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jueves, 31 de enero de 2013

El ser zurdo está en un gen

La ciencia por fin ha descubierto el factor que provoca que la gente tenga mayor habilidad con una parte de su cuerpo que con la otra. Un grupo de científicos de la Universidad de Oxford ha hallado el gen que hace a una persona más propensa a ser zurda, según ha revelado la revista científica estadounidese Molecular Psychiatry. Se trata del LRRTM1, el primer gen que se descubre en relación al uso de las manos. Veamos: el lado izquierdo del cerebro humano controla el discurso y el lenguaje, mientras que el derecho controla emociones. Los zurdos, sin embargo, suelen intercambiarlos y, según los científicos de Oxford, esto es causado por el LRRTM1, que modifica la asimetría del cerebro.

'LRRTM1' y la esquizofrenia

Los investigadores también han señalado en Molecular Psychiatry que las personas que poseen el gen -que habitualmente son zurdas- tienen más posibilidades de desarrollar enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia. Esto se debe a que los esquizofrénicos, por ejemplo, tienen balances inusuales en el cerebro y usan con más pericia uno u otro lado del cuerpo, han dicho los científicos. Clyde Francks, médico que ha dirigido la investigación en Oxford, espera que estos hallazgos sirvan para analizar la asimetría, un asunto fundamental para estudiar muchas condiciones psiquiátricas. Ha pedido, sin embargo, que los zurdos no se alarmen por los lazos con la esquizofrenia: "Hay muchos factores que hacen a una persona más capaz de desarrollar la enfermedad y la vasta mayoría de zurdos nunca desarrollan el problema. Aún no sabemos el rol preciso de este gen", ha indicado Francks. El estudio ha involucrado a 40 científicos de más de 20 centros de investigación en todo el mundo. De acuerdo a la ciencia, hay diferencias significativas entre las personas diestras y zurdas. Una investigación australiana, por ejemplo, reveló en 2006 que los zurdos pueden pensar más rápido al jugar en el ordenador o realizar algunos tipos de deporte. Investigadores franceses concluyeron que también otorga ventaja a la hora de un combate. El ser zurdo, sin embargo, también se ha relacionado a un mayor riesgo de contraer enfermedades y a tener determinados accidentes. Hay cálculos que indican que alrededor de un 10% de las personas tiene más habilidades con la parte izquierda del cuerpo. Zurdos eran Leonardo, Miguel Angel, Rafael, Durero, Holbein, Rubens y Picasso. También lo eran Bach, Beethoven, Mozart, Schumann, Rachmaninoff, Ravel, Jimmy Hendrix, y lo son Bob Dylan y Paul McCartney, por ejemplo. Gandhi era zurdo. Winston Churchill, Adolf Hitler y Ronald Reagan fueron zurdos. También Greta Garbo, Cary Grant, Chaplin, Fred Astaire, Ginger Rogers, Judy Garland, Marilyn Monroe y Steve McQueen. Entre los zurdos afamados de la actualidad se encuentran, entre otros, Vladimir Putin, George Bush padre, Bill Clinton, Osama bin Laden, Hugo Chávez y Fidel Castro. Muchos deportistas son zurdos y, entre ellos, uno de los grandes: Diego Armando Maradona.

Resumen del artículo original


 2007 Dec;12(12):1129-39, 1057. Epub 2007 Jul 31.

LRRTM1 on chromosome 2p12 is a maternally suppressed gene that is associated paternally with handedness and schizophrenia.

Source

Wellcome Trust Centre for Human Genetics, University of Oxford, Oxford, UK. clyde.francks@well.ox.ac.uk

Abstract

Left-right asymmetrical brain function underlies much of human cognition, behavior and emotion. Abnormalities of cerebral asymmetry are associated with schizophrenia and other neuropsychiatric disorders. The molecular, developmental and evolutionary origins of human brain asymmetry are unknown. We found significant association of a haplotype upstream of the gene LRRTM1 (Leucine-rich repeat transmembrane neuronal 1) with a quantitative measure of human handedness in a set of dyslexic siblings, when the haplotype was inherited paternally (P=0.00002). While we were unable to find this effect in an epidemiological set of twin-based sibships, we did find that the same haplotype is overtransmitted paternally to individuals with schizophrenia/schizoaffective disorder in a study of 1002 affected families (P=0.0014). We then found direct confirmatory evidence that LRRTM1 is an imprinted gene in humans that shows a variable pattern of maternal downregulation. We also showed that LRRTM1 is expressed during the development of specific forebrain structures, and thus could influence neuronal differentiation and connectivity. This is the first potential genetic influence on human handedness to be identified, and the first putative genetic effect on variability in human brain asymmetry. LRRTM1 is a candidate gene for involvement in several common neurodevelopmental disorders, and may have played a role in human cognitive and behavioral evolution.

lunes, 28 de enero de 2013

Una reflexión sobre el feísmo y el autoodio

http://www.elmundo.es/elmundo/2011/12/16/galicia/1324039781.html

En el artículo dice: una seña de identidad de Galicia, y se quedan tan panchos, como es una seña de identidad ya no es feo ni horrible. Pues será todo lo seña de identidad que queráis pero es una pedazo de mierda pinchado en un palo. La autora del desaguisado (o la propietaria que tanto tiene) sonríe  feliz al lado de su obra. Una auténtica transgresora de la dietética y el paisajismo.

