jueves, 30 de mayo de 2019

El discurso del nuevo amo

En Pinocho, Carlo Collodi plasmó el lenguaje del nuevo amo, un lenguaje persuasivo, adulador, que satisface en principio tus necesidades
Pero luego acabas enganchado al carro del capataz. No pudo intuir que en el S. XXI los engañados ni siquiera iban a ser conscientes de estar enganchados a ningún carro.
El nuevo amo no te da látigo. Te domina desde la persuasión
 Gente vieja que no tiene quien les cuide

Se veía venir. Los baby boomers se hacen mayores y muchos no tienen hijos o bien sus hijos no tienen los recursos o no quieren cuidarles. Se inventa entonces el cohousing, es decir cooperativismo de yayos. El problema vendrá cuando a alguno de ellos haya que cargarlos y los yayos no tengan fuerza ¿Los echarán de la casa? El futuro nos deparará muchas sorpresas. Por lo pronto la transmisión de la cultura de abuelos a nietos tenderá a desaparecer.

Los riders se bajan de la moto y dicen ahora que les están explotando

Antes se les llamaba repartidores... ahora son riders. Un concepto resultón esconde la explotación sin derechos laborales. Se muere uno de ellos y toman de repente conciencia de lo que está pasando: ¡Nos están explotando! ¿No te habías dado cuenta?

¿Banqueras feministas? las más listas de la pista

Pueden quitarte la casa y mantenerte la deuda pero... ¡Son feministas! ¡Luchan por la igualdad! Ah bueno, entonces todo bien. Es como esas petroleras que lavan su imagen porque dedican unos dólares a la preservación de sabe Dios que especie en extinción. El banco no se dirige a ti explicándote que te ofrece y a que precio. Te escriben para felicitarte tu cumpleaños, explicándote las ofertas y regalos que tienen para ti, los privilegios a los que tienes derechos.

Gran parte de este discurso se mantiene gracias a los estudios de mercado y a las innumerables encuestas que permiten tener un conocimiento exacto de que quiere la gente, el público, los consumidores. Nos hemos acostumbrado a que sepan lo que queremos, a que nos escuchen. No existe altruismo en esa escucha. Se pierde tiempo y dinero en escucharnos para maximizar beneficios. No existe maldad en esa escucha. Simplemente nuestro error estriba en pensar que la solución propuesta, el producto propuesto, va a satisfacer lo que nosotros queremos.La oferta de soluciones, productos, objetos es tan apabullante que nos perdemos dirimiendo cuál será la mejor de todas. Este ejercicio diario consume mucha de nuestra energía.


Nunca ha habido tanta gente preparada y tan mediocre. Gran parte de nuestra energía diaria se pierde tratando de evitar las engañifas o los mensajes con los que nos tienta a todas horas la publicidad que nos rodea
En Pinocho, Collodi mediante el recurso de las alegorías trata de orientar al lector en esta tarea: conocer lo que quieres, lo que es realmente importante para ti. Lo que quieres difícilmente es lo que se te ofrece. Cuando no sabes lo que quieres eres presa fácil de los embaucadores, como el Zorro y el Gato del cuento que tratan de quitarte tus monedas de oro.

 Comer de la basura es ¡FRIGANISMO!

 
Estas son las nuevas tendencias para hacer una moda lo que en el fondo es un fracaso
 Los empleados de Disney en Calidornia se han apuntado al friganismo.

 ¿Cómo le llamarán a acampar para ahorrar costes?
En Ibiza hay trabajadores acampando porque no pueden pagar los altísimos alquileres en la isla
 En Ann Arbor, una ciudad de Michigan en los EEUU, de 100.000 habitantes, 2000 de ellos viven en tiendas de campañas, en una región que tiene 4 meses de nieve al año. En Los Ángeles la gente vive en carpas en el centro de la ciudad.
Existe tanta pobreza que la gente no compra más que comida basura que es más barata que los productos frescos. Por ese motivo es escorbuto está apareciendo en los países desarrollados
 
La represión se experimenta, la nueva dominación no

En el nuevo capitalismo, la riqueza ya no está en la industria, está en la información. Es lo que dice Shoshana Zuboff en su libro The Age of Surveillance Capitalism: The Fight for a Human Future at the New Frontier of Power (Campus, 2018; PublicAffairs, 2019).

Las aplicaciones están basadas en un inteligentísimo sistema de adicción y gamificación. Diseñan esto para hacernos adictos, todo es como un juego y tienes que participar para formar parte de la sociedad. En primer lugar, cuando hacemos entrega de nuestros datos a cambio de unos servicios relativamente triviales permitimos que las empresas personalicen y estructuren nuestro mundo de una manera que no es ni transparente ni, en principio, que se ajuste a lo que nosotros queramos sino a lo que quieran sus accionistas.

Un amigo tomando unas copas en Manta me dijo: "Se te nota perfectamente cuando hablas tu y cuando habla tu padre por ti". Me pareció muy sagaz porque mi padre siempre ha sido para mi una parte importante de mi personalidad. Sigmund Freud hablaba de un ello, yo y superyó. El yo estaba a caballo entre lo consciente y lo preinconsciente. El yo se sustentaba sobre el ello, la expresión psíquica de los deseos y las pulsiones. El superyo sería la consecuencia de la internalización de la figura del padre, es decir, la internalización de las normas, reglas y prohibiciones.
 Este nuevo discurso del amo que lee todas nuestras pulsiones de consumo: el porno que vemos, las noticias a las que prestamos atención, los amigos con los que nos relacionamos, aquello que consumimos... creará un nuevo nivel entre nuestra consciencia y nuestro inconsciente. Un mercado pronto a satisfacer nuestras necesidades... ojo, solo a los muy ricos o a la clase media. Los pobres serán bombardeados pero tendrán que ser contenidos porque no podrán acceder a aquello que se les ofrece.

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