sábado, 6 de diciembre de 2014

Valores que hay que potenciar en la universidad


Solo tengo una idea en mente y gira alrededor del concepto “Task Force”: Dejar libertad y financiar que los profesores más exitosos en el desempeño de su trabajo lideren y decidan qué alianzas formar entre laboratorios o departamentos. Estas alianzas estarán justificadas por el criterio profesional de los profesores líderes que tendrán total libertad para formular estos acuerdos. Los resultados se juzgarán no en base a si han cumplido con las directrices del programa establecido sino en función del número de publicaciones logrado, tesis realizadas y productos asociados a su trabajo. Estas alianzas tendrán carácter temporal y se podrán suspender a petición de los participantes o debido a una baja productividad. La productividad será juzgada por un panel científico.

El primer paso será determinar qué profesores pueden llegar a ser líderes en este proceso. Se les agrupará por áreas. Es muy importante que al menos en cada área haya un número mayor de cinco profesores. De esos cinco se escogerá al líder que será el que proponga qué programa desarrollar en base a su experticia. Los otros cuatro evaluarán al cabo de un año o dos años su labor y se podrá extender el tiempo de liderazgo basado en los logros conseguidos. La supervisión de este panel será de forma anónima y cada opinión deberá ser fundamentada en hechos. Estos informes serán evaluados a su vez por otro comité de profesores ajenos a ese campo que determinarán si el líder debe continuar o bien ceder el mando a otro de sus pares.

Esto es simplemente una simulación de lo que podría ser. Los detalles no tienen importancia. Lo importante es la “Evaluación por Pares” y que exista una masa crítica de evaluadores que permita la competencia entre ellos y haga difícil el llegar a acuerdos que debilitarían la capacidad coercitiva del panel de expertos.

Debemos de escapar de la elaboración de programas cerrados que cercenen la libertad de los agentes principales, en este caso los profesores, y que al mismo tiempo sirvan para justificar la ausencia de productos relevantes, es decir, ¿Cuántos informes habremos leído en donde se cumplen rigurosamente todos y cada uno de los puntos del programa y sin embargo los productos obtenidos son bien raquíticos? En estos casos, el programa sirve de justificación: “Mira, he hecho todo lo que se suponía que debía de hacer”, bajo esta premisa “Quien obedece no se equivoca” y el evaluador tiene que dar por bueno el informe.

Si en estos programas somos capaces de introducir la “libertad de cátedra”, la evaluación de grandes popes y la toma de decisiones basadas en experticia y no en criterios políticos, habremos puestos varios peldaños hacia el éxito.

Lo que se propone es un sistema dinámico, temporal y que vaya refinándose en base a la evaluación de expertos. Pasos a tomar:

1. Determinar qué expertos estarán en los paneles
2. Diseñar los paneles para que exista una masa crítica suficiente para que existan facciones que se vigilen los unos a los otros.
3. Dejar que los expertos decidan, según su experticia, es decir, de manera razonada, qué programas hay que establecer dependiendo de los recursos actuales (profesores, laboratorios) y de las necesidades del país.
4. Definir qué productos se esperan de esos programas.
5. Permitir que los paneles de expertos decidan, dependiendo de los presupuestos, personal e instalaciones qué programa y qué líder deberá implementarse
6. Dotar económicamente estos programas
7. Los paneles de expertos después de un tiempo evaluarán los productos obtenidos y revalidarán o no al líder del programa o por lo contrario se suspenderá el programa y se buscará una alternativa comenzando de nuevo en el punto 1 o 3, dependiendo del tiempo transcurrido y de si hay nuevas incorporaciones de profesores que justifiquen comenzar el proceso en el punto 1.


Agentes: profesores, jefes de laboratorio, grupos de trabajo... aquí tengo que reconocer que mi idea de líder es la de un tirano, con toda la capacidad de decisión, que pueda ser depuesto en caso de incompetencia :)

Papel de los alumnos:

Aquí habría que hacer una hoja de ruta, un contrato y definir perfectamente deberes, obligaciones y derechos. Hablo de contrato por considerar al estudiante como un “cliente” y no como un mero receptor de conocimiento. Cliente en el sentido de que el estudiante hace una inversión de tiempo y dinero y tiene derecho a percibir un producto a cambio. Debemos de escapar de ese concepto del examen como barrera a superar. Hoy en día después de superar muchas barrera el estatus de licenciado, o de doctor ya no te garantiza un trabajo, una fuente de ingresos. Por lo tanto, superar barrera para llegar a un estatus académico debiera de ser el objetivo último. La relación contractual con los alumnos debiera de ser: tu haces un esfuerzo económico y de tiempo y yo te doy el manejo de estas técnicas, la obtención de este título, la publicación de un trabajo científico y el manejo de estas habilidades al fin de tu tiempo con nosotros.

Los alumnos podrán evaluar la experiencia de aprendizaje. Estas evaluaciones serán anónimas y públicas. Los comentarios de los alumnos deberán estar basados en hechos contrastables en caso de ser negativos. El departamento principal a cargo del programa de postgrado velará por los derechos de los estudiantes. La función principal de un programa de postgrado es la de formar y educar a los estudiantes. Se fomentará que los alumnos, como colectivo, evalúen y sugieran mejoras que se elevarán a los paneles de expertos como parte de la evaluación del programa.

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