miércoles, 12 de diciembre de 2018

El estudio no os hará libres

 
El sistema de notas es algo bien perverso. Aprobar, conseguir un título, no te garantiza nada. Las notas tienen ese tipo de perversión que se podía leer en la entrada de los campos de concentración: "El trabajo os hará libres". Trabajo iban a tener, eso si, la libertad era simplemente una zanahoria para tenerlos controlados. Estudia y tendrás un porvenir. Bueno, estudiar vas a estudiar, lo del porvenir ya se verá. Ahora bien, si traspasas la puerta del recinto académico debes de saber que existen unas reglas, que hay que conocer, para poder jugar a este juego. Las reglas están descritas en el sílabo y la rúbrica. El sílabo es como un contrato entre el alumno y el profesor. En él se dice cuanta materia y cómo se va a evaluar. En la rúbrica se explica qué es lo que tiene que aprender el alumno y cómo se le va a evaluar ese conocimiento.
"No entiendo que es lo que pasa. Yo entiendo bien sus clases y estudio, he asistido a las tutorías, pero eso no es lo que reflejan mis notas..." "La verdad es que no me siento nada bien con las notas que tengo..."
No merece la pena pedir la recuperación de notas si esa recuperación no está en el sílabo. Si un profesor hace exámenes de recuperación que no está en el sílabo está mandando un mensaje erroneo y  equivocado: "Hay reglas pero las reglas se pueden cambiar si yo quiero siempre que un alumno me ruegue mucho". Las reglas son un contrato social que todos debemos de respetar. Nos ponemos de acuerdo en esas reglas "a priori". Por supuesto, las reglas se pueden cambiar, pero tiene que ser de mutuo acuerdo, no en función de necesidades personales.
El sistema de notas académico es perverso y sádico. Un reflejo de los golpes reales que te dará más adelante la vida
Las notas no evalúan a la persona, sólo su desempeño en el sistema de reglas académico. Debemos transmitir esto al alumno. Si un alumno suspende es porque no ha estudiado, o porque debe de tomar menos asignaturas porque su capacidad de trabajo no está a la altura de lo que se exige. Si esto ocurre, no pasa nada por hacer una carrera de 5 años en 8.
Ojo con las calificaciones. Hay que ser muy muy muy despegado en este sentido. La mejor evaluación es en la que no se tiene en cuenta al alumno. Sólo ver el sílabo la rúbrica y actuar en consecuencia. Si no tenemos esto claro puede llegar a haber goce en poner las calificaciones finales y eso, sencillamente, no está bien.
Cuando digo que el estudio no os hará libres es porque la libertad no está en sacar una carrera o tener buenas notas, es algo que depende de lo nosotros queremos. Saber lo que uno quiere... una pregunta que solo la responden aquellas personas que son muy honradas con ellas mismas.

Estudia que llegarás lejos

Una de las consecuencias de la calificación profesional es tener que irte lejos de tu lugar de origen. Los centros industriales se concentran en pocas áreas en el planeta. Por ese motivo, muchos gallegos, ecuatorianos... tienen que emigrar a Alemania, Estados Unidos... es una consecuencia de adquirir habilidades que no vas a poder desarrollar en tu propio país.
¿Qué tal tu hijo, acabó la carrera? Donde va que la acabó, ya está en cuarto año de diáspora. Autor Davila.
Un trabajo realizado por tres investigadores del Banco de Italia concluye que, en Italia, y esto se puede extrapolar al resto del mundo, a mayor cualificación de la mano de obra en las zonas pobres del país, mayor volumen de emigración.

Niños envenenados por médicos altamente especializados

Anita Novinsky es una de las fundadoras del Laboratorio de Estudios sobre la Tolerancia de la Universidad de Sao Paulo. Como educadora también expresa sus dudas sobre el papel que ha cumplido la educación hasta el momento en la historia en su siguiente texto:

“Querido profesor:

Soy una sobreviviente de un Campo de Concentración. Mis ojos vieron lo que ningún ser humano debería testimoniar: Cámaras de gas construidas por ingenieros ilustres, niños envenenados por médicos altamente especializados. Recién nacidos asesinados por enfermeras diplomadas, mujeres y bebés quemados por personas formadas en escuelas, liceos y universidades.

Por eso, querido profesor, tengo serias dudas acerca de la educación, y le ruego: ayude a sus estudiantes a volverse humanos. Su esfuerzo, profesor, nunca debe producir monstruos eruditos y cultos, psicópatas y Eichmans educados. Leer y escribir son importantes solamente si están al servicio de hacer a nuestros jóvenes seres más humanos”.


Para saber más:

https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/pirs.12439

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