Esta asociación proclama: "eu si quero feísmo na miña paisaxe": http://ergosfera.org/ Un país que se siente orgulloso de sus chapuzas y que hace humor de ello y hasta una "seña de identidad"

Galería de feísmo:
http://www.xente.mundo-r.com/44039W0001/feismo/galeria1.html

http://www.lavozdegalicia.es/fotos/2007/08/23/01109247367CD4A6BC83014618298E82722E.htm

http://www.lavozdegalicia.es/fotos/2007/08/23/01109247367CD4A6BC83014618298E82722E.htm

http://forodestierro.forogratis.es/el-feismo-gallego-t7766.html

¿Puede una sociedad como esta albergar el conocimiento y la ciencia?. Una sociedad que considera que es más importante ser listo que ser inteligente, presumir de lo poco que te ha costado el cierre de la finca y reírte del mierdón del resultado.

El "feísmo arquitectónico, urbanístico o paisajístico" se entiende como todas aquellas construcciones o obras humanas que degradan de algún modo su entorno.
Pedro Vera ha retratado como nadie esa pereza mental en sus ranciofacts. 


viernes, 25 de enero de 2013

¿Cómo puede alguien decir que no somos primos hermanos?

Pues claro está, los fanáticos como los que han construído el Museo de la Creación de Kentucky, que como dicen ellos: "Ven y prepárate para creer".

miércoles, 23 de enero de 2013

Adaptación de "La casa de muñecas" de Ibsen

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3992892


Actores enanos son los protagonistas de la obra de teatro 'Casa de muñecas'

Los hombres miden un metro con diez centímetros. En contraste, las mujeres superan el uno con ochenta. Se presentará del 7 al 10 de marzo durante el XI Festival Iberoamericano de Teatro.

A través de esta metáfora de los tamaños, se muestra cómo, sin importar la estatura, el género masculino tiene la posibilidad de manipular a la mujer, que en este caso es el doble
de alta, pero queda disminuida al máximo.
"Esta obra, escrita hace más de un siglo por el noruego Henrik Ibsen, refleja el papel del sexo femenino en una sociedad machista y conservadora, en la cual existía una búsqueda de igualdad. Ahora la pregunta esencial ha cambiado. Las mujeres brillantes y exitosas intimidan a los hombres", explicó su director, Lee Breuer, de la compañía de teatro Mabou Mines.
Con una puesta en escena al estilo victoriano, en el que participa la actriz más pequeña del mundo, el público verá un enorme talento en cuerpos muy pequeños.
En la historia, Nora, una dedicada madre, prepara una sorpresa de Navidad a sus hijos y construye una casa de muñecas con detalles recargados y variedad de colores, creando una atmósfera liliputiense, en la que su marido, Torvald, se convierte en el mayor hostigador.
El periódico francés Le Monde catalogó este espectáculo como una experiencia inolvidable.
El prestigioso diario The New York Times, a su vez, apuntó que "Breuer es un director brujo, un alquimista que mezcla ideas, géneros, estilos, textos y tecnologías para hacer nuevos tipos de teatro. La experiencia es fascinante, apasionante aquí, confusa allá y se tiene que ver".
Búsqueda díficil
En el proceso de selección de los actores, Breuer  realizó audiciones en Australia, Inglaterra, Canadá y Estados  Unidos. Pero  minetras alguos enanos, reconocidos y famosos, cobraban sumas muy elevadas; otros no tenían el entrenamiento y las capacidades histriónicas para desarrollar alguno de los papeles.

Por eso, la compañía estadounidense, cuya sede actual está en Nueva York, tardó más de un año en conformar un elenco que cumpliera con sus expectativas. 
Pequeñas adapataciones
Mabou Mines, para presentar la obra, exigió que en los cuartos del hotel y los camerinos hicieran unos percheros de apenas un metro de altura, para que los pequeños actores cuelguen su ropa.

Al recordar una experiencia, el director contó: "Ustedes no saben cómo es la vida para un enano. Cuando estábamos de gira en Noruega, nos instalamos en un hotel muy bello. A uno de los actores lo pusieron en el octavo piso, en un gran cuarto. Pero él bajó a la recepción para que lo cambiaran. Yo le pregunté qué estaba mal si el lugar era maravilloso y el respondió: '¡Lo sé, pero es que no puedo alcanzar el número en el ascensor!'

El mayor archivo de sonidos de animales del mundo


El mayor archivo científico de audios y vídeos de animales del mundo ha finalizado la digitalización de su colección de 150.000 audios de animales y los ha puesto a disposición del público en internet de forma gratuita. Unas 9.000 especies están representadas en la colección de Macaulay Library, en la que se hace especial énfasis en los sonidos de pájaros, pero que también incluye audiosde ballenas, elefantes, ranas y primates, entre otros.
El mayor archivo de sonidos de animales ya está disponible gratis en internet
Las especies representadas en la colección son en su gran mayoría pájaros. Imagen: Theirishkiwi.
SINC | 18 enero 2013 13:34
Macaulay Library, el mayor y más antiguo archivo científico de audios y videos de animales del mundo, ha finanlizado la digitalización de su colección de 150.000 registros de audios de animales y los ha subido a Internet para hacerla accesible a científicos, profesores, y al púibico en general de manera gratuita.
La tarea de digitalización y archivo de sonidos de más de 9.000 especies de animales ha llevado a esta institución 12 años. La colección contiene más de 10 terabytes de datos y un total de 7.500 horas de grabación, señalan los reponsables del proyecto.
Las especies representadas en la colección son en su gran mayoría pájaros, pero también se incluyen sonidos de ballenas, elefantes, ranas y primates, entre muchos otros.
Registros desde 1929
Macaulay Library ha contado con la colaboración de Cornell Lab of Ornithology. De hecho, este laboratorio de la Universidad de Cornell ha sido el principal impulsor del proyecto de digitalización. Esa institución empezó a grabar y coleccionar sonidos de aves en 1929.
El primero en ser grabado fue el canto de un gorrión y, desde entonces, la colección fue creciendo hasta convertirse en la más importante del mundo.
"Nuestra colección de audio es la mayor y la más antigua del mundo y ahora es también la más accesible", ha señalado Mike Webster, director de Macaulay Library. Según Webster, su institución está ahora trabajando para mejorar las funciones de búsqueda y en crear herramientas que permitan a los coleccionistas de sonidos de animales subir directamente sus propios registros al archivo."Nuestro objetivo es hacer que Macaulay Library sea lo más útil posible y ampliar todo lo que podamos nuestra audiencia", indica.
Zona geográfica: España
Fuente: SINC

