Solo
tengo una idea en mente y gira alrededor del concepto “Task Force”:
Dejar libertad y financiar que los profesores más exitosos en el
desempeño de su trabajo lideren y decidan qué alianzas formar entre
laboratorios o departamentos. Estas alianzas estarán justificadas
por el criterio profesional de los profesores líderes que tendrán
total libertad para formular estos acuerdos. Los resultados se
juzgarán no en base a si han cumplido con las directrices del
programa establecido sino en función del número de publicaciones
logrado, tesis realizadas y productos asociados a su trabajo. Estas
alianzas tendrán carácter temporal y se podrán suspender a
petición de los participantes o debido a una baja productividad. La
productividad será juzgada por un panel científico.
El
primer paso será determinar qué profesores pueden llegar a ser
líderes en este proceso. Se les agrupará por áreas. Es muy
importante que al menos en cada área haya un número mayor de cinco
profesores. De esos cinco se escogerá al líder que será el que
proponga qué programa desarrollar en base a su experticia. Los otros
cuatro evaluarán al cabo de un año o dos años su labor y se podrá
extender el tiempo de liderazgo basado en los logros conseguidos. La
supervisión de este panel será de forma anónima y cada opinión
deberá ser fundamentada en hechos. Estos informes serán evaluados a
su vez por otro comité de profesores ajenos a ese campo que
determinarán si el líder debe continuar o bien ceder el mando a
otro de sus pares.
Esto es
simplemente una simulación de lo que podría ser. Los detalles no
tienen importancia. Lo importante es la “Evaluación por Pares” y
que exista una masa crítica de evaluadores que permita la
competencia entre ellos y haga difícil el llegar a acuerdos que
debilitarían la capacidad coercitiva del panel de expertos.
Debemos
de escapar de la elaboración de programas cerrados que cercenen la
libertad de los agentes principales, en este caso los profesores, y
que al mismo tiempo sirvan para justificar la ausencia de productos
relevantes, es decir, ¿Cuántos informes habremos leído en donde se
cumplen rigurosamente todos y cada uno de los puntos del programa y
sin embargo los productos obtenidos son bien raquíticos? En estos
casos, el programa sirve de justificación: “Mira, he hecho todo lo
que se suponía que debía de hacer”, bajo esta premisa “Quien
obedece no se equivoca” y el evaluador tiene que dar por bueno el
informe.
Si en
estos programas somos capaces de introducir la “libertad de
cátedra”, la evaluación de grandes popes y la toma de decisiones
basadas en experticia y no en criterios políticos, habremos puestos
varios peldaños hacia el éxito.
Lo que
se propone es un sistema dinámico, temporal y que vaya refinándose
en base a la evaluación de expertos. Pasos a tomar:
1.
Determinar qué expertos estarán en los paneles
2.
Diseñar los paneles para que exista una masa crítica suficiente
para que existan facciones que se vigilen los unos a los otros.
3.
Dejar que los expertos decidan, según su experticia, es decir, de
manera razonada, qué programas hay que establecer dependiendo de los
recursos actuales (profesores, laboratorios) y de las necesidades del
país.
4.
Definir qué productos se esperan de esos programas.
5.
Permitir que los paneles de expertos decidan, dependiendo de los
presupuestos, personal e instalaciones qué programa y qué líder
deberá implementarse
6.
Dotar económicamente estos programas
7. Los
paneles de expertos después de un tiempo evaluarán los productos
obtenidos y revalidarán o no al líder del programa o por lo
contrario se suspenderá el programa y se buscará una alternativa
comenzando de nuevo en el punto 1 o 3, dependiendo del tiempo
transcurrido y de si hay nuevas incorporaciones de profesores que
justifiquen comenzar el proceso en el punto 1.
Agentes:
profesores, jefes de laboratorio, grupos de trabajo... aquí tengo
que reconocer que mi idea de líder es la de un tirano, con toda la
capacidad de decisión, que pueda ser depuesto en caso de
incompetencia :)
Papel
de los alumnos:
Aquí
habría que hacer una hoja de ruta, un contrato y definir
perfectamente deberes, obligaciones y derechos. Hablo de contrato por
considerar al estudiante como un “cliente” y no como un mero
receptor de conocimiento. Cliente en el sentido de que el estudiante
hace una inversión de tiempo y dinero y tiene derecho a percibir un
producto a cambio. Debemos de escapar de ese concepto del examen como
barrera a superar. Hoy en día después de superar muchas barrera el
estatus de licenciado, o de doctor ya no te garantiza un trabajo, una
fuente de ingresos. Por lo tanto, superar barrera para llegar a un
estatus académico debiera de ser el objetivo último. La relación
contractual con los alumnos debiera de ser: tu haces un esfuerzo
económico y de tiempo y yo te doy el manejo de estas técnicas, la
obtención de este título, la publicación de un trabajo científico
y el manejo de estas habilidades al fin de tu tiempo con nosotros.
Los
alumnos podrán evaluar la experiencia de aprendizaje. Estas
evaluaciones serán anónimas y públicas. Los comentarios de los
alumnos deberán estar basados en hechos contrastables en caso de ser
negativos. El departamento principal a cargo del programa de
postgrado velará por los derechos de los estudiantes. La función
principal de un programa de postgrado es la de formar y educar a los
estudiantes. Se fomentará que los alumnos, como colectivo, evalúen
y sugieran mejoras que se elevarán a los paneles de expertos como
parte de la evaluación del programa.
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