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lunes, 26 de noviembre de 2018

Quedaremos los asesinos

Tasas de nacimientos fuera del matrimonio en los EEUU desde 1940-2014. La tasa para los negros se representa por la línea púrpura. Fuente: National Vital Statistics System publicado en CDC National Center for Health Statistics.
Las familias negras de los EEUU tienen las mayores tasas de nacimientos fuera de la estructura familiar. Los economistas Walter Williams y Thomas Sowell relacionaron este hecho con los programas federales de subsidios a madres solteras. Estos subsidios, según estos autores, cambiaron la estructura de las familias negras norteamericanas. El barrio de Harlem, en Nueva York, fue el que primero sintió el impacto de estas políticas. Los hogares se vieron formados exclusivamente por mujeres con hijos que se convertían en abuelas al tener sus hijas hijos a su vez, como una manera de conseguir más subsidios. Los hombres, las parejas sexuales de estas mujeres, subían a las casas cuando los inspectores del programa de subsidios para mujeres solteras acababan su jornada laboral. Su presencia en la casa iba desde la noche hasta las 7 de la mañana. Los niños y niñas de estas familias crecieron en un matriarcado en donde los hombres eran exclusivamente novios.

Mínima política pública, máximo impacto social

Mientras que en Harlem estas políticas públicas favorecían que las mujeres tuviesen hijos sin estar casadas como medio de conseguir ayudas públicas, en las sociedades ricas las leyes de divorcio al darle la custodia a la madre por defecto generó la figura de padre-monedero, es decir, un padre que solo contaba para pasar una pensión alimenticia. De esta manera, las madres divorciadas pasaban de tener un marido a tener una pensión de alimentos y la posibilidad de tener otra relación, ya no con un marido, sino con alguien que en la casa no le podía disputar su autoridad. Nacía la figura del novio de la divorciada. Un tipo que vivía con la divorciada y su o sus hijos, contribuía al mantenimiento de la casa mientras seguía entrando la pensión alimenticia del padre biológico.

Ante esta situación, muchos hombres jóvenes se han dado percatado de que no les salen las cuentas si se convierten en maridos y luego padres. Por ese motivo la figura de novio se ha diluido en dos nuevos conceptos: el follamigo o el amigovio. Hombres que no quieren tener relaciones estables con vistas a tener hijos a medio plazo.
Ya existen empresas que te venden semen para que cualquier mujer pueda ser madre. Esto hace que la pareja de una mujer inseminada se convierta en un novio sin derecho a los hijos porque no es el padre biológico. En países que sufren de pigmentocracia, es decir, cuando más blanco mejores ingresos tienen, la importación de semen de hombres rubios está aumentando.

Las mujeres, en los países ricos, ya han percibido que ellas son la familia. Ellas y su familia. Los hombres somos parte de su familia, pero no somos el 50% de la nueva familia. Ya no se da aquello de un hombre y una mujer que abandonan sus familias para formar la suya propia. Ahora la mujer se mantiene en su familia en la que ha nacido y todo va a girar a su alrededor, incluso su nueva pareja.

Si en una pareja que quiere formar una familia y tener hijos a él se le ocurre imponer sus condiciones enseguida va a oír reclamos como "yo sufrí mucho contigo, me manipulabas un montón, me culpabas de todo y me maltratabas psicológicamente muchísimo, nunca agradecías nada de lo que hacía por ti y nunca me valoraste". Si hay hijos este tipo de reclamos acaba en un divorcio, una pensión alimenticia que pagar y nada que decir. Si hay una discusión puedes acabar con una denuncia por malos tratos. Por ese motivo, muchos hombres jóvenes han concluido que ser follamigo compensa. ¿Para qué estar en una relación seria? ¿Cuáles son el incentivo? Lo mismo que los hombres negros en Harlem en los sesenta y setenta, a esos hombres lo único que les queda es ser atractivos, competir entre ellos, por sus atenciones. Biología en estado puro.

El 30% de los menores de 30 años en España planean no tener hijos

Porcentaje de hombres españoles que desean no tener hijos
Si, en España la natalidad se hunde y el porcentaje de hombres que no desea tener hijos es mayor que el porcentaje de mujeres, como se puede ver en los gráficos.

Porcentaje de mujeres españolas que desean no tener hijos

Las parejas se rompen, los follamigos se olvidan

Cuando te conviertes en pareja de alguien los estereotipos culturales mandan y mucho. Se es pareja de una manera determinada y punto. Hay un contrato social muy rígido. Cuando se incumple este contrato la ruptura es total. Se pierde contacto no solo con la persona amada sino con su círculo de amigos, familia, compañeros de trabajo. Es traumático. Sin embargo, cuando se rompe con un follamigo o un amigovio ¿Qué se dice? "... pero seguimos siendo buenos amigos". Todo es mucho amigable en este mundo en donde el contrato social está reducido a mínimos.

