martes, 6 de noviembre de 2018

El encuentro con el otro en la divulgación científica

Estamos en la Red, pero no escuchamos al otro, solo hacemos ruido
“Sin la presencia del otro, la comunicación degenera en un intercambio de información: las relaciones se reemplazan por las conexiones, y así solo se enlaza con lo igual” Byung-Chul Han. Este filósofo coreano estudia el narcisismo de las redes sociales. Un narcisismo que busca la repetición del yo pero que es ciego a la hora de ver al otro. La buena divulgación científica es aquella que crea un puente entre las distintas personas, formaciones, culturas e intereses. Comunicación es abrir brechas en los muros.

Un método para librarte de que te convenzan con milongas
Creo que la educación es riqueza como apunta Escohotado en el video. Pero además de educación necesitamos métodos de conocimiento que nos permitan tener una percepción correcta y objetiva, en lo posible, de la realidad. Si no se tiene un método de conocimiento da igual a cuanta información tengas acceso que no podrás llegar a conclusiones por ti mismo. Si no tenemos este método de conocimiento seremos víctimas del discurso del otro, que en nuestro sistema capitalista es el marketing. Pensemos, por ejemplo, en los anuncios de coches. ¿Ofrecen datos sobre sus características? ¿Presentan informes realizados por entidades independientes? Porque eso sí que generaría consumidores informados capaces de tomar decisiones racionales. En cambio, lo que vemos es un coche volando, pilotado por un actor famoso.

Noam Chomsky, recientemente en una entrevista, se lamentaba de que hoy en día la gente no cree en los hechos "La desilusión con las estructuras institucionales ha conducido a un punto donde la gente ya no cree en los hechos. Si no confías en nadie, por qué tienes que confiar en los hechos. Si nadie hace nada por mí, por qué he de creer en nadie". Por ejemplo, no vacunas a tus hijos, uno de tus hijos muere por no estar vacunado y sigues sincreer en la efectividad de las vacunas.

El método científico puede ser una ayuda a la hora de entender los hechos. Pero no se puede divulgar el método científico como si estuviésemos delante de una clase porque los alumnos son público cautivo. Si no tuviesen un examen que pasar la mayoría no perdería su tiempo escuchándonos. Por eso, para hacernos entender, tenemos que contar una historia que entretenga. Una historia basada en hechos reales. Es muy interesante contar la historia de Pedro Leiva (un heroe), descubridor de la quina, y contrastarla con la del fundador de la homeopatía (un villano)

A la izquierda imagen de Google Street de la calle dedicada a Pedro Leiva en Malacatos, Loja, Ecuador. Esta calle es el único reconocimiento a Pedro Leiva existente en el Ecuador hasta la fecha que conozca. A la derecha Monumento a Samuel Hahnemann en la el "Scott Circle" en la avenida Massachusetts en Washington DC. Además de esta estatua, el tal Samuel, tiene otros muchos monumentos repartidos por el mundo.

El discurso hegemónico, o las pseudociencias, se imponen allí donde no existe un método de conocimiento
El astrónomo y divulgador Carl Sagan creó un decálogo para detectar fraudespseudocientíficos. Los divulgadores de "La ciencia y sus demonios" crearon otro decálogo del "a mi me funciona". Con este tipo de iniciativas se busca dar herramientas para detectar fraudes pseudocientíficos.

Los mitos históricos nacionalistas, por ejemplo, sirven para cohesionar a la tribu. Se busca la ofensa para demonizar al otro y legitimar al grupo.  La mayor parte de las veces carecen de una base histórica fuerte. Los discursos hegemónicos ligados al poder crean discursos de mano dura, es decir, verdades inapelables. Todos los imperios borran los símbolos de los poderes anteriores. Los españoles laminaron, en la medida de sus posibilidades, la presencia prehispánica. Tallaban las piedras de los palacios incas anteriores a su llegada para que parecieran construidos por ellos mismos. Lo mismo ocurre cuando compramos en un centro comercial, pongamos el Quicentro Norte de Quito. Tooooodos los modelos son de origen centro europeo, rubios a ser posible. Asociar piel clara con éxito social y económico es un error, todos lo sabemos, pero en Brasil, las mujeres que quieren quedarse embarazadas por inseminación in vitro compran semen norteamericano, de individuos rubios, porque saben, y las estadísticas lo confirman, que en Brasil, si eres de piel clara ganas hasta un 30% más de salario de media. Utilizando un método de conocimiento, el científico es uno de ellos, este tipo de creencias se diluyen como azucarillo en un café. Por eso es tan útil tener uno.

