miércoles, 13 de noviembre de 2024

Los patrones regulares crean orden, presión selectiva y favorecen la expansión clonal

El sociólogo Pierre Bourdieu dice "Los estudiantes que triunfan son los que se sienten en casa en instituciones que los premian por tener un tipo de comportamiento que es natural para ellos" (ver Saying Meritocracy and Doing Privilege).

El sociólogo Shamus Khan a acuñado el término “currículo escondido” de los colégios de élite; se refiere a las cosas que no se memorizan, sino que se corporizan, como gustos, sensibilidades, códigos de conducta, rituales. Lo que permiten los colegios de élite es “corporizar el privilegio”, lo que implica sentirse cómodo con esos gustos y sensibilidades.

En este artículo que recomiendo: Cómo la elite nos hace creer que triunfa porque es inteligente y trabajadora, hay una anécdota que me parece muy interesante: En 2014 el ex ministro chileno Nicolás Eyzaguirre que fue alumno de uno de estos colegios de élite declaró: “Les puedo decir que muchos alumnos de mi clase eran completamente idiotas; hoy son gerentes de empresas. Lógico, si tenían redes. En esta sociedad no hay meritocracia de ninguna especie”. En 2016 apareció un artículo que en principio pasó desapercibido pero que cada vez se cita más: Las familias ricas italianas en 1400 lo siguen siendo en 2011.

En los párrafos que vienen a continuación trataré de argumentar que no es tanto un asunto de familias como de patrones culturales que se inculcan y aquellos que los conocen, bien de cuna o bien por que son lo suficientemente inteligentes para verlos, son capaces de estar en la pomada, esto es, bien integrado en la organización, la sociedad o en el barrio en donde se encuentren. Recordemos que el éxito se puede dar en todas las estructuras sociales. 

Como un cuadrado genera una intrincada red de nervaduras

Felix Candela diseñó los techos de la estación de metro de Sol, en Madrid. 

Fig. 1. Felix Candela.Nacido en Madrid, se recibe de arquitecto en 1935. Tras luchar en el bando republicano se exilia a México donde desarrola casi toda su carrera profesional. Es el autor del edificio principal del Oceanario de Valencia.

Video 1. Se trata de la superposición de dos tramas ortogonales, giradas entre sí exactamente 53º GRADOS 7' MINUTOS 48'' SEGUNDOS

Fig. 2. Triángulo sagrado egipcio. Un triángulo rectángulo que, aparte de sagrado, tenía una aplicación práctica en la construcción. Sus lados de 3,4 y 5 unidades permiten el replanteo de un angulo recto con apenas unas cuerdas.
Video 2. Superponer ambas mallas e incorporar el grosor de los nervios… resulta una trama de una armonía sorprendente, donde se producen infinitos ritmos espaciales con modulaciones diferentes.

Fig. 3. Techo de la estación modal de metro de Sol, obra de Felix Candela

La sofisticación de ese artesonado se basa en dos cuadrículas formadas por cuadrados iguales. Como un cuadrado puede dar toda esa intrincada red de nervaduras que disipan la carga que tiene que soportar -recordad que la plaza Puerta del Sol de Madrid es muy concurrida-: ver video 1, es decir, giradas entre sí exactamente 53º grados 7' minutos 48'' segundos. Si ves este techo ¿Eres capaz de entender qué se trata de dos cuadrículas formadas por cuadrados iguales, giradas una contra la otra en este ángulo?.

La modularidad es una manera barata de crear orden

En el caso del techo de la estación de Sol en Madrid, quizás lo mas alucinante es que, a pesar del aparente lío de líneas solo hay dos tipos de recuadros, ver fig. 4. 
Fig. 4. Todos los recuadros tipo B son el mismo pero girados. Los forjados reticulares se realizan con casetones recuperables

Y ese orden puede ejercer una presión selectiva

Las escaleras de los castillos medievales eran estrecha y en espiral. Si las subes te das cuenta de que siguen el patrón de las agujas del reloj. Esto tiene un sentido. Si la mayor parte de las personas son diestras, subir unas escaleras siguiendo el patrón de las agujas del reloj te imposibilita utilizar la mano derecha como se observa en la fig. 5. 
Fig. 5. las escaleras medievales son dextrógiras, es decir, giran en el sentido de las agujas del reloj cuando las subes.

