FÉLIX GOÑI CATEDRÁTICO DE BIOQUÍMICA DE LA UPV/EHU
"La universidad mantiene a una cantidad de vagos impresionante"
Cuando un profesional de reconocido prestigio internacional ha llegado donde ha llegado por méritos propios no es rehén de pleitesías cortesanas. Hoy en día es difícil dar con voces libres y la del profesor Goñi lo es en el ámbito universitario. Su voz suena alto y claro, quizá demasiado
IDOIA ALONSO - Viernes, 29 de Marzo de 2013 - Actualizado a las 05:34h.
BILBAO. Félix Goñi es uno de los once sabios designados por el Consejo de Ministros para elaborar el informe sobre el que el ministro José Ignacio Wert pretende asentar la futura reforma universitaria. El documento Propuestas para la reforma y mejora de la calidad y eficiencia del sistema universitario español para la reforma universitaria sugiere profundos cambios en el proceso de selección del personal y la gobernanza de las universidades, su financiación, la evaluación de la calidad y la racionalización de las titulaciones. Las propuestas para la desfuncionarización del profesorado y acabar con la elección por sufragio del rector han levantado más de una ampolla. Unas "descalificaciones de índole ideológica" que Goñi no duda en atribuir a una corriente que pugna por mantener el statu quo e, hilando más fino, a "los que no pegan ni golpe" en la universidad.
¿El Ministerio les planteó alguna directriz o gozaron de plena libertad e independencia?
Sé que mucha gente nos ve como emanaciones de Wert, o algo así, pero es una percepción completamente equivocada. No voy a decir que no hubiera nadie en el comité que fuera elegido por su amistad con Wert, porque sí que había una persona. De mí puedo decir que con Wert he cruzado ocho palabras de cortesía en una comida y una cena a las que nos invitaron. Esta ha sido mi relación con Wert, y estoy seguro de que había una gran heterogeneidad en las opciones políticas de los miembros del comité y que fueron seleccionados porque se les suponía expertos universitarios. No voy a decir que el Ministerio sea un alma cándida libre de toda culpa, no, ellos desde el principio quisieron hacer cosas que nosotros les dijimos que no íbamos a hacer.
¿Como cuáles?
Gente del Ministerio -ni Wert, ni la Secretaria de Estado- nos plantearon que como tenían mayoría absoluta iban a hacer todo lo que nosotros tuviésemos claro que había que cambiar. Algún alto cargo nos hizo este tipo de insinuaciones en la primera reunión y dejamos claro desde el principio que no estuviera en nuestras reuniones; segundo, que no íbamos a decir nada hasta que entregásemos el informe; y tercero, que si todo esto no se negociaba con el PSOE, al menos, con la Conferencia de Rectores (CRUE) y con Catalunya y Euskadi era un trabajo inútil.
¿Por qué?
No tiene sentido -aprovechando la mayoría absoluta- hacer una reforma si en X años va a venir el PSOE y lo va a cambiar. Todas las políticas serias son a largo plazo, es decir, si hoy se pusieran en marcha todas las recomendaciones del informe tardaríamos quince años en ver claramente los resultados, en diez nada.
Bueno se seguiría una tradición muy española, la de llegar al poder y cambiar la legislación educativa.
Exactamente. No sé lo que harán y desde el Ministerio creo que ni siquiera nos intentaron dar unas directrices. Lo que ocurre es que los problemas de la universidad son tan obvios que cualquiera puede llegar a la misma conclusión que nosotros. De hecho, en los últimos 20 años se han hecho ocho o diez informes como el nuestro y todos dicen lo mismo. Es que en ningún país del mundo fuera de España el rector lo eligen los universitarios o los claustros a no ser que sea en Sierra Leona, por decir algo. Pero desde luego en ninguna universidad a la que nos gustaría parecernos ocurre eso y otras cosas por el estilo. Por eso, todos los informes acaban diciendo lo mismo.
Si no tengo mal entendido dos de los miembros del comité abandonaron, el Ministerio dice que por causas personales. Pero parece que la explicación queda un poco 'justita'...
Pues una persona lo dejó por motivos de salud y a la otra persona no le gustaba la manera en la que se organizó el trabajo.