Drones: cuando lo virtual no hace honor a su nombre

Un soldado se propone graduarse como primero de su clase. Lo consigue y se convierte en operador de aviones no tripulados (los denominados “drones”) con destino en una unidad especial de las Fuerzas Aéreas de USA en Nuevo México. Desde su puesto de trabajo mata a docenas de personas, hasta que un día se da cuenta de que no puede seguir haciéndolo.
Durante más de cinco años, Brandon Bryant trabajó en un compartimiento rectangular sin ventanas, del tamaño de un remolque, en el que el aire acondicionado mantenía una temperatura constante a 17º grados y, por razones de seguridad, la puerta no podía abrirse. Bryant y sus compañeros de trabajo se sentaban frente a catorce monitores de ordenador y cuatro teclados. Cuando Bryant pulsaba un botón en Nuevo México, alguien moría al otro lado del mundo.
El compartimiento de pilotaje resuena con el zumbido de los ordenadores. Es el cerebro de un avión no tripulado, la cabina en la jerga de la Fuerzas Aéreas. Pero los pilotos no están volando por el aire, sólo están sentados ante los controles.
Bryant fue uno de ellos y recuerda con nitidez un incidente que ocurrió cuando un avión no tripulado Predator planeaba haciendo ochos en el cielo sobre Afganistán a más de 10.000 kilómetros de distancia. Abajo, en el punto de mira, había una casa de techo plano de barro con un cobertizo para guardar cabras. Cuando Bryant recibió la orden de disparar, presionó un botón con la mano izquierda y señaló el techo con un láser. El piloto que estaba sentado junto a él apretó el gatillo de una palanca de mandos y el Predator lanzó un misil Hellfire. Quedaban dieciséis segundos hasta el impacto.
–Esos momentos avanzan como a cámara lenta –dice hoy.
Las imágenes que transmitía una cámara de infrarrojos conectada al avión no tripulado aparecieron en su monitor, emitidas por satélite con un retraso temporal de entre dos y cinco segundos.
Faltaban siete segundos y no había nadie a la vista en tierra. Bryant todavía hubiese podido desviar el misil en aquel momento. El tiempo se redujo a tres segundos y Bryant se sentía obligado a contar cada píxel en el monitor. De repente, dice, vio a un niño que doblaba la esquina.
El segundo cero fue el instante en el que el mundo digital de Bryant chocó con la realidad en un pueblo entre Baghlan y Mazari Sharif.
Bryant vio un destello en la pantalla: era la explosión. Parte del edificio se derrumbó. El niño había desaparecido. Sintió un malestar en el estómago.
–¿Acabamos de matar a un niño? –le preguntó al hombre que estaba a su lado.
–Sí, supongo que era un niño –le respondió éste.
–¿Era un niño? –escribieron en el chat del monitor.
Entonces, una persona que no conocían respondió. Era alguien que estaba sentado en un centro de mando militar en algún lugar del mundo y que había observado su ataque.
–No, era un perro –escribió.
Revisaron la escena en el vídeo. ¿Un perro con dos piernas?
Operadores de aviones no tripulados en la Base Creech de Nuevo México
Operadores de aviones no tripulados en la Base Creech de Nuevo México
Primera parte: La guerra invisible
Aquel día, cuando Bryant salió del compartimiento de pilotaje puso el pie directamente en su país: praderas resecas a perder de vista en el horizonte, campos cultivados y olor a estiércol fresco. En la torre del radar de la Base Canon una luz centelleaba en la penumbra cada pocos segundos. Allí no había guerra alguna.
La guerra moderna es tan invisible como un pensamiento y la distancia anula su significado. No es una guerra sin límites, pero se controla desde pequeños centros de alta tecnología en diversos lugares del mundo. Se supone que esta nueva manera de consumarla es más precisa que la anterior y eso hace que algunos la consideren “más humana”. Es la guerra de un intelectual, una guerra que Barack Obama, el presidente de Estados Unidos,ha impulsadomás que cualquiera de sus predecesores.
En un pasillo del Pentágono donde se planifica esta guerra, las paredes están recubiertas con paneles de madera oscura. Los miembros de las Fuerzas Aéreas tienen sus oficinas aquí. Un óleo de un Predator cuelga junto a los retratos de los líderes militares. Para éstos, ninguna otra invención ha tenido tanto éxito como el Predator en la “guerra contra el terror” durante los últimos años.
Los militares de USA controlan sus aviones no tripulados desde siete bases aéreas en el país y en otros lugares del extranjero, incluida una en Djibouti, la minúscula nación del este africano. Desde su sede en Langley (Virginia), la CIA controla las operaciones en Pakistán, Somalia y Yemen.
“Salvamos vidas”
El coronel William Tart, un hombre de ojos claros que tiene una imagen precisa del enemigo, considera que el avión no tripulado es una “extensión natural de la distancia”.
Hasta hace unos meses, cuando fue ascendido a jefe del Grupo de Trabajo de Aeronaves Dirigidas por Control Remoto (en inglés, RPA) de las Fuerzas Aéreas de USA en Langley, Tart era comandante de la Base Creech (Nevada), cerca de Las Vegas, donde dirigía las operaciones de aviones no tripulados. Cada vez que controlaba en persona el vuelo de alguno de ellos, podía contemplar una foto de su mujer y sus tres hijas pegada sobre la lista de verificaciones junto a los monitores.