El autoritarismo científico NO os hará libres
Esto lo explica Javier Peteiro con más solvencia de la que yo pueda tener. Si conocemos el método científico sabremos que no se puede utilizar a la ciencia para todo. La ciencia, como método, es limitada y por tanto debe de estar constreñida en los límites de aquello que se puede demostrar. No debe nunca de utilizarse para refutar aquello que excede sus límites como la vida espiritual.
La mano dura, los argumentos inapelables generan desconfianza. Sospechamos un discurso hegemónico que nos va a alienar. Es poco elegante estar tooooodo el día diciéndole a la gente la verdad. Por eso, cuando hacemos divulgación científica debemos saber crear escalas de más importante a menos. Por ejemplo: es importante convencer de que debemos vacunar a nuestros hijos. Respecto a los métodos para adelgazar... yo ahí no me metería. Los estudios científicos en esta área son poco concluyentes. En la mayoría de los casos los productos son placebos. En todo lo referente a tratamientos antiedad nos encontramos con lo mismo: usuarios angustiados por el paso del tiempo que se toman una pastilla, carísima para lo que es y para los nulos efectos que produce, para mitigar esa angustia. Es un tema de fe. Por lo tanto, no meterse en ese charco y reservarse para batallas importantes.
 
Los nuevos lenguajes abren brechas en los muros
Durante 2500 años en Occidente se consideró a Aristóteles el sabio por excelencia. Aristóteles sostuvo que los sordos de nacimiento carecen de ideas morales y de capacidad de pensamiento abstracto y que por ello, aun aquellos que no son realmente mudos, no pueden hablar. Decía “Pueden dar voces, mas no pueden hablar palabra alguna”. San Agustín afirmaba "Aquel que no tiene oído no puede oír, y el que no puede oír jamás podrá entender, y la falta de oído desde el nacimiento impide la entrada de la fe".
Fray Pedro enseñando a un alumno. Detalle de un monumento a Ponce de León en el Parque del Retiro de Madrid (1920). Fuente: Wikipedia. Philippe Schlenker, investigador del Institut Jean-Nicod y profesor en la New York University ha demostrado que el lenguaje de signos es un superlenguaje porque combina los recursos lógicos del lenguaje hablado con recursos visuales icónicos muy potentes.
Cuando el monje benedictino español, Pedro Ponce de León(1506-1584) logra enseñar a hablar a dos niños sordos de nacimiento, sobrinos de Pedro de Velasco, IV condestable de Castilla, demuestra claramente que si es posible enseñar a hablar a un sordo. Lamentablemente se perdió la obra en la que Ponce plasma por escrito su método de enseñanza. En 1620, Juan Pablo Bonet, publica la primera obra conservada sobre la educación de los discapacitados auditivos: "Reducción de las letras y arte para enseñar a hablar a los mudos".

En la sura 8, versículos 22 y 23 del Corán dice "Las peores bestias de la tierra ante Alá son los mudos y los sordos, que no entienden nada. Si Alá hubiese visto en ellos alguna buena disposición, les habría dado el oído. Pero si lo tuviesen, se extraviarían y se alejarían de él"


Gracias a estos esfuerzos, los sordos, nunca más estuvieron en esa categoría intermedia entre animales y hombres. La clave del éxito fue encontrar un método para que los sordos aprendan a pronunciar palabras y a construir progresivamente frases con sentido. En la divulgación científica debemos trabajar en esta línea.

