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miércoles, 7 de marzo de 2018

Call me by your name

Lo bueno de esta película es que muestra un cierto tipo de familia liberal, cosmopolita, rica que recibe en su casa a un estudiante apuesto durante 6 semanas. Hay ciertas familias, y yo he conocido a una de cerca, que montan hogares que se sitúan en el centro de las relaciones de amistad. Ellos esperan que seas tu el que se deje caer por su casa, no se espera que ellos devuelvan la visita. Su casa es tan tan tan especial y maravillosa que se presupone que ese tiene que ser el centro. Además son buenos anfitriones. ¿Debe ser una amistad una relación en dos direcciones? No para ellos. Para este tipo de gente el que te abran las puertas de su casa es en calidad de adquisición. Te colocan en la misma categoría que uno de sus jarrones, mapas, cuadros... eres especial por eso puedes traspasar el umbral y sumarte a la familia. Pero, ojo, ellos no te consideran un igual, eres solo parte de su decorado.

Hay algunos momentos durante la película que refuerzan esta idea. El niño de la casa opina que el invitado es un arrogante porque siempre se despide con la palabra "later", le comenta a sus padres que seguro que cuando se despida de ellos será con la palabra "later". Percibe que en el fondo, ese tipo, es tan desapegado como lo son ellos, y eso le jode.

Cuando los padres se despiden del invitado, el padre repite "later, later, later". Descubres que en el fondo hay una competición, un deseo de fagocitar la belleza del invitado. Como el niño se enamora del invitado y cuando éste se ha ido está dolido de amor, el papá le da un "inspirational speech" destinado a reforzar la autoestima y amor propio de su vástago. Esto confirma que ese hogar, esas relaciones sociales están destinadas a mantener ese estatus de riqueza, cosmopolitismo, excelencia... sino fijaos como la única vez que el padre se pone serio con su hijo es cuando le pide que se ponga una camisa, que al hijo no le sienta bien, para agradar a una pareja invitada.

Gente rica que, a pesar de las maneras, impone su esquema clasista en sus relaciones personales. Esto pasa incluso en mi familia. En la literatura lo he visto en "Babbit", de Sinclair Lewis, en "Un héroe de nuestro tiempo" de Lermontov, en "Suave es la noche" de Scott Fiztgerald.

Gracias Idania Machado por la recomendación de esta película

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