El feísmo es un ejemplo de autoodio, también es ejemplo de autoafirmación: me odio pero es que soy así. Nace muchas veces de una experiencia traumática: emigrantes que años después de vivir en Suiza o Alemania vuelven a la aldea y construyen un chalet tirolés al lado del galpón y el alpendre de piedra. Nunca fueron alemanes y ahora tampoco encajan en la aldea. Es chapuza y falta de planificación. Es mal gusto. Es una opción personal que no tiene que ver con el reciclaje ni con la pobreza y si con la construcción de un paisaje que refleje las coordenadas vitales del autor. Es un mapa por el imaginario que no se llena de leyendas y si de la confluencia de varias corrientes como son la autosuficiencia y la mentalidad de ahorro campesina, los nuevos materiales, la más absoluta falta de respeto y cariño por lo que nos rodea y nos es propio.
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