jueves, 29 de mayo de 2014

Ecuador rumbo al código abierto

El proyecto Flok, el Buen Conocer, aspira a estar muy presente en las redes sociales.

El proyecto Flok, el Buen Conocer, aspira a estar muy presente en las redes sociales.

Cambiar la matriz productiva basada en la privatización de las ideas por otra basada en el conocimiento abierto. Sustituir la economía basada en la extracción de recursos finitos como el petróleo por otra que se enriquece con la libre circulación de cultura. Incentivar la producción colectiva en pos de un bien común, rechazando la acumulación y la investigación cerrada con fines comerciales. Puede que a muchos les suene a completa utopía, pero es exactamente lo que Ecuador se propone hacer en los próximos años. El proceso ya está en marcha.
"Esto es pasar del capitalismo cognitivo, privatizar el conocimiento y hacerlo un negocio, a la Economía Social del Conocimiento, el conocimiento que sirva a toda la sociedad como un bien público". Así lo explicaba a finales de 2013 el presidente de Ecuador, Rafael Correa, cuando puso en marcha el proyecto FLOK (Free Libre Open Knowledge). El programa tiene la misión de desarrollar una investigación abierta a todos los sectores de la sociedad para señalar el camino por el que debe discurrir el cambio de matriz productiva hacia la economía del procomún.
Esta semana FLOK, más conocido en el país andino como ‘Buen Conocer', celebra su primera cumbre. Se dan cita la sociedad civil ecuatoriana, activistas digitales e investigadores de talla mundial. El objetivo es presentar las primeras diez propuestas al Gobierno de Correa para comenzar el proceso legislativo.

Una fusión entre el imaginario quechua y la cultura de Internet

Tras 5.000 años presente en la tradición oral, el imaginario quechua ha encontrado su mejor aliado en las lógicas de la Red. Desde 2008, el Buen Vivir (sumak kawsay), el ideal precolombino que busca la comunión entre las necesidades de los hombres y la naturaleza, ha sido una de las inspiraciones de la nueva constitución de Ecuador. Empujado por este concepto común a muchas culturas precolombinas, el país ha legislado en favor del medio ambiente, la derogación de patentes e implantación del copyleft y otros ideales de la cultura libre que imperan en Internet.
La presencia de Julian Assange en la embajada ecuatoriana de Londres o la adopción institucional del software libre son muestras de este compromiso. Sin embargo, no ha sido hasta la puesta en marcha de FLOK cuando la cultura de la Red y el concepto del Buen Vivir se han metamorfoseado en el Buen Conocer (sumak yachay en quechua).
"FLOK ha puesto en marcha una investigación líquida, muy alejada de los modelos clásicos", afirma Bernardo Gutierrez, colaborador español del proyecto e investigador social vinculado al 15M. "La llamada es desde arriba hacia abajo, pero la investigación va desde abajo hacia arriba. Los documentos académicos no son productos finales, sino borradores abiertos a la inteligencia colectiva y trabajados en wikis, PADS o hang outs, siempre con software libre", afirma en un encuentro durante  en el espacio Medialab Prado de Madrid.
Esquema de la organización y relaciones en la investigación del Flok.
Esquema de la organización y relaciones en la investigación del Flok.
Michel Bauwens (fundador de la P2P Foundation), es el director de una investigación que cuenta con colaboradores como David Harvey o Jérémie Zimmermann (de La Quadrature do Net, una de las organizaciones clave en la lucha contra ACTA). Sin embargo, si de algo se enorgullecen los colaboradores es de la participación con la sociedad civil que se ha conseguido. "Se han hecho muchos seminarios, encuentros, talleres. Se dialoga con todos los diferentes sectores, desde los más políticos, a la cultura hacker, a campesinos, cooperativas..." expone Gutierrez.