Las familias numerosas sólo se dan en grupos religiosos fundamentalistas

Hemos visto como pequeños cambios en las políticas públicas han tenido muchísimo impacto en lo social. Esto ha generado una ruptura en el contrato social. Por un lado ha nacido la figura de un hombre no comprometido con las relaciones largas y la familia. Por otro lado, en los países ricos los únicos que están teniendo familias con varios hijos son los grupos más ortodoxos y tradicionales: musulmanes, gitanos, cristianos evangelistas, Opus Dei, lo que contrasta vivamente con el grupo de población mayoritario que tiene uno o ninguno.
En sociedades como la holandesa vemos como los únicos grupos de población que ven aumentar sus miembros son aquellas que tienen la procreación en la familia como uno de sus objetivos. Por ejemplo, los musulmanes crecen por la inmigración y su mayor tasa de natalidad. En Amsterdam el islam primera religión de la ciudad. No existen los follamigos en el Islam. Te casas para procrear, y punto.

Rebelión en la granja nos vuelve a mostrar el camino

George Orwell (1903-1950), escritor partidario del socialismo democrático, consecuente con sus ideas ya que participó en la guerra civil española,  defendiendo a la legítima república, como parte de las Brigadas Internacionales, y por lo tanto poco sospechoso de conservadurismo, escribió la más fina crítica al comunismo en su libro "Rebelión en la granja".
La principal crítica se resume en que es imposible que un sistema funcione cuando no existe un contrato social que incluya a todo el mundo. El comunismo se basa en gran medida en el siguiente razonamiento (por favor, ruego a mis amigos comunistas que me perdonen esta simplificación excesiva): los trabajadores están explotados. Eso los convierte en víctimas y justifica su toma del poder. Se crea una dialéctica del conflicto. Los muertos los ponemos nosotros o los ponen ellos. Si no conquistan el poder ellos ponen los muertos. Si conquistan el poder los muertos los ponen los otros. En los países en donde triunfó el comunismo, esta lógica se instaló en lo más profundo del aparato. Siempre existió la figura del contrarrevolucionario. Eso justificó que existiese un grupo duro, un grupo de ortodoxos que acabaron acaparando todo el poder. Se trataba de los cerdos.

Buscar ser víctimas para ganar legitimidad

En la página Rebelion se puede percibir esta lógica: el capitalismo es malo por tanto el socialismo o el comunismo es bueno. No hace falta hacer autocrítica, solo hace falta encontrar a un malo para convertirnos en buenos. Excluir es un buen mecanismo de cohesión de grupo
En los años 70 del siglo pasado toda la izquierda hablaba de la clase trabajadora. En 2018 se ha pasado de un colectivo definido por los ingresos y el tipo de actividad laboral a los colectivos genéricos desfavorecidos. ¿Quienes hablan hoy de la clase trabajadora aparte de cuatro sindicalistas?
Cartel visto en el Centro Histórico de Quito un día después de la marcha "Vivas nos queremos" del 24 de noviembre de 2018. Se pide por los derechos, no de los trabajadores en plural sino de las trabajadoras, un subgrupo dentro de otro subgrupo. Lo mejor de todo es que quienes han diseñado e impreso este cartel nunca han vendido en calle, pero si les valen las trabajadoras ambulantes como excusa para su proyecto político.
Esta tendencia de poner un colectivo por encima de otro, como se vio en Rebelión en la granja, lleva implícito el conflicto. Es lo opuesto al contrato social. Se busca excluir y buscar la confrontación. El problema, como se vio en la novela de Orwell, es que una vez se impone esta lógica siempre habrá un colectivo más ortodoxo, más puro, más violento. Y cuando se rompe el contrato social hay conflicto ¿Quién se puede extrañar ahora de que haya ganado Bolsonaro, Trump, Macron, Erdogán, Viktor Orban...?
Los nazis eran simpáticos en un principio. En la fotografía Hitler con una niña judía. Los nazis perseguían ideales, en un principio, que podrían ser firmados hoy por Pachakutik. Recordad que llegaron al poder ganando unas elecciones democráticas. Más fotos de nazis simpáticos
Para concluir. Queridos comunistas, queridas feministas, por favor, pensad en el día después de haber acabado con el capitalismo, o del patriarcado. No llega con derribarlos. Y sed conscientes que cuando se va a la guerra uno de los bandos es el que pone los muertos. Recordad que posiblemente, habiendo acabado con la bestia nos convertiremos nosotros mismos en la bestia. Como una niña le contestó a su padre cuando le preguntó: ¿Y si matamos a todos los malos, quedamos solo los buenos? - No, quedaríamos los asesinos.

Por supuesto, estoy en contra del maltrato en la pareja, y del maltrato psicológico, por eso me he divorciado y me he separado de personas a las que quería. Por supuesto estoy en contra de que un cajero cobre 600 euros al mes y el dueño de la empresa lo gane al minuto. Pero también, por supuesto, prefiero vivir en un sistema de libre empresa que en una economía dirigida. Respecto al feminismo, estoy a favor de la mayoría de sus reivindicaciones y al mismo tiempo creo que el patriarcado (no machismo), al menos por ahora, es un sistema que propicia la existencia de familias, y en ese sentido, lo prefiero.
La lucha obrera es necesaria. Hace años, cuando la sociedad estaba más politizada, un anuncio como este sería impensable. La lucha es necesaria. Me acuerdo de la primera pintada feminista que recuerdo. Era un anuncio de aceite Johnssons que decía "Toda tu eres un culito" y salía una mujer desnuda y la pintada decía "Somos mujeres no culos". Los anuncios de los años ochenta hoy afortunadamente serían impensables y eso que queda mucho que hacer.

Y por favor, si vamos a polemizar, evitad en la medida de lo posible falacias de división.

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