La comprensión de ese patrón hace fuertes a aquellos que saben interpretarlos. Imagínate el pelaje de un abrigo de pieles. Si le pasas la mano en dirección de la caída del pelo es muy suave. Si lo haces a contrapelo te resulta imposible. Los patrones rítmicos hacen que esta pequeña diferencia, amplificada por miles de repeticiones, se convierta en una barrera infranqueable para aquellos que no pueden leer el patrón que allí se esconde. Un ejemplo de esto sería la teoría de las botas: "Las personas que viven en la pobreza tienen que comprar productos baratos y de calidad inferior que deben reemplazarse repetidamente, lo que resulta a largo plazo más caro que haber comprado productos de mayor calidad". 

El concepto de la teoría de las botas se extrajo de este párrafo de la novela de 1993 "Hombres de armas" escrita por Terry Pratchett: "La razón porque los ricos eran ricos, razonaba Vimes, era que se las arreglaban para gastar menos dinero. Tomemos el caso de las botas, por ejemplo. Él ganaba treinta y ocho dólares al mes más complementos. Un par de botas de cuero realmente buenas costaba cincuenta dólares. Pero un par de botas, las que aguantaban más o menos bien durante una o dos estaciones y luego empezaban a llenarse de agua en cuanto cedía el cartón, costaban alrededor de diez dólares. Aquella era la clase de botas que Vimes compraba siempre, y las llevaba hasta que las suelas se quedaban tan delgadas que le era posible saber en qué lugar de Ankh-Morpork se encontraba durante una noche de niebla solo por el tacto de los adoquines. Pero el asunto era que las botas realmente buenas duraban años y años. Un hombre que podía permitirse gastar cincuenta dólares disponía de un par de botas que seguirían manteniéndole los pies secos dentro de diez años, mientras que un pobre solo podía permitirse comprar botas baratas se habría gastado cien dólares en botas durante el mismo tiempo y seguiría teniendo los pies mojados."

Video 3. La araña pavo real, mide entre 3 y 5 mm. El colorido cortejo del macho tiene que satisfacer las exigentes expectativas de la hembra, ya que si no la seduce, le atacará y lo devorará 

El macho del pez globo de manchas blancas dibuja en la arena una especie de ruedas con radios. Una estructura geométrica destinada a impresionar a las hembras para poder fertilizar sus huevos.
Fig. 6. Patrón geométrico dibujado en la arena por el pez globo de manchas blancas. Fuente

Fig. 7. Aloe polyphylla, comúnmente conocido como aloe espiral, es bien conocido por su patrón de crecimiento sorprendentemente simétrico, que forma una espiral distintiva de cinco puntas.
Fig. 8. La simetría fractal del brócoli romanesco
Fig. 9. El patrón de ramificación de los árboles fue descrito por primera vez en el Renacimiento por Leonardo da Vinci: "Todas las ramas de un árbol en cada etapa de su altura, cuando se juntan, tienen el mismo grosor que el tronco que se encuentra debajo de ellas".
Fig. 10. La simetría de este kudu, un gran antílope de bosque que se encuentra en todo el este y el sur de África.
Fig. 11. Camelia japonesa
Fig. 12. La gutación es el proceso mediante el cual el líquido es expulsado de las hojas a través de glándulas especializadas, formando gotitas que se depositan en los bordes como joyas.
Fig. 13.  La disposición en espiral de las piñas La mayoría de las piñas muestran espirales que siguen la secuencia de Fibonacci, donde cada escala está dispuesta en una espiral matemática que asegura un crecimiento eficiente y el uso del espacio.
Video 4. Estrella de mar
Video 5. Pavo real
Fig. 14. Dalia
Fig. 15. Nautilus