De la colaboración a la iniciativa política

La cumbre cuenta con 14 mesas de trabajo centradas en diferentes temas. En cada una hay expertos internacionales, que tratarán de tú a tú con representantes de la sociedad civil y hacktivistas. Los campos de trabajo van desde la energía, la biodiversidad, o la ciencia abierta hasta la gestión de recursos educativos, la agricultura o la cultura abierta.
Algunas de las ideas que podrían salir de la cumbre y que ya se están desarrollando son, por ejemplo, la creación de un repositorio de libros de texto digital que ahorre la compra anual de las nuevas versiones a las familias. En la agricultura, el modelo es la Open Source Ecology, que ofrece el diseño en código libre de las 50 máquinas que todo agricultor necesita para sacar adelante sus cultivos. Además de facilitar el acceso a las herramientas, iniciativas como estas eliminan la obsolescencia programada e incentivan la innovación, puesto que cada agricultor es libre de intentar mejorar los diseños y compartirlos con la comunidad.
"Lo que nosotros proponemos es democratizar el acceso al conocimiento. El conocimiento hace libre, la estrategia de algunas personas, de algunas transnacionales, es que nos mantengamos en la ignorancia. El signo del neocapitalismo es crear paraísos fiscales, el del socialismo del siglo XXI es construir paraísos del conocimiento abierto", afirma René Ramírez, Secretario de Educación Superior, Ciencia y Tecnología e Innovación de Ecuador. Con 39 años, es uno de los principales teóricos de la economía social del conocimiento. Nadie puede aventurar si Ecuador conseguirá reformar la sociedad entera y cambiar su matriz productiva pero, de momento, ya ha atraído la atención de todos aquellos que creen que existe una alternativa al capitalismo.

lunes, 26 de mayo de 2014

Algún día habrá que hacer una exposición de toda la ciencia y tecnología que truncaron los franquistas

