jerarquía".
En la misma entrevista Steve Taylor dice "Pero creo que en el siglo XX, en la era industrial, las patocracias se han vuelto más comunes porque las estructuras sociales saltaron por los aires y ha sido más fácil para personas de clase baja con desórdenes psicológicos impulsarse hasta el poder. Muchos de los líderes psicópatas que ha habido en el siglo XX procedían de entornos muy pobres, de entornos desfavorecidos, pero eran personas muy violentas, muy crueles y con una sed fortísima de poder que lograron auparse a posiciones de mando". Creo que se equivoca cuando dice que las estructuras sociales saltaron por los aires. Lo que ha ocurrido es que han aparecido nuevas organizaciones voraces. Esas estructuras han permitido la promoción de personalidades narcisistas y psicopáticas.
Durante la independencia de Haití, surgió la figura de
Jean-Jacques Dessalines, un ex-esclavo de origen africano que se autoproclamó emperador y posteriormente fue sustituído por el mestizo Alexandre Pétion. Dessalines es la típica personalidad psicopática que surge y que tiene éxito porque sabe que es lo que tiene que hacer en una situación de "los muertos o los ponen ellos o los ponemos nosotros". Se puede criticar los excesos de Dessalines, pero hay que reconocer que como hombre de acción supo reconocer hasta donde llegaba la brutalidad y la capacidad de venganza de los antiguos amos destronados. Puedes ser un psicópata y que tu entorno te repudie o llegar a lo más alto de una organización ambiciosa y que la gente te tema y respete. Mucho de nuestros logros van a ser resultado de haber tenido éxito dentro de una organización ambiciosa.
Hegel, Rosseau, Heiddeger se desenvolvían en organizaciones académicas y políticas que favorecían ciertas opiniones y ciertos silencios. Asimismo, es fácil acusar a Jean-Jaques Dessalines como el responsable del exterminio de la minoría blanca de Haití. Dessalines intuyó que era la única manera de ganar la guerra de independencia: matar al enemigo interior. James Scott en su obra "Los dominados y el arte de la resistencia" nos explica que los dominados se rebelan contra el opresor. Sería una relación de parasitismo, y por tanto asimétrica, como nos recuerda Lewis Cosen. El dominado detecta la asimetría y sin cuestionar el sistema en el que está inmerso, desarrolla estrategias de resistencia. Hay un sistema más evolucionado de dominación y es el que se da en las organizaciones ambiciosas y coercitivas, aquellas en la que una élite maneja a una masa que no es consciente de que no toma sus decisiones por una especie de
síndrome de la abdicación. Es el tipo de relación que tienen los gurús con los adeptos.
En las sociedades primitivas de los yanomamis, la tribu es el agente más importante, por encima de los individuos. Pierre Clastres en su "La sociedad contra el estado" en el poético capítulo de "La desgracia del guerrero salvaje" nos enseña como la tribu empuja al guerrero arrojado, sin prudencia por su vida, a acometer empresas bélicas cada vez más arriesgadas. De esta manera, la tribu se deshace de elementos que puedan acaparar poder y acabar con la preeminencia de la tribu como simbiosis.
Se estima que el 3% de los hombres y el 1% de las mujeres presentan rasgos psicopáticos. Algunos biólogos sostienen que hay cierta presión selectiva para que eso ocurra. Se ha visto estudianto a las poblaciones de hienas que algunas crías están parasitadas por
Toxoplasma gondii. Este protozoo convierte en estas
crías de hiena en kamikaces que no le tienen miedo a los leones. Las crías parasitadas mueren en mayor proporción que las no parasitadas debido a estas peleas con animales mayores que ellas. Es un costo en vidas, pero ese arrojo previene a los leones de enfrentarse a las hienas y es un factor inesperad de éxito colectivo.