En la figura 15 vemos un nautilus, un fósil viviente de un grupo que tuvo numerosas especies: los ammonites. Los septos de los ammonites fueron alcanzando cada vez más sofisticación y complejidad hasta que sobrevino una extinción masiva y de ese gran grupo taxonómico hoy solo quedan pocas especies como fósiles vivientes. Una mayor complejidad no es garantía de supervivencia. Lo mismo le ocurre al pavo real con su cola. Si no fuese un ave tan bella dudo que pudiese sobrevivir a la extinción de su hábitat. Animales así tan sofisticados tienen complicado su subsistencia en ambientes más cosmopolitas. 

La simetría y la modularidad sirvió a los ammonites para expansionarse en un momento en el que el océano era una sopa mucho más rica que ahora. Los septos le permitían al organismo funcionar como un batiscafo y alcanzar profundidades con mucha presión. Estos animales pueden cambiar de cota de presión fácilmente. Los ojos del plumaje del pavo real, cuando tiene muchos y muy regulares y de colores vívidos, le sirve para desplazar a otros machos y poder expansionarse en la población de hembras. La geometría, la modularidad y lo rítmico de los patrones sirven para aumentar su número. En los humanos, animales hipersociables, estas cualidades se usan para aumentar los beneficios de esa hipersociabilidad, integrarse en el colectivo, ganar estatus...

El dinero es tecnología de la información y sirve para codificar el altruismo recíproco

Fig. 15. Javier Jurado González escribe en jajugon.substack.com

Según Javier Jurado, el dinero es tecnología de la información y sirve para codificar el altruismo recíproco:

“Pero sin duda, el ejemplo más paradigmático de este triunfo de la especie lingüística tuvo que ver con la capacidad humana para desarrollar la actividad puramente económica a través del comercio o intercambio. De hecho, el dinero en el sentido original y primitivo del término, no sería sino una forma de expresar una pieza de información fundamental para la supervivencia: la confianza en que el grupo en su conjunto responderá y reconocerá el valor de ese símbolo empleado como dinero. Una forma de codificar favores pendientes del altruismo recíproco tan importante como la supervivencia.

El dinero, como pieza de información encarnada en objetos “coleccionables” con una serie de características específicas, permitió a los primeros humanos modernos resolver problemas de cooperación que otros animales no pueden, incluidos problemas de altruismo recíproco, altruismo de parentesco y mitigación de la agresión…

Extendiendo el radio de cooperación, aparecería el altruismo recíproco, y el dinero no sería sino la codificación de este altruismo cuando la posible reciprocidad se demora excesivamente como para ser recordada y organizada oralmente. Es decir, el dinero codificaría el intercambio de favores que en el futuro habrán de ser compensados por nuevos favores, con el aval de la comunidad de individuos que respalda ese reconocimiento, superándosela las limitaciones propias de la cooperación animal con el dilema del prisionero. El dinero sería una pieza de información que expresa un altruismo recíproco retrasado, y que simplifica el proceso de reconocimiento facial y de recuerdo de favores para recuperar quién hizo qué y para quién. Ademas de que el dinero proporciona una forma de cuantificar de manera sencilla el valor de estas acciones “altruistas” que esperan reciprocidad…

Mientras no existió la escritura (y, como veremos, el intercambio comercial y el dinero fue probablemente su origen) el dinero fue una de las primeras formas extrasomáticas de expresar una información enormemente relevante para la supervivencia: la cantidad de favores que deben recibirse a cambio de los prestados anteriormente. Los elementos que podían coleccionarse y emplearse como dinero se expanden entre los Sapiens en el registro arqueológico, sirviendo probablemente como recurso mnemotécnico primitivo que, aunque no textualmente, podría usarse como ayuda para recordar los términos del tratado…