http://politica.elpais.com/politica/2014/05/09/actualidad/1399661038_607328.html


Parte de los planos del primer motor a reacción español, inventado por el capitán Leret, en la fotografía. / ÁLVARO GARCÍA
El día que lo mataron, Virgilio Leret tenía 34 años y estaba a punto de hacer historia. Su nombre, que ni siquiera llegó a escribirse en una lápida —nunca se supo dónde fue enterrado— estaría hoy en las enciclopedias y quizá en alguna plaza de no haber sido fusilado aquella noche del 17 al 18 de julio de 1936 en que, como describió su viuda, la escritora mexicana Carlota O’Neill, se oyeron “los primeros disparos que iban a incendiar el mundo”; los del inicio de la Guerra Civil, que siguieron hasta que terminó la II Guerra Mundial. En 1935, a Leret se le había concedido la patente de su invento: el “mototurbocompresor de reacción continua”, el primer motor a reacción español. El presidente de la República, Manuel Azaña, había dado orden de que empezara a fabricarse en septiembre de 1936 en los talleres de Hispano Suiza de Aviación, pero para entonces Leret llevaba más de un mes muerto. 78 años después, su hija Carlota ha logrado que se exponga por fin en un museo. Ha tenido que pagar la maqueta de su bolsillo.
De no haber sido fusilado, “a buen seguro que su motor hubiera sido una realidad, con el consiguiente honor para su autor y para España”, afirmó en 2002, en la revista Aeroplano (editada por el Ministerio de Defensa), el prestigioso ingeniero aeronáutico Martín Cuesta tras realizar un pormenorizado estudio de los planos de Leret. “Era uno de los oficiales más brillantes de las Fuerzas Armadas”, describió Paul Preston en El Holocausto español.
Carlota O'Neill y Virgilio Leret, con sus hijas, Mariela y Carlota (la más pequeña).
Cuando los regulares atacaron por sorpresa, aquel 17 de julio de 1936, el capitán Leret estaba al mando de la base de hidroaviones de Atalayón (Melilla). La defendió sabiendo que estaba perdida -muchos hombres estaban de permiso, por ser verano y viernes—, hasta que se acabó la munición. Y fue fusilado por sus propios soldados, obligados a disparar contra su capitán para sembrar el terror en el resto. “Me lo contó la poetisa Angelina Gatell, viuda de uno de los militares de la base”, relata Carlota. “Aquel día encontró en el suelo, en estado de shock, a su mejor amigo. ‘¡Hemos matado al capitán Leret!’, le explicó llorando”.
A poca distancia, la mujer y las dos hijas de Leret escucharon los tiros toda la tarde. Habían llegado 15 días antes para pasar con él las vacaciones. “Virgilio tuvo una feliz ocurrencia de hombre enamorado”, arranca O’Neill sus memorias, Una mujer en la guerra de España (Oberon). “Aquel verano no estaríamos separados ni un solo día. Habilitaríamos un barco anclado frente a la base. Siendo novios le había dicho: ‘Me gustaría vivir sobre el mar una temporada...”
No tuvieron tiempo de despedirse. “Mi padre cogió su pistola y su gorra y se fue. Ya no le volvimos a ver”, recuerda Carlota, entonces una niña. Su madre se quedó en cubierta viéndole irse hacia la base, hacia los tiros. “Virgilio remaba y remaba, cada vez más lejos de mí. Yo lo miraba fijamente y pensaba: ‘Quiero fijarme bien en su cara porque no lo veré más’. ¡Y no nos habíamos dado un beso!...¡El último!”, escribió en sus memorias.
Carlota Leret, en la actualidad. / ÁLVARO GARCÍA
Cinco días después encarcelaron a O’Neill. “Le dan, por error, la maleta de mi padre con los planos del motor a reacción dentro. Horrorizada ante la idea de que acaben en manos de los franquistas y lo utilicen en la guerra contra los republicanos, mi madre los esconde y finalmente, los saca del penal gracias a la ayuda de dos presas”, recuerda Carlota.
Una de las reclusas que ayuda a su madre es Ana Vázquez, encarcelada por prostituir a sus hijas. “En su vida había oído hablar de política”, recuerda O’Neill en su libro, y por eso, en el penal le habían encargado vigilar a “las rojas”.Las tres copias de los planos del capitán Leret salieron de la cárcel envueltos en ropa sucia. Los recogió, previo aviso, el hijo de María, condenada a 30 años tras el fusilamiento de su marido. Fue Vázquez quien se los entregó al niño. Nadie revisaba los paquetes de la presa que no había oído hablar de política.
O’Neill fue juzgada tres veces por un tribunal militar y finalmente condenada a seis años de cárcel, de los que cumplió cinco. En la primera causa la acusan de ser “rara”, “en extremo peligrosa” y “comunista de ideología” (declaración del falangista Requena). En la segunda, la condenan por injurias al Ejército por unas cuartillas que había escrito aquel 17 de julio de 1936 describiendo lo sucedido. La última causa dice: “Fomenta la situación anárquica y desastrosa que hizo necesaria la iniciación del glorioso movimiento nacional”.También la culpan de "influjo predominante sobre su esposo".
En la cárcel, O’Neill teme por su vida cuando, para celebrar la toma de Toledo, un grupo de falangistas entra en la prisión y pide un grupo de presas para matarlas. Ella se esconde toda la noche en un tanque de agua - "El agua me llegaba a la boca, pero tenía dos alternativas: ahogarme o dejarme matar, y prefería lo primero", escribió en sus memorias-. Desde su escondite, escucha al director del penal: “Es una barbaridad acabar con todas en montón. Cuando quieran matar mujeres, vengan a buscarlas, ¡pero una a una!”. Los falangistas "se fueron llevándose las que les cabían en las manos”, añade O’Neill.
Pero aquella no fue la peor noche de su estancia en prisión. La peor fue la primera que pasó después de que le comunicaran que le habían retirado la custodia de sus hijas. Según le dijo su abogado franquista, había sido un familiar de su marido quien la había denunciado. El padre de Virgilio, un cubano que había luchado en 1898 con los españoles, contra la independencia de su país, y amigo del general Mola, nunca aprobó su relación. “Mi madre había nacido 100 años antes de tiempo”, explica Carlota. “Era feminista, progresista... Creía en la igualdad de hombres y mujeres, en la eutanasia, en el derecho al aborto... Se casó con mi padre después de que nosotras naciéramos y solo porque él se lo pidió para que no sufriéramos consecuencias y para agradar a su padre”.
Carlos Leret arrebató a su nuera la custodia de las niñas, pero no para quedárselas, sino para enviarlas a un terrible orfanato donde solo les permitían ducharse una vez al año y con una bata porque “tocarse era pecado”.
En 1941, O’Neill quedó libre y fue a la casa donde durante casi cinco años, bajo una loseta, habían estado escondidos los planos del turbocompresor junto al texto con el que Leret acompañaba su invento: “Extiéndese [sic] en torno al globo el tentáculo enorme del paro forzoso convertido en hambre. Ansias de mejoramiento social lo invaden todo. Pero este mejoramiento ha de venir unido forzosamente a progresos materiales, y el más importante, el eje de todas las relaciones humanas en el porvenir, el único que logrará formar un bloque sólido con la humanidad, es el transporte aéreo”... Leret, explica su hija, quería que su motor agilizara la comunicación entre distintas sociedades, "es decir, que sirviera para la paz, no la guerra", añade.
O’Neill pensó entonces que el invento podría ayudar a los ingleses a ganar a Hitler. Y con su madre, envueltos al cuerpo, bajo la ropa, llevó los planos de su marido a la embajada británica para dárselos a James Dickson, agregado de aviación, quien murió al poco tiempo en un accidente.
La mexicana nunca supo qué pasó después con aquella copia de los planos. Pero jamás volvió a separarse de las otras dos. Cuando viajaba a cualquier sitio desde Caracas —donde se instaló, exiliada, tras recuperar la custodia de sus hijas— los llevaba siempre con ella. A su muerte, en 2000, con 90 años, su hija Carlota empezó a enseñarlos aquí y allá, buscando el reconocimiento para su padre. AENA financió un documental con su historia (El caballero del azul), en 2011, y el Museo de Aeronáutica y Astronáutica, en Madrid, expone ahora su invento. Pero no ha sido fácil.
“En el museo se entusiasmaron, pero me dijeron que no tenían dinero”. Carlota no quiere decir cuánto ha invertido en encargar la maqueta del turbocompresor, de 2.674 piezas y en cuya fabricación se emplearon 2.500 horas.  “No quiero que piensen que soy una loca”. Una pequeña parte de la réplica se ha financiado con los derechos de las memorias de O’Neill: 391 páginas de cárcel, exilio y penurias que son, sobre todo, una larga declaración de amor a su marido, probablemente, el primer fusilado de la Guerra Civil.

