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miércoles, 8 de abril de 2015

El discurso oculto que se esconde tras el feísmo

Odio los somieres y ese discurso oculto que se esconde tras el feísmo. Es un discurso de "resistencia" es un decir "soy pobre y si no me aceptas yo tampoco te acepto". Los grupos subordinados, y el paisano gallego se ve a si mismo así, siempre se encargan de vigilar e identificar a todo aquel que quiera darse aires de superioridad, que niegue sus orígenes, que se muestre distante o trate de codearse con las élites.

Tengo que reconocer que por el mismo hecho de aspirar a algo mejor desde fuera puede parecer que me doy aires de superioridad. Que niego mis orígenes... pues si. Hay ciertas cosas de mis orígenes que repudio, por ejemplo, el puto feísmo gallego, la cazurrería, el "casa miña filla casa, unha perna tapa a outra" y ese tipo de cosas. Obviamente me muestro distante a esa glorificación de lo "enxebre" lo vernáculo así entendido. ¿Trato de codearme con las élites? pues si, que le voy a hacer. Este tipo de comportamientos se rechazan por aquellos que se sienten un grupo subordinado. Un somier en medio del campo no es sólo una manera de reciclaje, es también una declaración de principios: "Yo soy así, acéptame o vete".
"Yo si quiero feísmo en mi paisaje" es una declaración de principios que parece querer decir "Yo soy así, acéptame o vete".

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