Javier Peteiro Cartelle
CARTA A "LA VOZ DE GALICIA"
Hoy me han publicado como "Carta al Director" una respuesta crítica a un compañero, Fernando Diz Lois, que se había posicionado a favor de las unidades de gestión que quieren implantar en Galicia. Mi escrito ha sido recortado mínimamente (es habitual en esa sección) y lo incluyo aquí en su forma completa:
GESTIÓN Y COMUNICACIÓN
Sr. Director,
He leído atentamente la reflexión de D. Fernando Diz Lois, médico a quien respeto y admiro como profesional y persona, sobre “Xestión Clínica, un xeito de cambiar mentalidades”.
Yo también soy médico y modestamente recojo el guante que lanza al final de su interesante texto.
Creo que una cosa es su insistencia en la responsabilidad del profesional, que comparto plenamente, y otra muy distinta es algo que no señala: ¿quiénes harían el cambio organizativo, con lo que implica en sueldos o incentivos de profesionales? ¿Quiénes juzgarían lo que han venido en llamar pomposamente la excelencia? Y, la más importante, ¿Cuáles serían realmente las repercusiones para pacientes? Se dice insistentemente que se contará con los propios profesionales pero mi ya larga trayectoria en la sanidad pública (en exclusiva) me induce a pensar que no será así en absoluto; que serán los gestores de turno los que, con una mayor burocratización, parcelación directiva y profesionales "de confianza" (término perverso donde los haya), acometan ese posible cambio y sus potenciales implicaciones privatizadoras (sinceramente creo que existe ese riesgo que justificó la pasada huelga).
Claro que hay mucho gasto superfluo, pero se da en un contexto de medicina defensiva por un lado y de obsesión higienista por otro. La expresión “más vale prevenir” ha sido nefasta por lo que ha supuesto
de medicalización de lo normal (las estatinas, ansiolíticos y antidepresivos son un buen ejemplo) y de miedo, expresado en múltiples cribados inútiles y susceptibles de falsos positivos con todas las consecuencias negativas para la salud que suponen. Es cierto que hay rutinas desfasadas como las que implican
peregrinaciones interconsulta en enfermos crónicos, y cuellos de botella diagnósticos por insuficiencias de recursos humanos y materiales. Pero si hablamos de ese cambio cuantitativo en el enfermar (más crónicos, menos agudos), también habría que hablar de dependientes, de viejos, de pobres, etc., porque hay ya demasiada enfermedad derivada de situaciones socioeconómicas.
D. Fernando reta a alguna alternativa. La doy aquí: HABLAR. La comunicación entre equipos directivos y profesionales (todos los profesionales) es tan esencial como inexistente, tanto como imprescindible es acoger las críticas internas. Si se premia la docilidad y se persigue la crítica, no saldremos de donde estamos.
Cuando vea atisbos de esa comunicación, empezaré a creer en supuestas bondades de cambios inducidos desde la decisión política.
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