"Verdaderamente ingenioso"

El ingeniero aeronáutico Martín Cuesta, que examinó en 2002 el motor de Leret para la revista Aeroplano, del Ministerio de Defensa, asegura que el invento era "verdaderamente ingenioso" y, tras analizar en 17 páginas todos sus cálculos, "viable".
El capitán Leret, piloto e ingeniero, presenta la solicitud de la patente el 28 de marzo de 1935. Los primeros planos los había hecho casi diez años antes. Tras un estudio de 99 días por parte del Ministerio de Industria, según la documentación oficial, se le concede la patente del "mototurbocompresor de reacción continua". La firma el jefe de la sección de patentes y el jefe del registro. El motor iba a empezar a fabricarse en septiembre de 1936 en los talleres aeronáuticos de la Hispano Suiza, pero Leret es fusilado la noche del 17 al 18 de julio de ese año en la primera batalla de la Guerra Civil.
Leret nunca lo supo, pero su invento era coetáneo con dos motores similares inventados por un inglés, Frank Whittle, y un alemán, Hans Von O`Hain.
Whittle patentó su motor en 1930, aunque no se utilizó por primera vez hasta el 15 de mayo de 1941. Hans Von O'Hain patentó el suyo en abril de 1935 y realizó su primer vuelo con él el 27 de agosto de 1939, cinco días antes de que comenzara la II Guerra Mundial.



domingo, 25 de mayo de 2014

Instalando UBUNTU

http://www.ubuntu-guia.com/2012/04/como-instalar-ubuntu.html

Y si tenéis problemas con el wifi:

  1. http://blog.desdelinux.net/solucionar-problema-con-wifi-broadcom-43xx-en-ubuntu-despues-de-la-actualizacion/

domingo, 11 de mayo de 2014

Día de la ciencia en la calle. Coruña 2014

Es un día especial. Ya hay padre que vinieron como alumnos las primeras ediciones y ahora están trayendo a sus hijos. Lo organiza la Asociación de Amigos de la Casa de las Ciencias. Empezaron en 1992 y año a año  cada vez hay más carpas. Ver fotos.

Yo estuve como locutor de CUACFM de 11 a dos de la tarde retransmitiendo y entrevistando a los participantes. Es ya mi segundo año y la verdad es que me lo paso como un enano. Tremenda Isa como conductora del programa y todo el equipo técnico de CUAC, una emisora comunitaria que funciona que es una maravilla