No hay que perder de vista, tampoco, que los términos de cooperación no fueron siempre positivos o constructivos. Ademas de recordar los favores recibidos para cobrarlos más adelante, el dinero también permitió simbolizar los agravios recibidos. Muy pronto diversas culturas, ya entre los cazadores-recolectores, comprendieron que el pago era mejor que el castigo, tanto desde un punto de vista individual como grupal. El pago era grupal e individualmente preferible al castigo porque resolvía el mismo problema de la triple coincidencia entre el hecho, la oferta y la demanda, tal y como ocurría en la herencia, el matrimonio y el tributo. El dinero evitaba la necesidad de que en el juicio tuvieran que coincidir la capacidad del demandante para pagar los daños, así como la oportunidad y el deseo del demandado de beneficiarse de ellos. Si el remedio en especie era algo que o bien el demandante o bien el demandado ya tenían en abundancia, el acuerdo probablemente nos satisfaría alguna de las partes y, por lo tanto, no frenaría el ciclo de violencia o venganza. El dinero permitiría postergar ese cobro, actuando como forma intermedia capaz de independizar hechos y circunstancias. Por eso la gestión de los conflictos impulso la aparición del dinero, mucho menos lesivo que los ciclos destructivos de venganza y guerra por vendetta…

El desarrollo del dinero como “tecnología de la información” permitió a las poblaciones Sapiens articular niveles de cooperación inusitados que acabaron desplazando a otras especies que estaban semejantemente aventajadas en la lucha por la supervivencia. Tal es el caso del Neanderthal. Las causas que provocaron la extinción del Homo neanderthalensis, con el que el Homo sapiens llegó a coexistir y a hibridarse, son múltiples y aún no se conocen con certeza. Unas podrían hallarse en los cambios climáticos adversos y la escasez de recursos, que pudieron aumentar la presión por la supervivencia y, por tanto, la competencia. Frente a este desafío, la cooperación a través del lenguaje y del dinero favoreció que los Sapiens se relacionaran más allá de su clan de proximidad genética.”

El dinero es una unidad escalable, en donde 1, 2, 5, 10, 20, 50, 100... dan un código a los precios. Los precios son un lenguaje no verbal. Todos tenemos más de 1000 precios en la cabeza. Sabemos cuánto puede y debe de costar un café, un lápiz, una casa, un carro. Alteraciones en esos patrones de precios nos pueden alegrar el día cuando vemos que algo es más barato de lo que debiera, o darnos un disgusto cuando tenemos que pagar más de lo que creemos que toca. 
Fig. 16. ¿Podemos imaginarnos un mundo en el que los precios fuesen 1000 veces menores de lo que son actualmente, y que esos precios solo fuesen para nosotros?

El dinero codifica, pero no crea esa geometría que tiene que ver con un lenguaje que favorece las interacciones recíprocas. Si eres pobre, el dinero te moldea a ver las interacciones de una manera determinada. Esa manera cambia si eres rico. El estatus de grupo también varía, no es lo mismo exhibir unas zapatillas Jordan que el avión privado. Para los antiguos aztecas, vestirte con unas ropas que no estaban en consonancia con tu estatus social era un delito merecedor de la muerte. Ya no son tanto las normas sociales sino el dinero el que condiciona la manera en la que las personas interactúan o incluso los países. Michael Houellebecq, en su novel "El mapa y el territorio", de manera cínica, divide a los países en países productores de bienes o países que producen plátanos y prostitutas. Cada país se especializa en lo que se especializa. 

La transgresión se paga excepto cuando ganas la lotería

Cuando ganas la lotería es como el carnaval. Un momento en el que se permite la transgresión. El resto del tiempo, si falseas el código de precios que establece el dinero, la sociedad te condena a muerte. Las sociedades siempre tienen esos mecanismos de evasión que sirven para liberar el estrés que genera el código al que todos nos sometemos. En la película "Madeinusa", su directora, Claudia Llosa, nos muestra un pueblo remoto andino en el que durante la Semana Santa todo está permitido. El resto del año tienen que respetar las leyes y los principios morales. Este es el concepto tradicional del carnaval o de la diablada de Píllaro en el Ecuador. 