Otros dos miembros, los únicos juristas del comité, han suscrito una 'addenda', un voto particular que cuestiona seriamente la constitucionalidad de algunas de las propuestas relacionadas con la contratación del profesorado y la gobernanza de las universidades.
Había dos juristas que tenían esa opinión y nosotros consultamos con otros juristas que tenían otra opinión. Y ahora a petición de varias comunidades autónomas el Ministerio ha pedido un informe a la Abogacía del Estado que dirá lo que le parece. Naturalmente, a nosotros no nos pidieron que hiciésemos el borrador de una ley orgánica, ni que hiciéramos propuestas en el actual marco legal, sino que realizáramos un informe sobre cómo creíamos que debía ser la universidad, qué habría que cambiar para hacer una universidad mejor. Y nosotros dijimos lo que según nuestras experiencias en estas y otras universidades haría de la universidad española una universidad mejor. Y claro, hay que cambiar muchas cosas. Si hay que cambiar la Constitución o no, pues no lo sé, pero me llama la atención que expertos constitucionalistas como el profesor Oscar Alzaga diga que sí y otros expertos constitucionalistas que no.
En cualquier caso, eso es tarea del legislador.
Sí, claro, nosotros ya hemos terminado con nuestra labor, ese ahora es su problema.
Con estos mimbres, con dos miembros del comité que abandonaron y otros dos poniendo en solfa la constitucionalidad de parte de las propuestas, ¿el informe debe ser la única base sobre la que realizar una reforma de este calado?
Aunque el informe hubiera sido obra de una sola persona, si las ideas son buenas, son buenas. El informe no es bueno o malo porque hayan participado siete, nueve o quince expertos. Y, sinceramente, creo que el informe es bueno y que si se pusieran en marcha las medidas en 15 o 20 años la universidad española estaría al nivel de la universidad francesa, alemana o inglesa.
La cuestión es si ese informe solo es la base para una nueva legislación. No, evidentemente. Y el Ministerio lo entiende así y ya ha puesto en marcha un mecanismo formal de conversaciones con los rectores porque creo que ya está nombrada la Comisión Mixta Ministerio-CRUE. Y sé que están hablando con Cataluña y Euskadi, o eso creo. Aunque considero que las medidas del informe son buenas sería suicida que el Ministerio las aprobase haciendo valer su mayoría absoluta, hay que convencer de ello o ser convencido de lo contrario por los grandes actores de esto.
En una situación como la actual, en la que las universidades padecen un gran ahogo financiero y restricciones severas en la gestión del personal, ¿es el momento de plantear una reforma?
Sí, es urgentísima. Bueno, se tendría que haber hecho hace 30 años.
¿Y cuáles son las fuerzas que han impedido el cambio tanto tiempo?
¿Quién no quiere reformar? Los que no pegan ni golpe. La universidad mantiene a una cantidad de vagos impresionante, y esos no tienen ninguna prisa en cambiar porque se pegan la vida padre. ¿Los sueldos de la universidad son altos o son bajos? Depende, si tu te limitas a dar tu clasecita estás muy bien pagado, pero es que a nosotros nos llaman personal docente e investigador, por lo que la investigación no es una potestad, es una obligación y da la casualidad que la mayor parte de los profesores de la UPV/EHU no hacen investigación.
Bueno, creo que de los 3.200 docentes de la UPV/EHU no tienen reconocido seis años de investigación más de 700.
Hablo de la UPV/EHU porque es la más cercana, pero podría decir exactamente lo mismo de la Complutense. Lo que quiero decir es que hay un montón de gente que no tiene el menor interés en que cambie nada. Hay gente que se está inventando trabajos burocráticos, es que hasta los vagos se aburren de no hacer nada y tienen que inventarse quehaceres burocráticos que le correspondería hacer al personal de administración
Es que las universidades reconocen ese trabajo burocrático y de gestión como mérito a la hora de los pluses
Es que se juntan el hambre con las ganas de comer, es increíble. Que para ser catedrático sea un mérito haber dedicado un tiempo a la burocracia es otra de las cosas que no existe en ningún sitio del mundo y que, por supuesto, nosotros queremos eliminar a toda costa.
