domingo, 2 de diciembre de 2018

Dicen que nunca podré ser de Quito

Me he enamorado de los Andes después de subir una cuesta de varios km en bicicleta, agotado, me encontré llaneando, observando los valles profundos, oliendo a humo de leña, tomando una curva, el distinto verde de los campos creaba una sensación rítmica. De repente sentí que estaban experimentando algo que me había causado placer cuando niño en Galicia: ir de la mano de mi abuela semanas antes de su partida, por un camino al final del verano, oler el humo que en esos días es pesado y como que le cuesta ascender, se concentra entre las hojas de los árboles. Algunos verdes comienzan a apagarse y las hojas de la viña amarillean y se vuelven quebradizas. Lo vivido con aquellos que amamos, los momentos en los que tuvimos el tiempo y la calma para percibir los matices vuelven a nosotros y crean un ritmo que nos sosiega y nos recuerda que fuimos felices aunque en aquellos momentos no lo percibimos.
Dicen que nunca podré ser de Quito. Sin embargo, veo en esta ciudad cosas que los quiteños no perciben. No soy de Quito como vosotros sois de Quito. Cuando pasen los años, lo bueno que en esta ciudad me ha pasado, volverá a mi en situaciones que me recordarán lo vivido. De repente el recuerdo de la mole del Rucu entrará en sintonía con el parafraseo del pasillo y las sombras en una piel morena. Esa sensación de repetición me harán despertar y recordar que he sido amado. Mi mano asida por otra mano en una ciudad a la que, en principio, no pertenezco.

Si amigos, yo he matado a Atahualpa

Los españoles hemos robado el oro, y matado a Atahualpa, por lo menos en el Ecuador. Supongo que en Perú será Huascar... No pasa una semana en que no oiga "Uds robaron el oro". Si claro, yo robé el oro antes de ayer. Llevo 500 años dando guerra en la región. Por ese motivo he organizado una práctica de laboratorio para que entiendan que los genes de los que robaron el oro los llevan los latinoamericanos, no los españoles de la península.  
El mestizaje ha sido para América Latina un trauma difícil de digerir: no son indígenas, no son europeos, es más, su herencia europea innegable les recuerda un proceso de violencia cultural muy difícil de digerir.

Quien haya vivido en América Latina se habrá dado cuenta que el mestizaje se vive de una manera incómoda y esquizofrénica. Se ama y se repudia lo indígena, se ama y se repudia lo español (no conozco el caso brasileiro). Esta manera de se, estos traumas, se han plasmado en un arte de resistencia como es el barroco quiteño

Los símbolos nacionales también se hacen eco de ese odio a lo español. La primera descripción de los colores que poseía la bandera de la Gran Colombia, se atribuye al político colombiano Francisco Antonio Zea, quien declaró durante su discurso en el Congreso de Angostura de 1819 (congreso en el cual nació la Gran Colombia) lo siguiente:

"Nuestro pabellón nacional, símbolo de las libertades públicas, de la América redimida, debe tener tres franjas de distintos colores: sea la primera amarilla, para significar a los pueblos que queremos y amamos la federación; la segunda azul, color de los mares, para demostrar a los déspotas de España, que nos separa de su yugo ominoso la inmensidad del océano, y la tercera roja, con el fin de hacerles entender a los tiranos que antes de aceptar la esclavitud que nos han impuesto por tres siglos, queremos ahogarlos en nuestra propia sangre, jurándoles guerra a muerte en nombre de la humanidad".
Odiar a lo español, echarle la culpa del atraso al oro robado es una gran excusa para seguir haciendo lo de siempre. Siempre les cuento a mis alumnos el caso de Corea del Sur. Corea fue una colonia japonesa hasta 1945. Después de la II Guerra Mundial tuvieron una guerra local en la que los Norteamericanos lanzaron sobre el país más bombas que las que utilizaron en Europa de 1941-1945. El despegue del país se debe a un compromiso férreo con la educación.

Es un pensamiento esencialista creer que todos los españoles somos los que robaron el oro y violaron a las mujeres, lo se, pero es un mito fundacional de América Latina, lo mismo que la devoción por el Che Guevara y por las vírgenes locales. Es lo que hay.  Por eso nunca seré de Quito.

ULTIMA HORA: EL VERDADERO NOMBRE DE ATAHUALLPA

Todos llaman Atahuallpa al último gobernante del imperio de los Incas, pero su verdadero nombre no era ése, Atahuallpa viene de atha: nudo y wallpa: gallina. Más o menos sería "gallina atada", pensémoslo, quién le pondría de nombre gallina al hijo del soberano de toda Sud América? Además, las gallinas fueron traídas por los españoles, no existían cuando "Atahuallpa" había nacido.

Este apodo le fue puesto al inca por los españoles, al ver que se despedía llorando de su familia al saber que había sido condenado a muerte. Para la posteridad, el cronista Sarmiento de Gamboa, fue el primero en llamarlo "Atahuallpa" como si ése fuera su nombre y no el apodo que le pusieron por haber sido vencido, de manera malintencionada y hasta dolosa.

Con los años, todos llamamos de ese modo a nuestro último soberano legítimo, nada se hizo por aclarar el hecho, pero no es tarde, el nombre de nuestro inca era "Atabalipa", cuyo significado es "hombre fuerte y valiente".

Todos los documentos de inicios de la conquista (1532 - 1560) hablan de Atabalipa, nunca lo llaman Atahuallpa).

* Fuente: congreso latinoamericano de historia indígena

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