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lunes, 25 de agosto de 2014

Nando Lestón en Carnota

Reproduzco esta noticia de La Voz de Galicia porque trata de mi amigo Nando Lestón. El artículo describe lo que hace Nando pero no llega entender su propuesta que va más allá de luchar contra el feísmo y atraer visitantes. Nando da valor añadido a aquello en lo que cree. Es auténtico porque parte de él mismo y de la reflexión personal. Pocas personas pueden decir lo mismo de su tránsito por la vida.



Arte para dar impulso a Carnota

Un pintor busca mejorar la situación económica del municipio con reclamos artísticos

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En tiempos difíciles, solo los osados, los que arriesgan, los aventureros y los destemidos pueden alcanzar éxito. Si además de atrevido, el innovador está rodeado de una aureola artística, el sentir popular será aún más crítico con sus propuestas, pero las posibilidades de transformar una situación en declive se incrementan. En ese ámbito se mueve el pintor de Carnota Nando Lestón, quien, consciente de las dificultades socioeconómicas por las que atraviesa su pueblo, quiere introducir variantes que hagan posible subsistir en este municipio con dignidad.
Nando Lestón conoce las condiciones medioambientales únicas que posee Carnota y le agrada el aspecto todavía no demasiado degradado de su paisaje. Sabe que Carnota es un referente idílico para los visitantes, que todos alaban su belleza y se lamentan cuando un siniestro azota a esta tierra, como aconteció con el Prestige o con el incendio del monte Pindo, en septiembre del 2013. Pese a los muchos aspectos positivos de Carnota, los vecinos se aletargan o emigran porque las condiciones de vida son precarias.
Frente a esta dicotomía entre lo posible y lo real, Nando Lestón aporta ideas, ilusiones, posibilidades y, en definitiva, medios que en torno al arte que es capaz de crear con su pincel sean capaces de atraer a los visitantes, retenerlos en el municipio y, al mismo tiempo, lograr que los vecinos puedan rentabilizar tanto lo que la madre naturaleza les proporcionó, como lo que ellos mismos puedan aportar.
Partiendo de estas premisas, Nando Lestón ha presentado varias propuestas, tanto a nivel institucional como privado. En el aspecto público ha recibido felicitaciones, pero carentes de apoyo financiero. En el aspecto privado, sus proyectos han tenido mayor calado, aunque nunca el respaldo esperado. El primer local de hostelería en aceptar sus sugerencias ha sido el restaurante O Feitizo, en Caldebarcos, y es en este local donde el pintor intenta plasmar su arte.
Este hombre, que tras el devastador incendio del monte Pindo pintó los troncos quemados de árboles en un terreno de su propiedad, hace ahora lo propio con la fachada de este establecimiento hostelero con un único objetivo: dar valor añadido a Carnota.
Desde que comenzó la decoración exterior del local, con policromías en cuadros de diferentes superficies, suscitó una gran curiosidad entre los visitantes. Afirma que el primer objetivo ya se ha conseguido: despertar el interés de los viajeros. Considera que si se lograse paliar el feísmo que invade muchos inmuebles del municipio, salpicando de pinturas policromadas varios locales, Carnota se convertiría en un reclamo artístico que, unido a sus condiciones medioambientales, darían un nuevo impulso a la zona.
El artista afirma que los cambios sociales son fruto de individuos con ideas novedosas: «O artista posiciónase na sociedade con aptitudes visionarias, que moitas veces acadan éxito. A arte e a ciencia, ademais de ser en esencia a mesma cousa, son os dous grandes piares do desenvolvemento». Por ello, está dispuesto se seguir aportando su ilusión para conseguir revertir una situación decadente en la zona y se muestra muy agradecido a los que se han atrevido a iniciar el camino.
Nando Lestón quiere paliar el feísmo de los inmuebles y atraer turistas

lunes, 18 de agosto de 2014

¿Nueva Edad Media?

“Es posible que estemos en los comienzos de una crisis de la ciencia básica que, de seguir, desembocaría en una Nueva Edad Media. Si deseamos evitar esta catástrofe, es menester que hagamos algo por cambiar la “imagen pública” de la ciencia, de modo que pueda seguir atrayendo a algunos de los jóvenes más inteligentes y siga mereciendo el apoyo de administradores y políticos ilustrados, sin necesidad de prometer lo que no puede dar. Dejemos de pintar la ciencia como proveedora de riqueza, bienestar o poder: pintémosla en cambio como lo que es, a saber, el esfuerzo más exitoso para comprender el mundo y para comprendernos a nosotros mismos”. Esta es una de las reflexiones que se pueden encontrar en la monumental obra del filósofo de la ciencia Mario Bunge (Buenos Aires, 1919), Premio Príncipe de Asturias de Humanidades y consejero editorial de 'Materia':
http://esmateria.com/2014/08/17/la-filosofia-cientifica-de-mario-bunge/

sábado, 16 de agosto de 2014

Clarividencia ilusoria

Hay científicos y divulgadores científicos que muestran una clarividencia ilusoria, una histeria cultural, una paranoia ideológica. Y es así porque su resultado es el desprecio, la autosuficiencia ante los pobrecitos ciegos que andan a tientas ante los misterios de la ciencia. Ojo con ellos.

