sábado, 2 de abril de 2016

Mark Twain nos muestra el camino: cuidado con los pasajeros indeseados

El primer libro me lo regaló mi padre. Se trataba de una edición de Bruguera de Huckleberry Finn de Mark Twain, una edición abreviada para niños. La mitad de las páginas eran de texto y la otra mitad comic. Tenía seis años y ese fue el primer libro con texto, no infantil. Recuerdo leerlo con indignación cuando Mark Twain narra el viaje de Huckleberry y el esclavo Jim camino de los estados del Norte en donde no existía la esclavitud. Su viaje se ve retrasado porque acogen a dos tahures en su balsa. Los tahures se dan cuenta que es extraño un esclavo negro y un muchacho navegando por el Mississipi. Enseguida empiezan a sacar partido de esa situación. Huckleberry y Jim no se dan cuenta al principio porque de alguna manera empatizan con los dos polizones, sin embargo estos dos sujetos los están retrasando en su viaje e incluso los están poniendo en peligro.

Pasajeros indeseados. No han sido personas hostiles las que más me han apartado de lo que deseaba hacer, han sido esos pasajeros indeseados que sin ser molestos, siendo incluso "amigos", conseguían que acabase haciendo cosas que en principio ni me apetecía ni tan siquiera me había imaginado hacer.


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