Al inventarse las organizaciones ambiciosas, al crearse las personalidades jurídicas, corporaciones que permitían su organización más allá de la vida de sus fundadores, pensemos en organizaciones como los jesuítas, la Guardia Civil, Kawasaki, Coca-Cola, Microsoft que seguirá como empresa a la muerte de Bill Gates... los narcisistas y los psicópatas tienen ante si plataformas en donde sacarle partido a su desconexión, para satisfacer su incomplitud, y de ahí nace su intenso deseo de tener cosas, de añadir cosas. ¿Qué mejor institución que una organización ambiciosa? La maximización de beneficios es el motor que hace que un narcisista vaya perfeccionando más y más su capacidad para obtener su recompensa, su suplemento.
Los "hechos discordantes" de los que habla Susan Buck-Morss no es otra cosa que el sesgo que todos tenemos por pertenecer a las organizaciones a las que pertenecemos. Por ese mismo motivo, debemos de crear una nueva pedagogía que nos enseñe que las personas "no caen en las sectas" sino que han sido captadas. Que hay una tecnología dentro de las organizaciones ambiciosas para convertirnos en nuestros propios amos en su beneficio como nos advierte Byung-Chul Han en su libro "La sociedad del cansancio".
Podemos analizar los hechos discordantes en infinidad de obras de literatura, teatro y cine. ¿Cómo no revisitarlos bajo esta nueva óptica? estoy pensando "Rojo y Negro" de Stendhal; de la película
"El sirviente" dirigida por Joseph Losey;
"Cautivos del mal" de Vicente Minelli; Huckleberry Finn de Mark Twain; "La Reina de las Nieves" de Andersen... Puede ser un ejercicio muy entretenido.
Catalogar para pensar mejor: cuatro tipos de interacciones básicas
En nuestro libro "Interacciones" proponemos que a nivel biológico ha habido cuatro niveles inportantes de interacción biológica: competición, parasitismo, simbiosis y coerción. Estos niveles de interacción han sido tan importantes que han modificado nuestro planeta tal y como lo conocemos.
Lewis Cosen en "Las instituciones voraces" divide su libro en tres partes: I Al servicio del poder II Al servicio de la familia y III Al servicio de la colectividad. Es una manera inteligente de reconocer que existen categorías que facilitan entender las organizaciones ambiciosas.
En la primera parte Cosen se centra en aquellos como los eunucos o los judíos (el autor mismo es judío) en su condición de extranjeros y de estar imposibilitados para tener familia, como el caso de los eunucos, son los aliados preferentes de aquellos que quieren ampliar su esfera de poder. En la segunda parte, nos explica las relaciones de los amos con los criados. Es una relación típicamente parasítica en donde el criado vive dentro de la casa del amo en una relación asimétrica. En la página 80 dentro del capítulo dedicaco al sirviente doméstico dice: "La relación tradicional amo-criado exhibe en forma casi pura las características de la asimetría. La desigualdad de poder y de recursos de los miembros de la relación esta n grande que no puede establecerse un equilibrio entre los servicios presetados y los beneficios recibidos.. Pues pese a que los sirvientes obtienen ciertos beneficios de la relación -protección, entre otros- siempre están bajo el poder del amo y expuestos a su explotación. Es decir, el amo obtiene algo a cambio de nada; o, en todo caso, a cambio de muy poco".
Dos individuos, un solo espacio. Uno podría vivir sin el otro, pero el otro no puede vivir solo. Una perfecta estructura de poder asimétrica
En la tercera parte ya se centra en las sectas y en organizaciones ambiciosas como los jesuítas, una de las primeras corporaciones modernas. Subraya cosen que "la secta tiende a uniformar la personalidad de sus miembros". También explica que "Mientras que en grueso de la sociedad y los grupos extensos suelen considerar la transigencia como una virtud, la secta sólo ve en ella un signo de deslealtad". Es muy interesante leer en estas páginas como para lograr la uniformidad se recurrre a procesos de desindividualización en la igualdad que se logra cuando cierto número de personas obedecen la autoridad de un individuo o de las ordenazas de una organización ambiciosa.
Muchos individuos iguales y unos individuos que son, como decía George Orwell en "Rebelión en la granja" son más iguales que otros.