No le gusta la palabra drone, porque según él implica que la aeronave tiene su propia voluntad, su ego (drone significa zángano, el macho de la abeja reina).Prefiere llamarlos “aviones dirigidos por control remoto” y señala que la mayoría de los vuelos sólo tienen como objetivo la búsqueda de información. Se explaya sobre el uso de aviones no tripulados en misiones humanitarias tras el terremoto de Haití y sobre los éxitos militares en la guerra de Libia: su equipo disparó contra un camión que estaba apuntando misiles contra Misrata y también persiguió al convoy en el que huían el ex dictador libio Muamar el Gadafi y su séquito. Añade que los soldados desplegados en Afganistán expresan constantemente su gratitud por la ayuda que se les presta desde el aire. “Salvamos vidas”, dice.
No es tan locuaz en lo que respecta a asesinatos selectivos. Afirma que durante sus dos años como comandante de operaciones en Creech nunca vio morir a civiles y que los aviones no tripulados sólo abren fuego contra edificios donde no hay mujeres y niños. Cuando le preguntan sobre la cadena de mando, Tart menciona un documento de 275 páginas titulado 3-09.3. Afirma que la orden de atacar con aviones no tripulados, y cualquier otro ataque, provienen de las Fuerzas Aéreas. Un oficial tiene que dar su aprobación en el país donde se realicen las operaciones.
Un avión no tripulado Predator
El uso de la expresión “guerra quirúrgica” le molesta. Le recuerda a los veteranos de Vietnam, que lo acusan de no haber transitado por el barro ni sentido el olor de la sangre y le echan en cara que no sabe de lo que habla.
Eso no es cierto, dice Tart, y añade que a menudo aprovecha la hora de viaje que dura el trayecto desde la Base Creech hasta Las Vegas para distanciarse de su trabajo. “Observamos a la gente durante meses. Se los ve jugando con sus perros o haciendo la colada. Conocemos sus costumbres tanto como las de nuestros vecinos. Podemos incluso ir a sus funerales.” No siempre ha sido fácil, dice.
Una de las paradojas de los aviones no tripulados es que, a pesar de que aumentan la distancia con respecto al objetivo, también crean proximidad. “De alguna manera la guerra se vuelve personal”, dice.
“Vi morir a hombres, mujeres y niños”
En las afueras de la pequeña ciudad de Missoula (Montana) hay una casa amarilla con un fondo de montañas, bosques y bancos de niebla. La tierra está cubierta con la primera nieve del invierno. Bryant, que ahora tiene 27 años, está sentado en el sofá del salón de su madre. Dejó el ejército y ahora vive aquí. Aún tiene la cabeza rapada y luce una barba de tres días. “Hace cuatro meses que no sueño en infrarrojos”, dice con una sonrisa, como si se tratara de una pequeña victoria para él.
Bryant completó 6.000 horas de vuelo durante sus seis años en las Fuerzas Aéreas. “Vi morir a hombres, mujeres y niños durante ese tiempo”, dice. “Nunca pensé que iba a matar a tanta gente. De hecho, lo que pensaba era que no podría matar a nadie.”
Segunda parte: Un trabajo mal visto
Tras su graduación en la escuela secundaria, Bryant quería llegar a ser periodista de investigación. Solía ​​ir a la iglesia los domingos y tenía debilidad por las cheerleaders pelirrojas. Al final de su primer semestre en la universidad había acumulado miles de dólares en deudas.
Se alistó en el ejército por accidente. Un día, mientras acompañaba a una amiga que iba a alistarse, se enteró de que las Fuerzas Aéreas tenían su propia universidad, donde podría estudiar de forma gratuita. Sus resultados en las pruebas de admisión fueron tan buenos que lo destinaron a una unidad de recogida de información. Aprendió a controlar las cámaras y los rayos láser en un avión no tripulado y a analizar imágenes de tierra, mapas y datos meteorológicos. Se convirtió en un operador de sensores, más o menos el equivalente a un copiloto.
Tenía veinte años cuando participó en su primera misión. Era un día caluroso y soleado en Nevada, pero estaba oscuro en el interior del compartimiento de pilotaje, justo antes del amanecer en Iraq, donde un grupo de soldados usamericanos estaba regresando a su base. Bryant se ocupaba de vigilar el camino desde el cielo, como un “ángel guardián”.
Vio un ojo, una forma en el asfalto. “Había aprendido lo del ojo en el período de instrucción”, dice. Para enterrar un explosivo improvisado en el camino, los combatientes enemigos colocan un neumático en la carretera y lo queman; el calor ablanda el asfalto. Desde el cielo tiene forma de ojo.
El convoy de los soldados estaba aún a varios kilómetros de distancia del ojo. Bryant se lo comunicó a su supervisor, el cual lo notificó al centro de mando. Conforme los vehículos se acercaban al lugar, se vio obligado a buscar durante varios minutos, dice Bryant.
–¿Qué debemos hacer? –le preguntó a su compañero.
Pero éste era también novato en el trabajo.
No era posible comunicarse por radio con los soldados sobre el terreno, ya que estaban utilizando un transmisor de interferencias. Bryant vio pasar al primer vehículo sobre el ojo. No sucedió nada.
A continuación pasó por encima el segundo vehículo y vio un destello que surgía por debajo, seguido por una explosión en el interior del vehículo.
Cinco soldados murieron.
Desde entonces Bryant no pudo quitarse de la mente a sus cinco compatriotas. Empezó a aprenderse todo de memoria, incluso los manuales del Predator y de los misiles, y se familiarizó con todos los escenarios posibles. Estaba decidido a ser el mejor para que estas cosas nunca volvieran a suceder.
