Los gabinetes de comunicación de las universidades y centros de investigación divulgan los resultados de sus grupos de trabajo. Es una estrategia de marketing que les ayuda a captar más dinero. Según un profesor de filosofía de la Autónoma de Madrid, la mejor divulgación es aquella por la cual el público potencial está dispuesta a pagar dinero. Según el responsable de la cátedra de cultura científica de la Universidad del País Vasco, hay que divulgar lo que a uno realmente le apetezca divulgar.
En mi experiencia, y también de conversaciones con Javier Peteiro, he llegado a la conclusión de que es más importante divulgar el método científico que los resultados. Si el público entiende cómo se genera el conocimiento estará en condiciones para ponderar el alcance de un descubrimiento científico. Por ejemplo, recientemente ha aparecido un artículo científico en Nature que dice que el aceite de palma acelera el desarrollo del cáncer. Este artículo se utiliza para desacreditar esta grasa desde un punto de vista científico ahora que se está produciendo una campaña de desprestigio porque la producción de aceite de palma es responsable de la deforestación de zonas de selva virgen. El trabajo se realizó en cultivos celulares y ratones. De esos resultados en ratones se extrapola a humanos. El trabajo es riguroso y exhaustivo, como se requiere para publicar en una revista del prestigio de Nature, pero de ahí a decir que el consumo de aceite de palma produce o exacerba el cáncer en humanos hay un gran trecho. El artículo describe cómo "metastasis-initiating cells particularly rely on dietary lipids to promote metastasis" es decir, que las células que inician la metástasis dependen de una dieta lipídica, algo bastante comprensible por otra parte, son células que tienen que dividirse rápidamente y las grasas son moléculas muy ricas en energía. El periodista Raúl Rejón, sin embargo, no es tan cauto y directamente escribe: " concluyó que el ácido palmítico (principal componente de esta grasa) era un claro acelerador de la metástasis cancerosa".
Recientemente dos profesores universitarios españoles han sido detenidos por vender un producto anticancerígeno sin las garantías necesarias. Si esos dos individuos no estuviesen trabajando en una universidad sería casi imposible acusarles de fraude. Me acuerdo del caso del Biovac, un preparado de bacterias que decían fraudulentamente que curaba el cancer. Fueron a juicio y salieron absueltos. ¿La razón? no trabajaban en una universidad y el producto no curaba pero tampoco hacía daño. Explicar que no llega con ser un investigador, también hay que realizar el trabajo en una organización de prestigio y que vele por la honestidad de los que allí trabajan.
El pollo científico. Fuente |
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