Los humanos biológicamente somos estructuras coercitivas en donde las células sexuales se mantienen en nuestros cuerpos hasta que pasan a la siguiente generación. Cuando se crean las primeras
personalidades jurídicas modernas en la constitución de las Compañías de las Indias holandesas e Inglesas, se estableció la permanencia en el tiempo de estructuras comerciales ambiciosas. Ahora los negocios iban a sobrevivir a sus creadores y dueños. La ambición y la maximización de beneficios tomaba cuerpo en las "corporaciones". Para subir en estas organizaciones se necesita tener claro las reglas del juego. No hay amigos, solo hay intereses. Debes ser solícito con los jefes y distante con los subordinados... en fin todo el manual del trepa empresarial. Hay infinidad de libros que hablan de este arribista corporativo, que en España se llama coloquialmente "trepa".
En Haití los esclavos derrotaron a los amos blancos pero no derrotaron el sistema de explotación. Fue un gran logro derrocar la idea de que ser negro era ser inferior. Demostraron su voluntad de dejar de ser esclavos. Sin embargo, algunos de aquellos esclavos se consideraron "más iguales que los otros" y acabaron suplantando a sus antiguos amos, como si se tratase de una precuela del "Rebelión en la granja" de George Orwell.
Dessalines creó la bandera haitiana rasgando la bandera francesa en tres, descartando la parte blanca (que simboliza la eliminación de los franceses), y uniendo las bandas roja y azul para mostrar la unidad entre las poblaciones negra y mulata. El conflicto de la identidad está presente desde el min 1 de la independencia de Haití.
Dessalines adoptó la organización económica de la servidumbre. Proclamó que cada ciudadano pertenecería a una de dos categorías, trabajador o soldado. Además, proclamó el dominio del Estado sobre el individuo y, en consecuencia, ordenó que todos los trabajadores fueran atados a una plantación. Hombre de acción rápidamente percibió que el autoconsumo era el fin de la economía de plantación que tanta riqueza había proporcionado a los antiguos amos. Hay que tener en cuenta que Dessalines era analfabeto, pero sabía sumar dos y dos. De esta manera, pudo reestablecer lentamente la economía. Fue traicionado y asesinado en 1806 por sus colaboradores, dos años después de haberse autoproclamado emperador. Alexandre Pétion y Henri Christophe, tras su muerte, se repartieron el poder de la nueva nación.
Hiperliderazgos apuntalados por el enemigo externo
A nadie de fuera de latinoamérica se le pasa desapercibido el culto al libertador que existe en toda América Latina. El Monumento a los Próceres en Caracas es impresionante. Unos monolitos que recuerdan las heróicas batallas contra un monstruo implacable y tenebroso: la corona española. Monolito a la
Batalla de Carabobo. ¿Muertos? 200 o 300 según distintos historiadores. Un fin de semana movidito en la Penitenciaría del Litoral en Guayaquil. No es por desmerecer al libertador, es por poner en evidencia los "hechos discordantes". Dessalines, al eliminar el blanco de la bandera creo un mito fundacional: Haití la tierra de los esclavos libertos contra el odioso blanco opresor. Fue una gesta. Al mismo tiempo, la creación de un peligro exterior, peligro al que había además que pagar una
deuda odiosa a Francia por su independencia, hizo de los padres de la patria figuras casi mitológicas en el ideario nacional. Cuando desde el estado se inculca a los niños una devoción absoluta por un líder se prepara a la sociedad a sufrir el síndrome de abdicación. Los líderes se convierten así en figuras que van a garantizar el bienestar del pueblo. Es decir, ese gurú carismático se ocupará de mí, me defenderá y me dará lo que necesito. Yo no debo hacer nada, solo dejarme llevar. Ya no necesitarán luchar en su día a día porque saben que ese líder velará por sus derechos.
