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sábado, 7 de enero de 2017

La pobre ninfa Eco abre cuenta en Facebook

La ninfa Eco acostumbraba entretener a Hera con su charla, lo que Zeus aprovechaba para entregarse a sus aventuras amorosas. Cuando Hera lo descubre, convencida de que la ninfa es su cómplice, la condena a repetir todo cuanto oye negándole la posibilidad de hablar por sí misma. De forma que, cuando se encuentra con Narciso en el bosque y se enamora de él, no puede sino repetir las cosas que este le dice.
Eco y Narciso, óleo sobre lienzo de John William Waterhouse (1849-1917)

Walker Art Gallery Liverpool, United Kingdom

Muchos  vivimos en el mundo de Eco.  No hacemos más que ser el eco de lo que vemos en los medios audiovisuales, que a su vez solo son repeticiones de lo que se dice y se ve en otro lugar. Somos  copias de copias. Y, lo más extraño, es que no solo no tenemos  conciencia alguna de ello, sino que cuanto más nos  limitamos  a repetir lo que oímos  y a parecerse  a lo que vemos más orgullosos y  seguros nos sentimos.

Decía Zygmunt Bauman, recientemente fallecido, hace una año en una entrevista en El País: "Mucha gente usa las redes sociales no para unir, no para ampliar sus horizontes, sino al contrario, para encerrarse en lo que llamo zonas de confort, donde el único sonido que oyen es el eco de su voz, donde lo único que ven son los reflejos de su propia cara".

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