La lotería es una vía de escape de ese patrón regular rítmico y geométrico, basado en teselas, que, a contrapelo, hace que la vida de los desafortuados sea la que es. De repente, cuando ganas la lotería tu vida cambia. Imaginemos un Euromillones de 100 millones de euros. Tu capacidad de consumo se distorsiona. Si antes, gastar 20 euros te proporcionaba felicidad, ahora puedes gastarte 20.000 en una tarde. Aumentas x1000 lo que obtienes de los demás. Tu percepción de lo que era tu realidad se deforma definitivamente para entrar en una nueva realidad. Si aumentar por x1000 es una pasada ¿Qué ocurrirá cuándo aumentas x1000.000? Entonces es cuando lees las historias de gente que se arruina cuando le toca uno de estos premios. 

Con la droga ocurre algo similar. De la heroína dicen que es 100 veces más potente que un orgasmo sexual. El orgasmo, ese premio químico por estar dedicado en cuerpo y alma al fornicio :)
El dinero, la droga, el sexo, el miedo... esos motores de la organización social. Cualquier abuso de estas sustancias contraviene, de alguna forma, los códigos morales que tienden a favorecer la coherencia y el equilibrio en los intercambios. 

Por continuar con la analogía del pelaje... imaginemos dos personas, una persona neurotípica y otra que, por lo que sea, es incapaz de entender patrones. Esas personas acarician a un perro. La persona neurotípica acaricia a favor del pelaje, y la caricia es suave y el perro mueve el rabo. La persona incapaz de leer patrones acaricia el pelo y a veces lo hace correctamente y el perro mueve el rabo y otras a contrapelo y el perro le enseña los dientes. La segunda persona no entiende por qué a veces el perro le muerde. 

Cómo detectar patrones

Creo que el truco está en eliminar distractores, o al menos jerarquizarlos. Lo voy a explicar con otra analogía:  Los Vikingos utilizaron un cristal de calcita común, llamado espato de Islandia, para encontrar el sol en las latitudes altas, especialmente en días nublados durante sus navegaciones en mar abierto. Esta especial "Piedra del Sol" podía encontrar la dirección del sol, incluso cuando estaba fuera de la vista, porque hace un pequeño juego con la luz. Para utilizar el cristal, los vikingos alzarían la piedra hasta el cielo. Cuando la luz del sol incide en el cristal, la luz se polariza y se divide en haz un "normal" y en otro "extraordinario".

Fig. 17. Espato de Islandia mostrando su forma de duplicar la línea recta dibujada, cualidad que se utilizaba para localizar la luz del sol en días nublados.

Los vikingos rotarían el cristal hasta que los dos haces estuvieran alineados. Estas dos líneas de haces tienen el mismo brillo en un solo punto de vista, señalando donde está el sol. De esta manera, los vikingos podrían establecer un punto de referencia que podría ser utilizado incluso cuando el sol no era visible, por ejemplo en un día nublado. Algo muy frecuente en el Mar del Norte. La estructura laminar de la calcita también funciona como un filtro polarizador. Evita el exceso de luz que no permite ver la forma del sol. En otras palabras, revela al ordenar los planos de vibración de las ondas de luz aquello que el exceso de luz desordenado no permite ver.

Este tipo de herramientas serían de mucha utilidad para aquellas personas que no son capaces de ver patrones y se desesperan por ello. Este es el caso de los personajes del género literario de la novela picaresta como vamos a ver