“Me sentí desconectado de la humanidad”
Hacía turnos de hasta doce horas. Las Fuerzas Aéreas todavía estaban escasas de personal para el control remoto en las guerras de Iraq y Afganistán. A los pilotos de aviones no tripulados se los tildaba de cobardes pulsadores de botones. Era un trabajo tan mal visto que los militares se vieron obligados a contratar personal jubilado.
Bryant se acuerda de la primera vez que disparó un misil y mató a dos hombres al instante. Mientras miraba, vio a un tercero agonizante. Su pierna había desaparecido y se estaba sosteniendo el muñón con las manos, a través de las cuales la sangre se esparcía por el suelo. La escena se prolongó durante dos minutos. De vuelta a su casa lloró, dice, y llamó su madre.
“Me sentí desconectado de la humanidad durante casi una semana”, dice sentado en su cafetería favorita de Missoula, donde flota en el aire un aroma a canela y mantequilla. Pasa mucho tiempo allí, viendo a la gente y leyendo libros de Nietzsche y Mark Twain; a veces cambia de asiento. No puede sentarse mucho tiempo en un lugar, dice. Se pone nervioso.
Su novia ha roto con él hace poco. Le había preguntado por el peso que lo abruma y él se lo contó, pero resultó ser algo que ella no fue capaz de sobrellevar ni compartir.
Cuando Bryant conduce a través de su ciudad natal luce gafas de sol de aviador y un pañuelo palestino. El interior de su Chrysler está cubierto con insignias de sus escuadrones. En su página de Facebook ha creado un álbum con las fotos de las medallas no oficiales que se le concedieron. Todo lo que tiene es este pasado. Lucha contra él, pero también es una fuente de orgullo.
Cuando lo enviaron a Iraq en 2007, publicó las palabras “listo para la acción” en su perfil. Fue asignado a una base militar situada a unos 100 km de Bagdad, donde su trabajo consistía en hacer despegar y aterrizar aviones no tripulados.
Una vez que éstos alcanzaban la altitud de vuelo, los pilotos de situados en USA lo reemplazaban. El Predator puede permanecer en el aire durante un día entero, pero también es lento, por lo que se encuentra siempre estacionado cerca de la zona de operaciones. Bryant se hizo fotos vestido con un mono de color arena y un chaleco antibalas, apoyado en uno de ellos.
Dos años más tarde, las Fuerzas Aéreas lo destinaron a una unidad especial en la Base Cannon (Nuevo México). Se instaló junto con un soldad amigo en un bungalow de un pueblo polvoriento llamado Clovis, donde abundan los remolques, las estaciones de servicio y las iglesias evangélicas. Clovis está a varias horas de distancia de la ciudad más cercana.
Bryant prefería los turnos de noche, que coinciden con el día en Afganistán. En la primavera, el paisaje, con sus picos nevados y valles verdes, le recordaba a su región natal, Montana. Veía a la gente cultivando los campos, a los niños jugando al fútbol y a los hombres que abrazaban a sus esposas e hijos.
Cuando se hacía de noche, Bryant activaba la cámara de infrarrojos. Muchos afganos dormían en la techumbre durante el verano, debido al calor. “Los observaba mientras hacían el amor con sus mujeres. Son dos puntos infrarrojos que se convierten en uno”, recuerda.
Estudiaba a las personas durante semanas, entre ellas a los combatientes talibanes mientras escondían armas y a quienes estaban en las listas de vigilancia porque los militares, los servicios de inteligencia o los informantes locales sospechaban algo de ellos.
“Llegaba a conocerlos. Hasta que alguien más arriba en la cadena de mando me daba la orden de disparar.” Sentía remordimientos a causa de los niños, a los que dejaba sin padres. “Eran buenos papás”, dice.
En su tiempo libre Bryant pasaba el tiempo con videojuegos o con “World of Warcraft” en internet, o se iba a beber con los demás. Ya no soporta la televisión, porque no lo estimula. También está teniendo problemas para conciliar el sueño.
“No había tiempo para los sentimientos”
La comandante Vanessa Meyer, cuyo verdadero nombre está cubierto con cinta adhesiva de color negro, está haciendo una presentación en la Base Holloman (Nuevo México) sobre la formación de pilotos de aviones no tripulados. Las Fuerzas Aéreas esperan tener personal suficiente para cubrir sus necesidades en 2013.
Meyer tiene 34 años y luce brillo de labios y un anillo con diamante en su dedo. Antes de convertirse en piloto de aviones no tripulados pilotaba aviones de cargo. Vestida con un mono verde de las Fuerzas Aéreas, está en pie en una cabina de entrenamiento y utiliza el simulador para demostrar de qué manera se guía un avión no tripulado a través de Afganistán. El punto de mira en el monitor sigue a un coche blanco hasta que llega a un grupo de chozas de barro. Con la mano derecha empuña el joystick para determinar la dirección del avión y con la izquierda acciona la palanca que ralentiza o acelera el vuelo. En un campo de aviación que hay detrás del compartimiento de pilotaje Meyer nos muestra el Predator, delgado y brillante, y su hermano mayor, el Reaper, que transporta cuatro misiles y una bomba. “Son aviones extraordinarios”, dice. “Únicamente no funcionan cuando hace mal tiempo”.
