¿Sabías que una alteración en la amigdala puede alterar tu conducta hasta el punto de volverte un asesino?

Muchos de ustedes tal vez no han escuchado sobre la amígdala cerebral; puede ser que la estén relacionando con las estructuras ubicadas a nivel de la garganta, la que se inflama generalmente cuando pescamos un resfriado y produce dolor al tragar o digerir alimentos; pero la amígdala cerebral se refiere a una compleja estructura situada en la profundidad de los lóbulos temporales del cerebro, como es de conocimiento general el cerebro se encuentra dividido en lóbulos como el frontal que es el encargado de la producción lingüística y oral o el parietal que se encarga de recibir las sensaciones de tacto, calor, frío, presión, dolor, y coordinar el equilibrio; pero la amígdala cumple normalmente el papel de procesar y almacenar nuestras reacciones emocionales; pero ¿Qué pasaría si se lesiona la amígdala cerebral?

Pueden existen muchas alteraciones en esta estructura, uno de los muchos trastornos degenerativos progresivos que llega afectar a la amígdala es la demencia; otro puede producirse por depósitos de calcio en esta estructura lo que ocasiona un deterioro en la capacidad de reconocer expresiones faciales. La gran mayoría de personas que padecen este trastorno son asesinos quienes pueden llegar a robar, matar, cometer violaciones o cualquier acto ilícito que se puedan imaginar sin importarles en lo absoluto sobre el daño que podrían provocar en las demás personas, esta falta de sensibilidad no se le atribuye a crueldad o ira sino a la perturbación de la capacidad de reconocer emociones en otros individuos.

Se han realizado varios estudios con relación a las alteraciones de la amígdala y a las conductas delictivas asociadas a mentes criminales, algunos de estos estudios han desarrollado diferentes teorías que tratarían de explicar este comportamiento como el artículo escrito por CarlosJiménez  V. (miembro del Grupo de Neurociencias de Risralda, Universidad de Pereira, Colombia) y Jaime Robledo T., catedráticos de la Universidad de Pereira en Colombia, (“LA NEUROCIENCIA y LAS CONDUCTAS VIOLENTAS”) el cual afirma que un bloqueo de señales en esta estructura no le permiten al individuos actuar con sensatez ante la ira, dolor o estrés; que pueden desencadenar comportamientos delictivos.

Este estudio también demuestra que el tamaño de la amígdala cerebral puede influir en la predisposición hacia la violencia y conducta delictiva. Los asesinos pueden presentar una amígdala reducida provocando un comportamiento retraído y cerrado; lo interesante de este estudio es que demuestra que cada asesino actúa de una manera diferente pues algunos de ellos aprovechan su gran capacidad para socializar  y de esta manera pueden establecer  fácilmente vínculos emocionales con sus víctimas  para atraparlas quienes  piensan que están junto a una mansa oveja, lo que no saben es que en realidad es un lobo feroz listo para atacar.

Por favor no abras este enlace: pícale aquí

Biografía:

Sayda Pamela Vargas Nicolalde 21 años	Katherine Viviana Vásquez Sandoval 19 años	Marcela Viviana Rivadeneira Álvarez 28 años
Pertenecen a la Pontificia Universidad Católica del Ecuador estudiantes de Bioquímica Clínica en la escuela de Bioanálisis