¿Cómo haces para que esos cabrones trabajen cuando ya no está el capataz? Esa es una pregunta oculta que nadie quiere tocar en "Rebelión en la granja" pero que está ahí y es necesaria. Quienes entienden esta necesidad son los cerdos que acumulan poder y se vuelven en opresores para que el nuevo sistema funcione, traicionando así los principios de igualdad y no explotación que guiaron la revolución.
En el feminismo ocurre algo semejante. La mujer está oprimida. Hay que liberarla... y al mismo tiempo nos encontramos con que es más fácil obtener sexo para una mujer de un hombre que viceversa, eso confiere un poder que no se puede mentar bajo la premisa "la mujer está oprimida". La mujer le dedica mucho tiempo a la familia y eso le da un papel preponderante, y en los divorcios ese papel tiene su peso, a favor de las mujeres. El control de los hijos también choca con la premisa "la mujer está oprimida" y no se puede hablar de ello.
La familia se basa en unos principios de reciprocidad, altruismo y cooperación. ¿Cómo haces para que esos principios se cumplan? La familia tradicional tenía unos mecanismos sutiles de represión: preservar el buen nombre de la familia, los sermones del cura en la iglesia etc, casi todos atentaban contra la libertad de la mujer. Poco a poco se han ido minando por la necesidad de dotar de los mismos derechos a las mujeres, por construir una sociedad más igualitaria y justa. Hoy en día hay una crisis de natalidad importante en aquellas sociedades más igualitarias. Tener hijos ha dejado de ser atractivo y deseable. Con la pérdida de la familia las personas dejamos de disfrutar de un espacio de solidaridad y de sociabilidad. Cada vez estamos más solos y nos sentimos más vulnerables.
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