El conocimiento tiene un componente fuerte de castración. Hay que
aprender también a vivir con ello, conocerlo y anular esa componente que parece
que nos niega nuestro espacio. Nosotros estamos en el Mundo, estamos en el
conocimiento, y que algo nos cuestione no debería de cuestionarnos a nosotros
mismos, o al menos no deberíamos consentirlo. No me gusta ser ambiguo así que
paso a la anécdota.
Viendo este cartel cuando era estudiante en Santiago me di cuenta de lo importante que es mantener nuestro espacio, y que nuestro espacio dependía de los símbolos que sirviesen para delimitarlo y ponerlo en el Mundo. |
Cuando estaba estudiando Biología en
Santiago de Compostela me hice amigo de una persona intelectualmente muy
brillante. Salíamos a correr por el monte y aprovechábamos para hablar. En un
momento de la conversación, lo recuerdo perfectamente, me preguntó cuáles eran
las películas que más me habían gustado. Le dije varios títulos de películas y
su respuesta fue: ¿Te das cuenta de que todas las películas que has dicho son
películas que se han estrenado en los últimos cinco años?. Tuve que reconocer
que si, que era cierto lo que decía. Su argumento era que el cine, como
disciplina o como arte, se basa en una historia y una evolución. Hay películas
que abren nuevas vías de narración, nuevas vías de espectáculo. Conocer y amar
el cine supone conocer esas películas y darles el valor en el contexto del
arte.
En ese momento podía haber dicho algo así
como "Me importa un pimiento, yo sólo voy al cine a divertirme y las
películas que recuerdo son aquellas de entre todas las que he visto que me han
gustado", pero me callé porque sabía que tenía razón. Que ciertas cosas
sólo las puedes entender siguiendo un orden, un método de conocimiento. Gracias
a esa puntualización me tomé "en serio" ver las películas clave de la
historia del cine y gracias a ello he podido ver como el árbol del conocimiento
cinematográfico ha ido desplegando sus ramas. Estuve tentado de leer libros de
análisis fílmico, pero la verdad, el cine no me importa tanto como para llegar
a ese extremo.
Mientras ganaba en conocimiento de buenas
películas al mismo tiempo mi autoestima se “encogía”. Era un error de
percepción mío: el conocimiento debe de ser una puerta abierta, no una especie
de corsé o de práctica masoquista malsana. De parte de este amigo también había
un cierto goce en la superioridad intelectual. De eso me di cuenta más tarde y
por eso esta persona ya no se cuenta entre mis amigos. Yo acepté que mi gusto
era ingenuo y limitado de una forma que me anulaba como persona. Esa es una
manera peligrosa de acercarse al conocimiento. NUNCA debemos de ponernos en tela
de juicio. Nosotros somos un espacio, un lugar en el mundo y en ese espacio
debemos de poner nuestra bandera. Admitiendo que estamos equivocados o que
nuestro conocimiento es limitado y hasta absurdo podemos caer en la tentación
de darle a nuestro “profesor” una autoridad que cuestione a la baja la nuestra.
¿Por qué, por qué, por qué?
No puedo contestar esta pregunta, pero ¿A qué es una pregunta
interesante?
La polilla siente atracción por la luz y corre el peligro de quemarse. Para las culturas naguales del México las polillas son animales de conocimiento. Ahora creo saber porqué |
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