jueves, 24 de octubre de 2013

Utilizamos la religión para crear fronteras

Hay ciudades como Belfast en Irlanda del Norte en donde cada barrio tiene su propio "color" religioso. La propia ciudad se compone de parches identitarios
Son barrios que incluso en su imaginario crean fronteras y bordes imaginarios.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Entonces es de los nuestros


Para algunos todo vale con tal de vender. Hoy "Uso del nacionalismo en marketing. Nota: fijáos en lo políticamente correcto de llamarle "o do pau", no vaya a ser que los acusen de racistas)

Para los que me conozcáis sabéis que conocer cómo la naturaleza explota las identidades para crear grupos me obsesiona. El capitalismo, de cuya lógica participamos todos los días, nos muestra generoso múltiples ejemplos de ello. Hoy es la empresa de telecomunicaciones gallega R. Si eres de R entonces eres aceptado en un grupo de pandereteiras.

El chiste de la foto tiene su miga. ¿Qué es lo que realmente hace a ese hombre joven, negro y exótico ser aceptado por unas señoras provectas, gallegas que cantan música tradicional?. Decir que es la pertenencia a la misma teleoperadora es gracioso por exagerado, pero sabemos que este tipo de maridajes existen. Es la conocida FUSIÓN. ¿Pero cómo se produce?. Quizás por el deseo de expandir las capacidades musicales del grupo, quizás porque el negro es hijo adoptado de alguna de estas señoras y es un acérrimo defensor de las raíces culturales de su grupo étnico de procedencia, quizás alguna de estas señoras quería mantenerlo alejado de las drogas y no se le ocurrió otra cosas que meterlo de percusionista en un grupo de pandereteiras, quizás el chaval sea un gerontófilo irredento. Son muchos interrogantes. Lo cierto es que cuando eres minoría tienes dos estrategias: la integración o operar como grupo de presión o de influencia captando más excluídos para hacer entre ellos un grupo cohesionado y exclusivo dentro de la masa indiferenciada. El chaval negro africano se decidió por la integración, lo cual es en este caso gracioso porque ¿A quién le apetece integrarse en un grupo de pandereteiras?. La vida de este chico debía de ser muy triste. Es como el caso del electrón que no tenía átomo donde vivir. Un grito desesperado ¡Por favor, queredme!, aunque seáis señoras provectas gallegas.

En fin. Que si no tenéis quien os quiera R os acepta “no matters what” siempre y cuando paguéis puntualmente sus cargos en vuestra cuenta.