El pícaro intuye los patrones pero no entiende que lo abarcan todo

Son años reflexionando sobre la picaresca: los límites de la novela picaresca; El muro de la reciprocidad.  He escrito bastante sobre el pícaro clásico, el pícaro español de las novelas "El lazarillo de Tormes" o "El buscón" de Quevedo. El pícaro es alguien que es capaz de de llegar a mimetizarse en un lugar al que no pertenece. Gracias a su astucia consigue llegar a lo más alto. Este tipo de personajes están retratados en la película "Barry Lindon" de Kubrick o "Yo que serví al Rey de Inglaterra" película checa basada en la novela homónima de Bohumil Hrabal. Hay siempre un momento en que el éxito del pícaro se ve truncado porque es descubierto: no es uno de los nuestros. El pícaro siempre tiene difícil lograr construir esa legitimidad. Hoy entiendo el porqué: el pícaro se estrella contra el muro de la reciprocidad ya que el pícaro es, en el fondo, un parásito. El parásito puede mimetizar pero no puede "sintonizar". Entrar en el ritmo, en la geometría que implica esa interacción recíproca. Pero, antes de ponerme pedante, voy a explicarlo con un ejemplo. El protagonista de "Yo que serví al Rey de Inglaterra" es un joven ambicioso, poco escrupuloso, pequeño, feo y de pueblo. Siempre quiso ser aceptado entre los millonarios a quienes servía. Aprendió que hasta el millonario más arrogante se agacha para coger calderilla. Tener dinero, por tanto, era el camino para llegar a ser uno de ellos. Por avatares el destino, le llega el momento en el que se vuelve millonario. Descubre que ni aún así es aceptado como uno de ellos. Cuando esos millonarios y él mismo acaban en la cárcel al instaurarse un gobierno comunista, descubre que aún desprovistos de dinero, igualados a él en la desgracia, siguen sin aceptarlo. Hrabal, lo mismo que Quevedo, que también intuye el drama, no se dan cuenta de que la exclusión se produce porque ellos interactúan, e interactúan en sintonía, mientras que el pícaro no interactúa, se enfrenta al muro de la reciprocidad. No llega con imitar, con manipular, por eso antes o después fracasa. En Barry Lindon se observa lo lejos que llega el protagonista, todo lo lejos que se le permite hasta que es descubierto. La relación entre millonarios es de iguales, son interacciones recíprocas. El parásito quiere poner a los demás a su servicio. Tiene éxitos iniciales al mimetizarse de manera genial. Su talento le abre puertas. El problema está en que para él es imposible dejar de ser quien es. Es el precio de ser un imitador, que en algún momento tienes que volver a ti mismo para que la máscara no tome control de ti. El problema es que aquellos entre los que se quiere infiltrara no tienen máscara. Son así de nacimento, están troquelados y todo su ser está constituído de las mismas teselas orientadas de manera correcta. 

Periodos de estabilidad y breves explosiones de desorden

Ser diferente para ser libre. Aunque la biología necesita estabilidad también necesita un porcentaje de personas e ideas que escapen de esa estabilidad para acceder a nuevos ambientes. Por eso, para la biología un mecanismo de creación individuos distintos , como lo es el sexo, es tan importante.

El sexo es un truco biológico que tiene como único fin generar una descendencia diversa. Lo que se nos dice es que esa diversidad le sirve al individuo y a las poblaciones porque al tener una descendencia diversa puede que alguno de esa descendencia esté mejor dotada para afrontar un ambiente y unos retos cambiantes. Hasta aquí llega la teoría y el sentido común.

La mayor parte de la biología de poblaciones se ha basado en el estudio de relaciones competitivas. Algo se ha estudiado sobre la presión selectiva de los parásitos, sin embargo, lo que hemos aprendido de estas últimas relaciones, poco a trascendido a la opinión general.

El sexo sirve para desenmascarar a los parásitos. Un hospedador, en su interacción con el parásito, va dejando de poder diferenciar entre amigo y enemigo. Al hospedador parasitado siempre le cuesta diferencias entre amigo y enemigo. Las interacciones son cada vez más estrechas. La única manera que tiene una población de deshacerse del "abrazo" estrangulador del parásito es generar variabilidad. En una sociedad enferma por vicios y parásitos, solo la infancia, una infancia diferente a sus progenitores puede revertir esa situación. El sexo sirve para volver a reconocer quien es amigo y quien es enemigo. El ser diferente a nuestros progenitores nos permite ahondar en la diferencias de intereses entre nosotros y el parásito que nos coloniza.