Hoy en día, los lingüistas están descubriendo que el lenguaje de signos que emplean los sordos nos enseñan sobre las limitaciones y estructura de nuestro lenguaje hablado. Y de repente, de enfrentar esos dos lenguajes surge, EXPLOTA, el drama: ¡Nuestro lenguaje nos limita! Lo que nos define como animales pensantes nos limita. Queremos expresarnos sin límites y el medio en el que desarrollamos nuestro pensamiento nos limita. Si los lingüistas no nos enfrentasen a este hecho, al comprobar nuestras limitaciones frente al lenguaje de signos, nunca seríamos capaces de percibir estas fronteras.

Y de repente, como gallego y español, residente en Quito, me doy cuenta de que el drama del mestizo, aquel que no es ni indígena ni europeo, va más allá del dolor de no saberse aceptado. Los mestizos, los que se crían en el bilingüismo o la diglosia, son conscientes de los límites de ambas cosmovisiones. Ser consciente de esos límites es una percepción positiva del hecho de no pertenencia a ninguna de las dos cosmovisiones. Estás fuera, pero estás consciente. ¡Qué bello descubrimiento!.
Estar dentro o estar fuera. Uno de los debates políticos más importantes en el siglo XXI. Los humanos, como especie, somos naturalmente empáticos, pero si somos capaces de señalar a alguien como no perteneciente a nuestra tribu, la empatía se bloquea

Al mestizo le paso lo que le ocurre a esta ovejita: está señalado. Es un panchito para los europeos, un latino para los gringos, y para los indígenas es un no-indígena, e incluso un gringo. Por eso creamos símbolos. Para definir nuestro territorio concreto. El mestizo ecuatoriano crea sus propios símbolos, los símbolos del poder republicano. Se hace mención al condor y se utiliza la estética europea. El escudo del Ecuador es un símbolo de esa nueva identidad. Sin embargo, aunque se trata de crear una nueva identidad, la fortaleza del discurso de las nacionalidades indígenas y de la "europeidad" le hacen ser consciente de los límites de ambas.

 En película "La llegada" los alienígenas utilizan un lenguaje tridimensional que refleja su superioridad cultural

 Falta una conclusión. Estoy trabajando en ello. Creo que tiene que ver con el amor y el respeto por el otro.

2 comentarios:

  1. Hola, Esteban.
    Agradezco mucho que recojas mi libro en un post como éste en el que incides en dos puntos tan esenciales como complementarios, el respeto al otro (la limitación del lenguaje es algo importante que destacas) y la bondad del método científico. Es realmente importante lo que subrayas, "las pseudociencias se imponen allí donde no existe un método de conocimiento".
    Todo lo que se insista en que la ciencia es esencialmente método me parece poco. Es por eso que este postlo considero especialmente oportuno.
    Quizá por la propia necesidad que imponen los curricula escolares, creo que hay poco tiempo (y, a veces, tampoco ganas) para incidir en que la autoridad de la ciencia descansa en la humildad, sencillez y respeto al otro, de su método. Es el método lo que habría que enseñar esencialmente, porque, de no hacerse así, es fácil que la ciencia misma sea vista como secuencia "lógica" e histórica de resultados de avance, entrando en el mito del progreso imparable. De ese modo, la ciencia, olvidado el método, deviene en mera narración o, lo que es peor, en creencia para quien la absorbe y, como tal creencia, puede fácilmente ser sustituida por la creencia pseudocientífica, que no precisa de método alguno como bien dices.
    Enhorabuena y mis mejores deseos para ti y para este trabajo en forma de blog.
    Un abrazo,
    Javier

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  2. Gracias Javier por tus alentadoras palabras. Me falta escribir sobre el encuentro con uno mismo. En las universidades se enseña a producir textos científicos a los estudiantes, incluso durante la carrera, antes de que los estudiantes tengan "algo que decir". Se les enseña a utilizar un lenguaje impersonal que va dando vida a un discurso acrítico y monocorde cuyo único fin es repetirse en uno y mil papers. La anulación del "algo que decir" es tan potente que recuerda a veces en lo que ocurre en las sectas que utilizan control mental. Un abrazo

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