lunes, 13 de octubre de 2014

Nuevo museo del robot en Madrid


NAO, uno de los humanoides más avanzados del mundo, en el Museo del Robot de Madrid.
Primera ley de la robótica: “un robot no puede hacer daño al ser humano”. Y a continuación una prole de humanoides y mascotas electrónicas se ponen a bailar la canción Gangnam Style. La bienvenida al Museo del Robot (Alberto Aguilera 1; +34 902 73 48 94) resulta prolífica en sorpresas y viajes al pasado, sideral en este caso. En apenas un año desde su inauguración en Madrid, este centro de exposición y talleres, dedicado a la historia de la robótica, ya es uno de los principales de Europa.
Este espacio no solo acoge la segunda colección más importante del mundo de perros robóticos Sony Aibo, con cerca de medio centenar de estas mascotas que actúan como tal y cuyo precio no baja de los seis mil euros; también hay joyas como NAO, uno de los humanoides más avanzados del mundo, utilizado para investigación y docencia y que practica taichí a las órdenes de Lucía, la guía del museo. “La robótica es una nueva forma de aprender jugando, por eso organizamos talleres para todas las edades, desde niños a adultos”, confirma Fernando Navarro, del departamento de márketing de Juguetrónica, la tienda de robots más grande de Madrid y, a la vez, la empresa que gestiona el museo.
Este centro de exposición robótica funciona, a su vez, como un escenario temático de la historia del cine y la ciencia ficción. Aquí se está construyendo una réplica exacta de R2D2, el robot de Star Wars, que cuando se termine llegará a pesar 200 kilos. Pero también está Emros, el robot más pequeño del mundo, con 98 piezas y el tamaño de una uña, así como los Lego Mindstorms, unas máquinas que son capaces de resolver el cubo de Rubik en un minuto y medio ante las caras de sorpresa de los chavales allí congregados.
Dos perros robóticos en el Museo del Robot de Madrid.
“Los que más disfrutan los niños son los PLEO, los robots con forma de dinosaurio que reaccionan a las caricias; les puedes dar de comer e incluso llegan a ponerse enfermos, adquieren la personalidad que tú les quieras dar”, cuenta la guía. Teniendo en cuenta que la robótica es una ciencia relativamente reciente, el museo recoge ejemplares únicos de los años ochenta, algunos de los primeros brazos robóticos de la historia o a Packbot, un robot militar que realizó trabajos en Irak y el primero en entrar en Fukushima tras el tsunami. Una experiencia fantástica y futurista, que invita a tener conversaciones imitando a C-3PO.
El museo ofrece visitas guidadas de martes a viernes (no se permite la entrada libre) a las 13.00, 17.00 y 20.00. Hay que llegar media hora antes para reservar plaza. Precios: Adultos, 4 euros; estudiantes, 3 euros, pack familiar (2 adultos y 2 niños menores de 10 años), 6 euros.

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