Fig. 1. Ignorante pero sincero
Fig. 2. Nuevo elogio del imbécil
Pino Aprile, autor del "Nuevo elogio del imbecil" dice en esta entrevista: ¿Para qué sirve el estúpido, el que no inventa nada? Sirve para copiar y conservar, para reproducir y sostener. El genio crea; el estúpido preserva y replica. El genio es juguetón y se distrae, el estúpido es obstinado. La estupidez es la batería y el archivo de la genialidad humana. Toda invención necesita alguien que la reproduzca. Por eso, paradójicamente, cuanto más inventa el genio, más crece la estupidez. Más batería se necesita.
Normalmente una gran empresa nace de la obra o la idea de un genio. Al menos, de alguien muy inteligente que ha tenido una genial idea. Pero esa persona, al crecer, necesita colaboradores. Es en el momento de buscar otros genios cuando empieza el declive. Las burocracias o jerarquías multiplican la estupidez y la hacen eficaz. Es una operación de conservación inteligente porque su misión, la de toda jerarquía, es existir y para ello necesitan hacer algo que justifique su existencia. Hagan lo que hagan, después van a querer expandirlo sin pensar por qué lo hacen. Con el tiempo, y como los estúpidos son la inmensa mayoría, la empresa va a acabar en manos de un cretino… y entonces muere.
las jerarquías tienen una misión. Trocean las tareas hasta volverlas tan simples que cualquier cretino pueda realizarlas. La pirámide se ensancha en la base, y al ensancharse se eleva: crece multiplicando la fragmentación del trabajo. Cuanto más estúpida es una jerarquía, mejor funciona. Además, la inteligencia divide. Siempre que las inteligencias se confrontan, nace una tercera, una cuarta, una quinta. La inteligencia divide porque busca diferencias; la estupidez aplana y, por tanto, une a la gente.
Me ha impresionado.
De esta manera, hay un aumento de variabilidad, pero no va a haber selección en esas células superdiversas porque su capacidad para transmitirse está capada. La jerarquía tiene una misión, ensanchar la base y elevar la pirámide. Cuanto más estúpida y obediente es una jerarquía mejor funciona.
Las jerarquías tienden a la ortodoxia. Por ejemplo, las órdenes religiosas. Un santo establece unas reglas y la orden mantiene las reglas del fundador intactas durante siglos. En el caso de las corporaciones, las jerarquías están justificadas por su capacidad de maximizar beneficio. Por ese motivo, son capaces de disolverse cuando el beneficio, que es lo que justifica su existencia, desaparece. Normalmente, antes de desaparecer se fragmenta en una serie de empresas, para focalizar sus esfuerzos en aquella empresa que genera más dividendos. De esa manera, la jerarquía utiliza los beneficios de la selección para perpetuar su estructura en el tiempo.


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