Desde luego el informe esboza un panorama desolador, el de una universidad a años luz de la excelencia, con exceso de burocracia, falta de investigación, excesiva funcionarización, endogamia y falta de transparencia en los órganos de gobierno, mala financiación... ¿Tan mal estamos?
Sí, estamos muy mal. Lo que pasa es que vivimos en un país en el que la gente no sabe qué es una universidad. Esto es algo que he aprendido en este comité, que según los estudios sociológicos los ciudadanos españoles están la mar de contentos con su universidad. Y yo creo que esto es porque no han visto nunca una buena universidad, pocos han experimentado en España la universidad como una fuente de ingresos más allá del dinero que se dejen los estudiantes en la matrícula. Es tal la ignorancia que hay en España sobre lo que es una universidad buena que la de aquí les parece buena.
¿Por qué hay esa percepción?
Porque la tengo al lado de casa, el niño no tiene que salir a otro lugar, puede seguir viviendo con sus papás hasta los 35 años, no me cuesta mucho dinero, o al menos la puedo pagar, el niño me va aprobando, luego acaba la carrera y no encuentra trabajo, pero ya se sabe que es por la crisis, y lo tengo en casa hasta los 45 años… Pero la universidad es buena. ¿Qué ocurriría si no hubiera ningún equipo de fútbol español entre los 200 mejores del mundo?
¡La gran pregunta!
Si se hiciera una clasificación objetiva -como lo es el ranking de Shanghai para las universidades- y se descubriera que ningún equipo español está entre los 200 mejores del mundo, caería el gobierno al momento. Y no hay ninguna universidad española, pero ni lejanamente, en esos puestos. Hay alguna que debe estar en el puesto 300, pero es una cosa que no se corresponde en absoluto con un país que se supone que está entre los diez o doce mejores países del mundo casi en cualquier parámetro.
¿Y qué medidas serían inaplazables?
Yo señalaría dos propuestas claves. La más importante, financiación de acuerdo con resultados sobre la base de una evaluación externa. Yo le doy dinero para abrir la persiana, pero si quiere hacer cosas bonitas, contrato programa. Le das parte del dinero, al cabo de cuatro años evalúas. ¿Ha cumplido?, más dinero. ¿No ha cumplido?, menos dinero. Lo que proponemos, no sé lo que hará el Ministerio, no es la típica normativa reglamentista sino sugerencias para elevar la eficacia. Hace falta meter mucho más dinero pero no merece la pena en la situación actual si la universidad no responde con resultados al dinero que se le da.
¿Y la otra clave?
Que el rector y los decanos tengan autoridad. Hay que acabar con el sistema asambleario, lo que algunos llaman democracia interna de la cual podría hablar largo y tendido. Acabar con el gobierno asambleario de las universidades, que el rector tenga autoridad, ojo, y responsabilidad porque como en el periodo adecuado no haga las cosas bien se va a la calle, no como ahora. Y lo mismo con el decano o el director de departamento.
Y después de lo dicho, ¿cree sinceramente que la comunidad universitaria va a estar por la labor?
La mejor gente sí, pero la mejor gente es una minoría. Pero como dicen en América: El pavo no vota por las navidades. Estamos recibiendo diez elogios por cada crítica, ahora, los diez elogios son en privado y de personas verdaderamente notables, y las críticas son en público, que además no son críticas, que aceptaríamos encantados, son descalificaciones ideológicas. Por otro lado, no podemos esperar otra cosa porque si nosotros lo que queremos es que los profesores se ganen su sueldo, que los alumnos encuentren una universidad mejor, quiere decir que hay que trabajar mucho más, que hay que aligerar un montón de estructuras inútiles... Nunca hemos pensado que nos iban a aclamar en loor de multitudes, porque hacer una universidad buena a partir de una universidad mala es difícil. Y por hacer un chiste malo, dicen que reformar una universidad es como trasladar un cementerio de lugar, nunca esperes que los que están dentro te van a ayudar.
Hacer vaticinios no es un comportamiento muy científico. Pero le pido que me haga un pronóstico: ¿Esta legislatura habrá reforma de la universidad?
Soy pesimista.