Meyer pilotó aviones no tripulados en Creech, la base aérea que está cerca de Las Vegas, donde jóvenes entran y salen de coches deportivos y las cadenas de montañas se extienden a través del desierto como reptiles gigantescos. El coronel Matt Martin, en su libro Predator, donde narró su experiencia como piloto de aviones no tripulados en Nevada, escribió: “A veces me sentía como Dios lanzando rayos desde lejos”. Meyer tuvo su primer hijo cuando estaba trabajando allí. En su noveno mes de embarazo aún permanecía sentada en el compartimiento de pilotaje, con el estómago haciendo presión contra el teclado.
“No había tiempo para los sentimientos” cuando se estaba preparando para un ataque, dice hoy. Por supuesto, añade, sentía que el corazón se le aceleraba y que la adrenalina le corría por el cuerpo. Pero cumplía las reglas a rajatabla y se centraba en el posicionamiento de la aeronave. “Una vez tomada la decisión, y a sabiendas de que se trataba de un enemigo, de una persona hostil, de un objetivo legal que se merecía la muerte, no me importaba disparar”.
Tercera parte: No hay lugar para los males del mundo
Después del trabajo se dirigía a su casa por la autopista 85 hasta Las Vegas, escuchando música country y pasando, sin siquiera mirarlos, ante activistas por la paz. Rara vez pensaba en lo ocurrido en la cabina de pilotaje, pero a veces rememoraba los pasos individuales a la espera de mejorar su rendimiento.
O se iba de compras. A veces se sentía extraña cuando la cajera le preguntaba: “¿Cómo está?” Y ella respondía: “Muy bien. ¿Y usted? Que tenga un buen día.” Cuando se notaba inquieta se iba a correr. Dice que el hecho de ayudar a los muchachos en tierra la motivaba a la hora de levantarse cada mañana.
En la casa de Meyer no había lugar para los males del mundo. Ella y su marido, un piloto de aviones no tripulados, no hablaban de su trabajo. Ella se ponía el pijama y veía dibujos animados en la televisión o jugaba con su bebé.
Hoy Meyer tiene dos hijos pequeños. Quiere enseñarles “que mamá puede ir a trabajar y hacer un buen trabajo”. No quiere ser como las mujeres de Afganistán, sumisas y cubiertas de la cabeza a los pies. “Las mujeres no son guerreros”, dice. Meyer añade que su trabajo actual como instructora es muy satisfactorio, pero que le gustaría regresar a las misiones de combate algún día.
No puedo dar marcha atrás y volver a la vida normal
Llegó un momento en que Brandon Bryant sólo pensaba en salir de allí para hacer algo distinto. Pasó unos cuantos meses más en el extranjero, esta vez en Afganistán. Pero después, cuando regresó a Nuevo México, de repente se dio cuenta de que odiaba el compartimiento de pilotaje, que apestaba a transpiración. Empezó por rociar ambientador de aire para eliminar el mal olor. También supo que quería hacer algo que salvase vidas en vez de quitarlas. Pensó que un trabajo como instructor de supervivencia podría venirle bien, aunque sus amigos trataron de disuadirlo.
El programa que luego empezó a preparar en su bungalow de Clovis se llama Power 90 Extreme, un régimen de ejercicios que incluye entrenamiento con mancuernas, flexiones de brazos, dominadas y abdominales. También hace levantamiento de pesas casi a diario.
En los días sin incidentes en el compartimiento de pilotaje solía escribir en su diario reflexiones como ésta: “En el campo de batalla no hay bandos, sólo derramamiento de sangre. La guerra total. Todo lo que veo es horroroso. Ojalá se me pudran los ojos.”
Si lograra ponerse bastante en forma, pensaba para sí mismo, quizá le permitirían hacer algo diferente. Pero era demasiado bueno en su trabajo.
Llegó un momento en que ya no disfrutaba de estar con sus amigos. Conoció a una chica, pero ella se quejaba de su mal humor. “No puedo cambiar y volver a ser como antes”, le dijo. Cuando volvía a casa no podía dormir, así que se ponía a hacer ejercicio. Empezó a contestar mal a sus oficiales superiores.
Un día, se derrumbó en el trabajo y escupió sangre. El médico le dijo que se quedara en casa y le ordenó que no regresara al trabajo hasta que pudiese dormir más de cuatro horas cada noche durante dos semanas seguidas.
“Seis meses más tarde, estaba de vuelta en el compartimiento de pilotaje, manipulando aviones no tripulados”, dice Bryant, que ahora está sentado en el salón de su madre en Missoula. Su perro gimotea y apoya la cabeza en su mejilla. Por el momento no tiene acceso a sus muebles, que están guardados en un almacén y no tiene dinero para pagar la factura. Lo único que le queda es su ordenador.
Bryant publicó un dibujo en Facebook la noche antes de nuestra entrevista. Representa a una pareja que está en pie y se dan la mano en un prado verde, mirando al cielo. Un niño y un perro están sentados en el suelo junto a ellos. Pero el prado es sólo una parte del dibujo. Por debajo hay un mar de soldados moribundos que se apoyan entre sí con las pocas fuerzas que les quedan, un mar de cuerpos, sangre y extremidades.
Los médicos de la Administración de Veteranos han diagnosticado que Bryan padece un trastorno de estrés postraumático. Sus esperanzas de una guerra cómoda –que podría vivirse sin heridas emocionales– no se han cumplido. De hecho, el mundo de Bryant se ha fusionado con el del niño de Afganistán, como si hubiese habido un cortacircuito en el cerebro de los drones.
¿Por qué ha dejado las Fuerzas Aéreas? Un día, dice Bryant, tuvo la certeza de que no iba a firmar el siguiente contrato. Fue el día que entró en el compartimiento de pilotaje y oyó decir a sus compañeros: “¿Oye, cuál es el hijo de puta que va a morir hoy?”. 
Traducción Manuel Talens de Tlaxcala