En el síndrome de abdicación suele haber un encuentro entre dos tipos de perfiles muy concretos. Por un lado está el narcisista, esa persona de ego mesiánico que necesita ser adorado. Por otra parte, están los seguidores, personas que necesitan seguir a alguien por diversas razones, algunas ya citadas: tener la sensación de que hay alguien que cuida de ellos, que defiende sus necesidades. Se necesita legitimidad. En el caso de Haití es legitimidad venía dada por el color de piel. Aquel que era negro o mestizo no era complice en el horror de la esclavitud. Además, ambos negros y mulatos estaban definidos por el blanco que les invadía, les había esclavizado y les sometía con una deuda odiosa. Una de las técnicas que se utilizan en control mental es la creación de una paranoia colectiva sobre un agente maligno que quiere hacer daño al grupo. Además, ese agente maligno se infiltra en el cuerpo social y nos obliga a desconfiar de todo y de todos. Por eso, es necesario descansar y aferrarnos a alguien.
Acemogly y Robinson, en su libro "Por qué fracasan los países", resumen esta pregunta en una solución simple: hay naciones extractivistas y naciones inclusivas. Las naciones extractivas están constituídas por élites que no permiten que se hagan negocios a sus espaldas. Todo tiene que pasar por sus manos. En el otro extremo estarían las naciones inclusivas que son las que tienen instituciones que hacen respetar la propiedad privada, garantizan una separación de poderes efectiva y posibilitan el correcto funcionamiento de una economía de libre mercado. Una crítica que salta al leer el libro es que no nombran que hay sociedades que no pueden despegar hacia estructuras inclusivas simplemente porque hay poderes externos que financian a las élites extractivas en su propio beneficio. Dessalines lo vió claro. La economía de Haití necesitaba de la explotación del azucar y el café para poder generar beneficios. Las cadenas de comercialización del azucar haitiano estaban en manos de los que dominaban los mares. Eran ellos los que se quedaban el beneficio mientras los haitianos ahorraban para pagar la deuda de la independencia.
Las sociedades inclusivas lo son porque existe un excedente de riqueza que puede mantener esas instituciones que velan por los derechos mercantiles y la propiedad privada. El feudalismo en Europa empezó no en la Edad Media, empezó con
Diocleciano que ante la falta de oro que causó el agotamiento de minas como las de las Médulas en la Gallaecia, y el desmoronamiento del comercio, ligó a los campesinos a las tierras para que al menos estas retuvieran el valor y todo el sistema económico no se viniese abajo. Esto también lo hizo Dessalines, en dos años de mandato. ¡Qué pena que grandes pensadores como Hegel o Rosseau no pudiesen ir más allá en su conocimiento del problema!
Colofón: como si fuese un chiste, escribí esta entrada durante la mañana de este lunes de baja laboral por picadura de manta raya. Al mediodía vino el señor de mantenimiento de la urbanización. Todos le llaman Cucaracha. Exige que le llamen Cucaracha. El fregadero perdía agua. Pensé que hacía falta la pistola de silicona. Me pidió un destornillador. Apretó y sin rastro de fuga. Le dije que el calefón del agua no funcionaba. Me dijo que sería de la pila, le dije que funcionaba con piezo eléctrico y que no tenía pila. Me preguntó si el cilindro del gas tenía gas. No tenía. Me miró con lástima Cucaracha. Le di 4 dolares para la cola. En fin. Ojalá Hegel y Rousseau hubiesen tenido un Cucaracha en sus vidas.
Bibliografía:
Haití y Hegel. Susan Buck-Morss. Editorial: ISBN: 978-607-16-1808-5
Louis Sala-Molins, Le Code Noir, ou le calvaire de Canaan (París, 1987)
Pierre Boerdieu. L'ontologie politique de Martin Heidegger
Lewis Coser. Las instituciones voraces. Fondo de Cultura Económica.
Steve Taylor. Desconectados. Las raíces de la crueldad humana y cómo la conexión puede sanar el mundo. Ediciones La Llave.
James C. Scott. Los dominados y el arte de la resistencia.
Pierre Clastres. "La sociedad contra el estado"
Byung-Chul Han en su libro "La sociedad del cansancio". Ed. Herder
Esteban Fernández-Moreira y Hégira Ramírez. "La interacción con otros genera la identidad biológica". Ed. UEES.
George Orwell. Rebelión en la granja. Ed. Alianza
¿Por qué fracasan lo países? Daron Acemogly y James A. Robinson. Ed. Ariel