Calhoun y sus investigadores crearon una serie de "utopías de ratas" cerrando espacios en los cuales a los animales se les dio acceso ilimitado a alimentos y agua, permitiendo el crecimiento ilimitado de la población
El resultado de este experimento acuñó un término, drenaje conductual, que describe el colapso demográfico de una población como resultado del estrés por falta de espacio. En el enlace a Wikipedia hay enlaces a su vez a la bibliografía original
Es curioso, en este mismo blog ya había hablado de tener un territorio para amar. Parece que la inseguridad laboral en los trabajadores les afecta a su capacidad para establecer una pareja reproductiva. En Japón existe el fenómeno de los hombres herbívoros que a diferencia de sus padres ya no quieren tener un trabajo fijo. Este nuevo tipo de masculinidad se parece muchísimo a la de los ratones "the beautiful ones" que se observan en el experimento Universo 25: no poseen un territorio e invierten su tiempo en su autocuidado.
Cuando el territorio es un disparador del sexo
Los varones heterosexuales somos territoriales para poder acceder a otro territorio, el femenino, necesario para reproducirnos. Ese territorio masculino implica eliminar o ahuyentar a otros elementos masculinos. Por eso, los adolescentes, con el aumento de la testosterona tienden a pelear contra otros machos. Para comprender esta idea vamos a verla en negativo, es decir, ¿Puede haber machos no territoriales? en el caso de los peces pelágicos, los que viven en grandes cardúmenes, los machos y las hembras frezan una noche al año y allí que los óvulos y los espermatozoides se las apañen.
Este tipo de machos no son territoriales. El territorio surge cuando esos peces evolucionan a anfibios, a reptiles... y es ahí cuando los óvulos no flotan en el mar. Se encuentran dentro de las hembras que los protegen con su cuerpo. Si eres capaz de ahuyentar a los otros machos podrás tener acceso a esos óvulos. Por eso, tener un territorio es tan importante en la estrategia sexual de los machos terrestres.
La testosterona modula el cerebro masculino para ser territorial
Hay un experimento muy interesante con ratas. Si a una rata gestante se le inyecta un bloqueador de testosterona y la cría resulta ser un macho, resulta ser indistinguible de otros machos. La diferencia se observa cuando llega el despertar sexual. Cuando a un macho rata se le mete en una caja con otro macho acaban peleando para marcar la jerarquía. En el caso de los macho a los que se les bloqueó la testosterona en el periodo embrionario, cuando se meten en una caja con machos no manipulados su conducta es la de una hembra: arquean su lomo y le presentan los genitales, es lo que se llama lordosis.
Los peces machos y los peces hembras que viven en el océano son indistingibles los unos de los otros. Realmente no necesitan serlo. Los machos mamíferos somos peces evolucionados en donde los lábios menores y mayores de nuestras vaginas embrionarias se han soldado para formar un puente de carne que permita que los espermatozoides no abandonen el medio acuático desde nuestros testículos a la vagina, que es una "invaginación" con un moco salado que mimetiza el mar en el que los espermatozoides evolucionaron. Lo mismo que el pene es una vagina evolucionada, el sexo masculino es un sexo evolucionado en un ambiente terreste, seco y hostil como para echar los espermatozoides al medio y esperar a que ellos fertilicen a algún óvulo. Hay pocas hembras y tenemos que luchar por ellas.
El pez luchador de Siam nos enseña que territorio y testosterona van unidos
Una característica de los peces luchadores de Siam es que poseen un órgano que les permite respirar oxígeno del aire, que se denomina Laberinto, por lo que puede permanecer fuera del agua en lugares húmedos, respirando el aire ambiental, y construir nidos de burbujas. A diferencia de los peces pelágicos, que viven en mar abierto y no son territoriales y no se diferencian entre machos y hembras, el luchador de Siam presenta un marcado dimorfismo sexual
Los machos, al momento de ver a la hembra, despliegan y extienden sus aletas en un baile de cortejo, para conquistar a la hembra y aparearse debajo del nido de burbujas que construyen para ella. Si un macho establece contacto visual con otro macho de su mismo género no dudará en desplegar sus aletas y atacar al macho rival de manera agresiva. Lo mismo si les pones un espejo en el acuario.
Un aspecto amenazador puede ser una estrategia muy rentable: no te obliga a pelear por un territorio ya que los rasgos que exhibes, asociados a peligrosidad, agresividad, fuerza trabajan para ti asustando a tus competidores. Esta estrategia es usada a todos los niveles: cornamentas de ciervos, melenas de leones o tener unos misiles más gordos y grandes que tu competidor.
¿Son los comportamientos sociales predecibles y programables?
Los biologos sintéticos han conseguido hacer un diagrama de flujo que conecta las tomas de decisión de las 300 neuronas de C. elegans. Gracias a este diagrama han creado un programa que simula como responde el cerebro de este gusano a los distintos estímulos. ¿Se puede crear un diagrama de flujo que prediga estos comportamientos que se observan en los experimentos de utopías de ratas?
Physarum polycephalum es un hongo que forma la célula más grande del planeta. Es capaz de aprender a superar obstáculos
Posiblemente en esos diagramas de flujo no hayan demasiados outputs, en parte porque una sociedad que no procrea no tiene continuidad en la línea de tiempo. Investigadores analizaron los árboles de decisiones de unos populares libros para adolescentes llamados "Elige tu propia aventura". Llegaron a la conclusión de que el número de interacciones era limitado debido a que existía una especie de estructura oculta que limitaba el número de posibles outputs. Es como una lógica del no retorno que hace que las posibles salidas ya no sean ilimitadas a medida que avanza la linea de tiempo. A las personas nos pasa lo mismo. Todo es posible cuando somos jóvenes y a medida que nos hacemos mayores nuestras posibilidades disminuyen.
Creo que en la evolución de una bacteria comensal, como Escherichia coli, a llegar a ser un patógeno tiene que ver por sucesivas adquisiciones de material de origen vírico que hace que se vuelva menos adaptable al medio ambiente para ser predecible en su comportamiento lo mismo que un delincuente que no necesita saber hacer muchas cosas, solo cuatro: amenazar convincentemente, tener un medio para escapar, saber esconderse y elegir sus víctimas. Seguro que en la evolución de la patogenicidad de una bacteria se encuentran esas estructuras ocultas, lo mismo que en el experimento Universo 25
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