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viernes, 31 de agosto de 2012
De panzazo. Documental sobre educación mexicano
Podéis ver la película en este enlace. Hay frases que se oyen en el documental que bien valdrían para nuestro país. Por ejemplo: "No hay consecuencias para los malos maestros". Esta frase viene de que en 2011 en México se hizo un acuerdo para examinar a los maestros. A los maestros que suspendían el examen no les pasaba nada. Cuando estaba en 5º año de carrera en la Universidad de Santiago, vinieron por las aulas para que les hiciésemos una encuesta de calidad a nuestros profesores. Los alumnos rellenamos las encuestas. Se me ocurrió preguntar si podíamos consultar esas encuestas, la respuesta fue afirmativa. Teníamos que ir al despacho del Decano a leerlas y no las podíamos sacar de allí. Todos sabíamos quienes iban a ser los profesores menos evaluados, pero a la postre no ocurrió nada con la información que dejamos allí. Uno de los profesores en el documental se queja de que "No se le da margen de libertad y no se confía en la profesionalidad de los docentes". Hay que decir que 8 de cada 10 maestros suspendieron la evaluación que se le hizo al profesorado mexicano. Otro dato interesante es que las plazas de maestros se compran en México.
Lo que no me gustó nada del documental es que pone la educación coreana como un modelo a seguir y hacia donde debieran de ir las políticas educativas mejicanas. Para mi gusto este entender es erroneo, equivocado, por dos razones. Una es que los modelos centralizados son incompatibles con un la idea de dar libertad y confiar en la profesionalidad de los docentes. Un modelo centralizado siempre es vertical, autoritario y por tanto premiará el servilismo y el acatamiento de las directrices centralizadas. La segunda razón es poner el sistema coreano como ejemplo. Corea no forma individuos libres, dialogantes y respetuosos con la diferencia. Su preocupación es crear individuos ferozmente competitivos y altamente eficaces. En ello son muy eficientes, pero creo que como valores morales son bastante ambiguos. Para morales ambiguas las que salen retratadas en la película de Michael Hanecke, "La cinta blanca". En esta película se ve como la juventud alemana de principio de siglo estaba siendo preparada por su sistema educativo y de valores para ser esos individuos que dan vida al sistema nazi. Los coreanitos tienen una infancia y una juventud marcada por las exigencias que sus familias y la sociedad pone en ellos. Una educación militarizada basada en los resultados. He tenido "el placer" de haber estado en el parque infantil con niños de varias nacionalidades cuando viví en Ann Arbor, Míchigan. He de decir que los niños coreanos eran unos auténticos hijos de puta. Cuando había un coreanito cerca sabías que había muchas posibilidades de que empujara, o le pegara o le quitara el juguete a tu hijo. De verdad, bastante lamentable. No creo que Corea sea un modelo educativo a exportar.
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