Todos los semestres, en la asignatura de biología, mandaba leer un libro de divulgación científica. Principalmente para que leyesen un libro y para que, en una universidad que abusa de los exámenes con preguntas multiopción, tuviesen la oportunidad de escribir, de redactar una respuesta. Uno de los libros, La ciencia del sexo, de Pere Estupinya, tenía mucha aceptación entre los estudiantes.
En esos exámenes se dieron respuestas sorprendentes. Cuando les preguntaba sobre las bases biológicas de la disfunción eréctil en caso de varones jóvenes que son abordados por una chica que les intimida y entran en estrés, había algunas respuestas que se olvidaban de que estaban en un examen y no en una terapia. Otra pregunta que hacía era sobre las bases biológicas de la transexualidad.
Una vez me tocó hacerle un examen oral a un alumno que no había podido utilizar la plataforma online. La pregunta era sobre las bases biológicas, si es que había, de la homosexualidad. Como estábamos frente a frente y había respondido más o menos correctamente, le pregunté que pensaba de las clínicas de deshomosexualización... ¡Y estaba a favor! No quise indagar más porque en esa universidad privada los alumnos eran de cristal. Obviamente este estudiante era refractario a los hechos, a las pruebas científicas. Posiblemente las creencias religiosas de las familias, la falta de contacto con personas homosexuales, la estrechez de miras... ¿Cómo explicarle a un estudiante de medicina que la homosexualidad hace mucho que no se considera una enfermedad y que por tanto no se debe de tratar como tal?
Capítulo de South Park sobre las clínicas de deshomosexualización
En el Ecuador existen clínicas de deshomosexualización, un drama. Un país, Ecuador, que derogó la ley de consideraba delito la homosexualidad en 1997. Pues parece que en la próxima hornada de médicos van a salir unos cuantos homófobos. ¿Podemos convencer a través de los hechos? ¿Debería la universidad suspender a aquellos que sean refractarios a las pruebas científicas? Por ahora, en España ha salido una ley que expulsará de hospitales y universidades a las pseudociencias.
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