miércoles, 16 de enero de 2013

Las ONGs, topos de Occidente

Muy buen artículo sobre lo que hay en estas multinacionales del perpetuo socorro

http://www.publico.es/448896/las-ong-topos-de-occidente-para-la-neocolonizacion

No todas son iguales, pero recuerdo cómo en algunas crisis las han echado a todas fuera excepto a Médicos sin Fronteras

InnovArte Educación

Hay blogs de educación maravillosos. La verdad es que habría que acabar de una vez con todas con los malditos programas uniformizadores en la educación y dejar paso a este tipo de experiencias

http://innovarteinfantilesp.wordpress.com/tag/plantas/

Por favor, echadle una ojeada


Los frutos llegarán


Conozco gente que  cuando  tiene un trabajo, el que sea, está más pendiente de  cuanto le queda para terminarlo, que  considerar lo que ya ha hecho. Si es jefe, el tío, o la tía, es agobiante: ventas, ventas,  ventas, resultados, resultados, resultados...lo sembrado, como vive el presente, le importa nada.

Y lo sembrado es lo mollar. Lo sembrado, tarde o temprano, saldrá.

Este tipo de personas son compulsivas y obsesivas. No pueden no serlo. Están en el lado oscuro de la vida. No valoran lo que ya tienen, que hay que esperar para que todo dé su fruto. Están, como los agricultores malos,  intuyendo lo peor de la cosecha, que si puede pasar que hiele, que caiga una  pedriza, que vete a saber qué pasará mañana...son de un depresivo que  termina por esculpir el rostro.

Viven de alimentar su ansiedad, que es algo que no existe.

Ten paciencia, hazme caso,  somos tierra que está  sembrada, los frutos llegan. Los tuyos.

Ten paciencia. Descubre tu tierra.

Ten paciencia.

Hierbas medicinales: una manera de entrar en la botánica

Podemos tener varias de estas hierbas en nuestra casa, cultivarlas nosotros mismos y utilizar las hojas, raices y tallos en infusiones o tisanas, siempre teniendo precaución en su uso, puedes consultar a tu médico antes de utilizarlas.
Hierbas para hacer tisanas o infusiones

Para el estómago, acidez y vesícula:

Albahaca y menta
Prepare una infusión con 10g de hojas de albahaca y 5g de hojas de menta, con un litro de agua, dejar reposar en agua caliente 5 minutos, colar o filtrar y beber 2 veces al día luego de las comidas.

Cedrón y manzanilla
Prepare una infusión con hojas frescas o secas , en un litro de agua caliente, coloque 30g de hierbas, dejar reposar y beber después de las comidas.

Salvia y romero
Coloque en un recipiente 15g de hojas en total, agregue un litro de agua hirviendo y dejar en reposo 5 minutos, beber luego de las comidas, endulzar a gusto.

Melisa, menta y manzanilla
Una refrescante y sana infusión , coloca 1 cucharada de cada una en una taza de agua hirviendo, dejar reposar 5-7 minutos y beber.

Boldo y carqueja
Es muy bueno para vesícula e hígado, favorece la producción de bilis, colocar una cucharada de cada una en 1/2 litro de agua, hervir 1 minuto, endulzar y beber luego de las comidas.

Para la diabetes

Ortiga y eucalipto
Coloque en un recipiente 10g de cada una, en 1 litro de agua hirviendo por 2-3 minutos, dejar reposar 10 minutos , filtrar y consumir.

Melisa y avena

Colocar 1 cucharada de cada una, en 1/2 litro de agua, hervir por 3 minutos, dejar reposar y beber luego de las comidas.

Problemas Circulatorios
Hamamelis
para tratar problemas de várices y flebitis, colocar 15g en una taza de desayuno con agua caliente, dejar reposar unos minutos y beber, a la mañana y por la noche.
Flores de ruda, sauco y romero
Colocar en recipiente 1 cucharada  de cada uno, coloque agua hirviendo 1/2 litro, dejar reposar 15 minutos y beber 2 veces al día.

Problemas nerviosos

Infusión de tilo y orégano
Se utiliza una cucharadita de postre de cada una, por taza de agua caliente, dejar hervir 2 minutos y  reposar hasta que enfríe, beber 3 veces al día.

infusión de Melisa y valeriana
Se utiliza las hojas en partes iguales , 1 cucharada sopera de cada una en 1/2 litro de agua hirviendo, dejar reposar y beber tres veces al día.
Hierbas para hacer tisanas o infusiones
 Estas plantas de hierbas pueden colocarse en pequeñas macetas, en jardineras, decorando las ventanas, en balcones y terrazas.
Por lo general son plantas que necesitan abundante sol, tierra suelta y abonada, riegos moderados.
Se deben usar estas hierbas con precaución, ya que pueden causar en algunas personas, alergias o reacciones varias en el sistema digestivo, debe utilizarse con precaución.Hierbas para hacer tisanas o infusiones

martes, 15 de enero de 2013

Merchy Quinteiro Alonso


Me regaló este libro y me inició en las plantas medicinales



Los estragos de la era preantibiótica

http://eprints.ucm.es/11072/1/T32199.pdf


La muerte en la fotografía gallega.