Satisfacciones de la ciencia: Feria de Málaga en Quito con amigos

La profesión de científico da unas satisfacciones que son propias y especiales, para quien guste de ellas. Son experiencias que no se pueden comprar con dinero. Hoy he estado en la terraza de Manuel Ferrer, investigador Prometeo, como yo, que en este momento está investigando la historia del pueblo montubio, una comunidad del Ecuador muy ligada al mundo del caballo, un estilo gaucho. Manuel es una gran persona y eso se nota además en la selección de amigos que acudieron a su fiesta. Con el paso de los años uno va afinando su olfato para conocer personas así.



Cuando llegué a casa después de la fiesta (tengo que aclarar que vivo en el South American Explorers Club, que es un club que tiene habitaciones para socios) empece a escuchar unos gritos... Menos mal que está también en la casa Bart, un canadiense de 55 años y entre los dos empezamos a inspeccionar la casa. Había un bulto en una de las camas pero la luz de la habitación no funcionaba así que fui por mi frontal y era una señora vieja echa un redullo encima de la cama, borracha perdida. La tengo en la habitación de al lado y no para de pegar voces y chillidos. Un puto coñazo. Ahora acaba de gritar un "Arrrgg" que si no fuese porque estoy en "modo positivo" acojonaría bastante. Tengo pestillo puesto y tapones. Mañana la pienso poner de vuelta y media. Habla inglés aunque no se le entendía mucho de la borrachera.

jueves, 14 de agosto de 2014

En Quito existe una sociedad civil que lucha por mejorar

Una de las cosas que llama la atención cuando llegas a Quito es la calidad de las iglesias y la de los centros comerciales. Las iglesias son antiguas y los centros comerciales modernos. No hay nada que diferencie a estos edificios de los que se pueden ver en Europa. La realidad de la calle es otra. Estamos en el tercer mundo. La construcción es de una calidad que ya no se ve en Europa. Me recuerda a las peores partes de Porto hace por lo menos treinta años. Autobuses antiquísimos que liberan a cada acelerón una nube de humo negro, cemento pintado y descascarillado, postes de la luz de madera con decenas de cables colgando, cartelería anticuada.

Es la primera vez que estoy en un país en vías de desarrollo, terrible eufemismo que no quiere decir otra cosa que es un país más pobre que los nuestros. "Y sin embargo se mueve" la frase de Galileo se podría aplicar aquí. Si, estoy delante de una sociedad viva que va arreglando poco a poco sus problemas. La etiqueta de "tercer mundo" viene directamente, no de la realidad de la ciudad, sino de mi propio prejuicio.

Quito me ha enseñado mi etnocentrismo y mi prejuicio ante la pobreza. Quito no es en absoluto pobre, es mi percepción de que, comparativamente, son más pobres que nosotros. Al mismo tiempo instintivamente culpamos a la pobreza de no haber hecho las cosas bien y muchas veces es solo una cuestión de dinero. Por ejemplo, en Galicia tenemos el fenómeno del feísmo. Se construye mal. Nos llevamos las manos a la cabeza porque la gente gasta dinero y el resultado es terrible. Nos preguntamos ¿No hubiera sido mejor haber consultado con un arquitecto, o simplemente hablar con alguien que tuviese buen gusto para no perpetrar semejante atentado urbanístico?. Nos olvidamos que detrás del feísmo hay una cultura de la autosuficiencia. De acuerdo, ese cierre de somieres es deleznable, pero ¿Y lo bien que se lo ha pasado el paisano yendo a Bricoking y buscando una solución barata para el cercado?. Mi rechazo al feísmo va más allá del hecho en si e implica el rechazo de las personas que practican esa "cultura de la autosuficiencia" aberrante. Me descubro como un intolerante. Y esa intolerancia me asusta porque no ayuda en nada sólo es un sentimiento negativo de repulsión. Es un sentimiento parecido a lo que me ocurre cuando veo las infraestructuras cutres de Quito. Asocio pobreza a un valor ético negativo. Terrible. Mi etnocentrismo es pobre, chato y no dice nada bueno de mi.

Sin embargo al ver las iglesias fastuosas y los centros comerciales a la última me di cuenta de algo TREMENDO. En Quito hay de todo, muchísimas infraestructuras cutres pero que hablan de una sociedad civil que quiere tener estadios, planetarios, parques, jardínes botánicos, instalaciones para bicicletas acrobáticas, centros de investigación, facultades... y que los construye con unos recursos escasos, recursos que no faltan para construir los nuevos templos del consumo dedicados a las grandes  marcas internacionales (por cierto, con una presencia enorme de Inditex). Son instalaciones modestas pero hablan de una dignidad y un propósito: mejorar, de hacer las cosas bien. Obviamente no había dinero para construir un planetario mejor, seguro que si le hubiesen dado los fondos necesarios el promotor de la idea habría construido un planetario fantástico. Con lo que hubo se hizo y así los niños de Quito pueden aprender de constelaciones, de estrellas y de nuestro lugar en el Universo. Estoy seguro que habrá alguien leyendo sobre las nuevas teorías sobre multiversos y ya estará queriendo trasladar ese conocimiento a sus conciudadanos.
Instalaciones Universidad Central de Ecuador en Quito

Universidad Central. Escuela de Tecnología Médica

Entrada del INSPI, aquí es donde voy a trabajar yo

Barrio en el que se encuentra el INSPI. Pintada: "Correa somos médicos no asesinos" de algún estudiante reclamando respeto por la profesión.