En biología, los periodos de desorden serían los ciclos sexuales y los de orden los asexuales. Mantenerse en el tiempo y generar variabilidad con la que enfrentar un ambiente cambiante.

Fig. 18. La gráfica tiene tres ejes. El eje X en negro es la línea de tiempo que avanza de izquierda a derecha. Los ejes Y son dos: el azul es número de individuos. Este eje crece de abajo arriba. El rojo es un poco más difícil de explicar. Sería variabilidad genética con respecto a una característica dada, por ejemplo, a la resistencia a los antibióticos. A medida que hay presión en el medio, en el tiempo se puede observar como se producen 9 cuellos de botella y como resultado de esto la población se va volviendo más resistente a los antibióticos. Sin que exista una variabilidad genética en donde la selección opere no puede haber evolución.

En resumen, las sociedades, de alguna manera oscilan entre periodos de estabilidad y breves explosiones de desorden. Es en esos periodos de desorden en donde algunos individuos más psicópatas son capaces de explotar alguna ventaja evidente para ellos y no para el resto. Después de este periodo de reajuste vuelve la calma y la estabilidad. Es el famoso "cambiar todo para que nada cambie" del Gatopardo.

Le he dedicado al Gatopardo muchas entradas en distintos años: Innovar asegura la demandaEl efecto de los rayos gamma sobre las margaritas; Ser diferente para ser libre; Troquelar para pertenecer; El muro de la reciprocidad; El hueco de la higuera estranguladora y Cruces sobre el agua. Mi fascinación por la obra es inmensa. Me parece increible la capacidad del autor, Giuseppe Tomasi di Lampedusa, el Principe de Lampedusa, para entender que para tener éxito había que interiorizar que la vida es variación, selección y expansión clonal. 

El autor describe una época de cambio: la revolución de Garibaldi que acabó con la fragmentación de la península italiana para formar el país, Italia, que es hoy en día. Destrozar las estructuras sociales genera la demanda de unas nuevas. Este concepto se conoce bien en economía y se le llama innovación. La innovación es una fuerza destructora que renueva y da fuerza al capitalismo. En la frase: "si queremos que todo quede como está es preciso que cambie todo" se encierra la sabiduría de quien ha ejercido el poder, no ya de manera individual, sino familiar e incluso de clan. Hay un orden, dentro de ese orden hay una variabilidad, que él identifica como Angélica, la hija de un alcalde mafioso, inculto pero que ha amasado una fortuna prevaricando. Esa es la variabilidad, sangre nueva para su estirpe. Sangre nueva acompañada de una cantidad enorme de dinero. Ese dinero que permitirá a su familia estar entre aquellas que se beneficien de la expansión clonal de la nueva clase que basa su poder en el dinero y la influencia política más que en los privilegios de clase heredados del pasado. 

El Príncipe de Lampedusa, autor del "Gatopardo", en el último capítulo consigue poner la novela del revés. El protagonista no es el Príncipe, ni su sobrino, ni su esposa. El protagonista es el proceso por el cuál se forma un príncipe. Un proceso al que se ven sometidos todos los que participan de esa puesta en escena que es ser Príncipe en una isla de caciques, pobres y hacendados. Por ese motivo, tanto en el libro como en la película, la escena de la fiesta ocupa tanto espacio. Es una fiesta magnífica y al mismo tiempo es pesadísima, no acaba nunca. Es descrita por el autor como una trampa colorida, festiva pero trampa al fin y al cabo. Lo único que de positivo que subraya el autor en ese "sacrificio" que supone estar el estar obligado a asistir es cierta lealtad con esas personas que son su clase, su gente, a los que entiende y ama por que los comprende.

Finalmente, la variación, la selección y la expansión clonal tienen mucho que decir pero eso será otro día

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