La documentación de la muerte a través de la fotografía es una praxis que nos ha proporcionado un buen número de imágenes icónicas, entre las que podemos mencionar la del miliciano Federico Borrell fotografiado por Robert Capa, el Pulitzer conseguido por Eddi Adams con la imagen que muestra la ejecución de un prisionero del Viet Cong en Saigon, la del cadáver de Che Guevara realizada por el boliviano Freddy Alborta, las de Susan Meiselas mostrando los cuerpos mutilados en Nicaragua, las del grupo Bang-Bang Club en la Sudáfrica del Apartheid… fotografías que, a causa del impacto que provocan en el espectador, han dado lugar a múltiples análisis sobre el tema.

Sin embargo, la documentación de la muerte que acontece en entornos más domésticos, a pesar de presentar también una abundante producción, presenta una gran escasez de estudios de calidad.
Es por ello que el encuentro con la tesis doctoral realizada por Virginia de la Cruz Lichet Retratos fotográficos post-mortem en Galicia (siglos xix y xx)(Madrid 2010) es, cuando menos, una afortunada noticia.


Fotografía post-mortem en Galicia. Autor desconocido

Toda la obra se caracteriza por un decidido rigor en la investigación, un esmerado estilo ameno y didáctico y una estructura de contenidos impecable, aunando en ella el estudio antropológico con el fotográfico. Las aportaciones que realiza Virginia de la Cruz en esta obra hace que se configure como uno de los más importantes estudios producidos sobre el retrato fotográfico durante el rito funerario.

A lo largo de las primeras páginas encontraremos una aproximación a laevolución histórica de los procesos relacionados con los rituales de la muerte que, además, nos permiten entender la diferencia en la concepción de la muerte entre Europa occidental y Estados Unidos. [Realmente curioso el artículo “Post-mortem photography”, extraído del Philadelphia Photographer, vol. 10, 1877, en el que un fotógrafo norteamericano explica el procedimiento para colocar y hacer posar al cadáver (ver pág. 53-54)].   [...]

Para permitir un entendimiento más amplio del hecho fotográfico post-mortem, Virginia de la Cruz realiza toda una labor de archivo, recuperando prácticas y mecanismos relacionados con el modo de aproximarse a la muerte en la cultura gallega. En este capítulo de corte antropológico se describen una infinitud de elementos pertenecientes al imaginario colectivo sobre el Más Allá gallego. Hemos disfrutado con la profusión de detalles sobre los diversos tipos de contacto con los muertos, la Compaña, las labazadas frías, los agoiros de muerte, la mala y la buena muerte (pág 420 y ss)… junto a detalles más cotidianos como la diferencia entre morir un día laborable o festivo, la “puesta en escena” del velatorio (pág. 435 y ss.) en donde menciona la existencia en algunas parroquias gallegas de unos zapatos de madera pintados de negro que colocaban a aquellos difuntos cuyos posibles eran más bien escasos, la limpieza y arreglo del cadáver, el tipo de ornamentación, el rol femenino, el abellón (danza fúnebre, ver pág. 471), los plantos, las choradeiras, el consolo, el luto…

Información crucial que nos da una visión amplísima del sistema de creencias y ritos en la sociedad gallega y que nos hablan del modo en el que la muerte queda asumida dentro de la vida.

En Galicia la fotografía estará, desde sus comienzos, ligada a la muerte “da protagonismo tanto a los vivos como a los difuntos, uniéndolos en ese espacio-imagen intemporal, reverso de la realidad, nexo matérico de ambos mundos.” (pág. 535).

En estas “performances culturales” que son los ritos funerarios el fotógrafo encontrará de inmediato un papel fundamental.
Virginia de la Cruz ha recogido y reivindicado la obra de Maximino Reboredo(1876-1899), Francisco Zagala (1842-1908), Joaquín Pintos (1881-1967), José Moreira (1888-1967), Ramón Godás (1870-1952), Luis Casado (Ksado) (1888-1971), Estudio Pacheco, Pedro Brey Guerra (1889-1967), Ramón Caamaño (1908-2007), Manuel Barreiro (Forcarei, 1917) yVirxilio Vieitez (Soutelo de Montes 1930-2008) para establecer un magnífico análisis sobre metodologías de trabajo y tipologías fotográficas.

Todo este material le sirve para descubrir la evolución del retrato fotográfico post-mortem (tanto el infantil como el adulto, incluyendo los “reportajes” de cortejo y entierro habituales ya a partir de la década de los 50´) desde finales del siglo XIX hasta el tercer cuarto del siglo XX. Página a página cientos de referencias, diagramas (de una grandísima utilidad para el lector), datos de interés, pero también anécdotas (como la del fotógrafo de Pontesampaio, ver pág. 548) nos van acercando al quehacer de estos fotógrafos.

El análisis meticuloso, foto a foto, que realiza Virginia de la Cruz nos ofrece tal cantidad de datos y conclusiones sobre la evolución en escenografía, puntos de vista, encuadres, iluminación, espacios … que resulta imposible sintetizarlo en unas pocas líneas.

Es una investigación ambiciosa que cubre con éxito las expectativas del estudioso más exigente.
Con esta obra Virginia de la Cruz se confirma como una de las investigadoras más interesantes del panorama actual.